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Gay de Liébana: "Nuestra economía ‘juega’ con empleo precario que aparece y desaparece"
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Si el fútbol es el vivo reflejo de la economía, ¿qué hay en común entre la selección y la economía española? ¡Soñamos en lo uno y en lo otro!
¿Qué similitudes cabe hacer entre el juego del equipo español y nuestra economía?
La gloria queda atrás: somos pura clase media. En el ranking de la economía mundial ocupamos la 13ª posición; en el futbolístico, vulgares octavofinalistas… inflación de pases y toques de pelota: efectividad nula. Nuestro modelo económico juega en horizontal, no en vertical, no rompe defensas y pisa poca área: ¡falta genio, vivacidad, remate y gol!
Nuestra economía se concentra en servicios de bajo valor añadido con empleo precario que aparece y desaparece… carecemos de sectores ultracompetitivos que impriman liderazgos y de jugadores (léase empresas) que marquen goles
¡Necesitamos talento para levantar el partido!, como en nuestra economía, donde apremia la formación solvente y la inversión en I+D, para ganar en competitividad y jugar finales
Hubo problemas al frente de la selección
En su mando y gestión, con sobresaltos y precipitación, como en la política, sin un Gobierno preocupado y ocupado en acelerar nuestro desarrollo. No hay referentes ni estadistas, solo cortoplacistas. Urge una brújula que indique el camino económico a seguir… tiki-taka, vamos haciendo y poco más…
Un buen ataque requiere una buena defensa. Una sólida economía exige unas finanzas públicas saneadas, leyes previsibles, un sistema tributario estable y sin sorpresas, seguridad jurídica sin fisuras y no cambiar las reglas del juego con el partido empezado. De lo contrario, no se avanza: ¡se retrocede! medianía futbolística somos y en mediocridad económica nos convertimos.