Una oyente sevillana de Carlos Herrera compra un vestido para la feria y ni imagina el motivo por el que jamás lo estrenará: "Era imposible"

Llega una de las secciones más queridas.... esa en la que charlamos con nuestros queridos 'Fósforos' de 'Herrera en COPE'. En este caso, el tema del día que les proponemos es el siguiente: Hablamos sobre esas rebajas y objetos inútiles que has comprado solamente porque está barato.

Gloria es la primera oyente que nos cuenta que, en febrero de 2020, pasó por una tienda y vio un vestido muy bonito. Floreado, volantes, perfecto para la Feria de Sevilla. Justo un mes después, decretan el confinamiento y "el próximo año que hubo feria, hacía un calor... era imposible ponerme el vestido. Y con el tiempo, ya no sé si he engordado yo, ha encogido y ahí sigue colgado. Después de cinco años. Con la etiqueta".

Inmediatamente después, Luis relata que compró "en una tienda de al lado de casa, era de cortinas, cojines, colchas y era de una amiga nuestra. Una vecina del bloque de al lado. Compramos un edredón, pero mira, nos trajo un edredón más feo que un frigorífico por detrás. Era morado. Como la parte de arriba de los capuchinos. Y encima, lo ponía mi mujer, y se caía cada dos por tres. Era horrible". 

"AL FINAL LO TUVE QUE VENDER Y MÁS BARATO DE LO QUE ME GUSTÓ"

Gonzalo nos llama desde Madrid. Compró un sillón de los que daba masajes. Le costó casi 5.000 euros. Lo han usado como 20 veces en casa. En 10 años. "Y te da un masaje perfecto. Tiene 17 o 18 programas. Tiene música. Lo he puesto en Wallapop para regalarlo y ni me llaman".

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José Luis, por otro lado, cuando está en la sobremesa, pues se anima. Se mete en una plataforma muy barata por internet y un día se cogió un saco de boxeo baratísimo. Unos guantes amarillos y negros y "me vino la estructura. Y una bola, como en las películas de 'Rocky'. Pesaba una barbaridad". Al final, lo acabó vendiendo. Más barato de lo que le costó. Este oyente dice que le costó 180 y le costó 120. 

Por último, recogemos el testimonio de Ángel. Nos llama desde Córdoba. Un día, decidió comprar un reloj de actividad "y no soy capaz de ponerlo en marcha. Lo que sí me gustó es que las instrucciones venían en chino y pude traducir algo. Ponía que lo único que tenía de acuático era la correa. Es muy bonito".