Arthur Rimbaud sigue recibiendo cartas de sus admiradores en su tumba
La 'historia del día' en 'Herrera en COPE'
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Arthur Rimbaud sí tiene quien le escriba. El poeta francés, el poeta maldito, el poeta con cara de ángel -murió a los 37 años-, sigue recibiendo cartas de amor, 127 años después de su muerte.
Las misivas son depositadas en un buzón amarillo que recoge Bernard Colin, cuidador del cementerio del Oeste, en Charleville-Mézières, en el noreste de Francia.
"A mi ángel Rimbaud. Tuya toda la vida", proclama una enamorada. "Rimbaud, incluso si ya no estás aquí, que sepas que te amaré toda mi vida", escribe otra.
Algunos le escriben versos: "Pésame sentido, amor devastado, que tu alma repose en paz en este mundo rechazado". Una tal Allison dice: "Soy admiradora tuya pero nunca tuve respuesta a mis cartas. Empiezo a impacientarme".
"A veces he encontrado cartas que me dan miedo. La gente le confiesa su abatimiento. Es su confidente. Le hablan como si estuviese vivo", cuenta Colin.
Una de sus grandes admiradoras es Patti Smith, propietaria de una vivienda donde Rimbaud habría escrito su libro autobiográfico “Una temporada en el infierno”.
Muchos entusiastas acuden a escribir a su tumba, donde pasan las horas muertas. Beben, fuman, y le dejan poemas, libros, medallas, joyas, paquetes de cigarrillos o petacas de alcohol.
Como dice la directora del museo dedicado al poeta, Rimbaud es el Jim Morrison de Charleville-Mézières.
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