La nueva normalidad de los ‘fósforos’

Este domingo terminó el estado de alarma después de 100 días y muchos de nosotros hicimos algo 'por primera vez' después de estos meses confinados. Por eso, este lunes ‘los fósforos’ de ‘Herrera en COPE’ nos cuentan qué es lo primero que han hecho en esta nueva normalidad.

Desde ir a la playa, comer en un restaurante, viajar a otra ciudad, pescar... los 'fósforos' han hecho de todo y han aprovechado el tiempo perdido.

Ana ha ido a la playa por primera vez después de tres meses. Junto a su marido se fueron a Castelldelfs y se encontraron con problemas para poder aparcar el coche, y aunque intentaron mantener la distancia de dos metros en la playa junto a ellos se puso una abuela con sus nietos y además se quemaron.

Manuel se ha ido este fin de semana de pesca. “No podíamos cruzar a la provincia de Badajoz a Cáceres en todo este tiempo y fuimos a Madrigalejo que tiene un pantano. Fuimos con mi madre, y capturamos 43 carpas con un peso de más de 250 kilos”.

Andrés, desde Écija, se comió un arroz ibérico en un chiringuito en la playa de Matalascañas. “No había mucha gente en Matalascañas, y todo muy bien”, nos cuenta.

Rafael y su familia salieron bien temprano hacia su segunda residencia y "nos encontramos con que la naturaleza había tomado nuestra casa, como si hubiese pasado un siglo, era irreconocible. En la casa nos encontramos con comida caducada, tuvimos que limpiar toda la casa, pero por suerte sin ninguna avería ni rotura. Una odisea, después de todo el tiempo que hemos estado sin poder ir a nuestra segunda casa".

Mónica también se fue a la playa, a playa de Pals en la Costa Brava, porque es un poco más grande y pensamos que allí la distancia se podía respetar. A la hora de ir a comer a un restaurante fue cuando tuvimos un problema porque tardaron mucho en atendernos y al final nos fuimos sin comer.

Chus se fue al pantano de Santa Teresa en Salamanca con amigos y disfrutando de “una tarde fantástica”.

Eva fue al bar del pueblo a tomarse una cerveza con su marido y su hermano.

Esther fue por la tarde a tomarse un chocolate con churros en el centro de Madrid, “con el calor que hacía, pero dentro dela cafetería se estaba fresquito”.

Paula aprovechó para sacarse los billetes de tren de Zaragoza a Puerto Llano. “Desde el año pasado no había vuelto a comprar billetes porque tuvimos que cambiar los de Semana Santa”, dice.

Por último, Pedro viajó de La Rioja a Soria para alimentar el cuerpo y el espíritu con “torreznos de 15 centímetros en San Pedro Manrique y bajar río abajo para ver unas cataratas impresionantes”.