La mirada económica de Gay de Liébana: “Credibilidad y espejismo”
Y de la credibilidad al espejismo de los manidos 140.000 millones de euros que de momento solo son buenas intenciones y afectuosas palabras
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El profesor José María Gay de Liébana analiza en 'Herrera en COPE’ las claves económicas del día.
La credibilidad - cualidad de creíble - se gana a pulso. No es de izquierdas ni de derechas, tampoco de centro; es resultado del trabajo bien hecho. Cuando los principales países europeos, con Reino Unido al frente, y Francia, desaconsejan viajar a España por la falta de control de la pandemia, es que nuestras autoridades no gozan de credibilidad en Europa, a diferencia de Portugal y Grecia. El ímprobo esfuerzo hecho por nuestro sector turístico, con el hotelero a la cabeza, se va al garete. Más de 80.000 millones de euros dejará de ingresar nuestra industria turística. Si de la crisis de 2008 nos sacó el turismo, en parte gracias al tsunami que nos benefició por la inestabilidad de los destinos de la cuenca mediterránea, ahora, en esta crisis vírica y económica es el turismo el sector más sufrido. Y el conjunto de toda la economía que mueve nuestro turismo supone el 25% del PIB. Mazazo para la economía de España. Más paro y más pobreza…
Y de la credibilidad al espejismo de los manidos 140.000 millones de euros que de momento solo son buenas intenciones y afectuosas palabras. Y este asunto hay que explicarlo. Porque esa millonada que vendrá desde Bruselas, si llega, será entre 2021 y 2022. Como fondos de reconstrucción que son, hay que reconstruir, ejecutar, portarse bien, no pavonear ni aplaudir para cobrar. O sea, explicar en qué se invertirá efectivamente el dinero recibido, sin derroches, y al propio tiempo hacer reformas estructurales. Para que eso sea factible hay que poner en marcha toda la ineficiente maquinaria de la penosa burocracia española con Gobierno, Comunidades Autónomas y, sobre todo, el ímpetu empresarial. Aclaremos: los 140.000 millones, si llegan, no salvan el brutal déficit público de 2020, que puede superar tal cantidad, ni es cataplasma de nuestra deuda pública que apunta a cifra desmesurada e impagable; ergo, no nos salvan de la bancarrota…