El grave problema que "estrangula" la prosperidad económica de España; la infracualificación juvenil

El economista, José María Gay de Liebana advierte en 'Herrera en COPE' de que la baja o casi nula formación de muchos jóvenes "carcome" nuestro desarrollo económico

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Unas 800.000 personas se encuentran actualmente en situación de ERTE y varios cientos de miles de trabajadores pueden engrosar ERES, ser víctimas de concursos de acreedores o, simplemente, quedar descolgados del mundo laboral por su insuficiente capacitación profesional.

España se enfrenta a un grave problema que carcome nuestra prosperidad económica y será, si no lo es ya, una auténtica rémora: la infracualificación juvenil, osea, la baja o casi nula formación de muchos jóvenes que afecta al 30% de nuestra juventud de 25 a 35 años, que no tiene el bachillerato ni ha cursado estudios equivalentes de formación profesional.

La insuficiente formación de la juventud repercute en baja promoción laboral, en debilidad de nuestro PIB y estrangula nuestro desarrollo económico. En un país donde sus jóvenes y su gente están mejor preparados, su economía acelera. En Corea del Sur solo un 2% de su población de entre 25 y 35 años no tiene estudios de bachillerato o de formación profesional. En Suiza, solo el 6% de sus jóvenes está en tales condiciones, como en Polonia, Canadá, EE.UU. En la Unión Europea el porcentaje de esos jóvenes sin estudios es del 13%. Y en España, un penoso 30%, cuando la media de los países de la OCDE es del 15%.

La formación básica es imprescindible para asomar la cabeza en el mundo laboral. Una sólida formación cualifica y capacita en habilidades imprescindibles y poder trabajar tanto en la dura economía real como en la imparable e incipiente economía tecnologizada, digitalizada.

Si hasta ahora en España una persona con poca formación podía enrolarse en actividades vinculadas a determinados servicios y sacarse unos eurillos durante algunos meses, esto se acabó. Si el presente está siendo cada vez más exigente, el futuro sólo permitirá el acceso a quienes estén muy formados.