González Ferrari: "El triángulo Washington-Tel Aviv-Rabat puede ponernos al borde del ridículo internacional"

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Miro a nuestro gobierno en offside ante acontecimientos que pueden colocarnos en una situación aún más precaria. La ministra de Exteriores que no se enteró de nada en su reciente visita a Israel, es un botón de muestra de cómo el gabinete supuestamente bipolar de Sánchez, vive en la ensoñación de que el maná europeo borrará de un plumazo todas las preocupaciones y angustias de un país que parece desconocer, no ya lo que se nos viene encima, sino lo que significa el creciente deterioro institucional y el cada día más ínfimo peso de España en el exterior.

Si a pesar de los últimos esfuerzos por alcanzar un acuerdo mínimamente razonable entre la Unión Europea y el Reino Unido antes de que llegue el fatídico uno de enero todo sigue como hasta ahora, el daño a nuestra economía puede ser devastador. Productos que hoy todavía consumen los británicos bajo el sello de made in Spain, pueden ser sustituidos por los de otros países.

El primero en la cola para beneficiarse de esa posibilidad nada remota es Marruecos. Mohamed VI no perdona al arrogante Sánchez el no haber realizado a Rabat su primer viaje al exterior, como hicieron todos sus antecesores, y con la calculada presión migratoria y el cerco a Ceuta y Melilla, aprovechando la debilidad gubernamental y la estupidez de Iglesias cuya demagogia e ignorancia geopolítica son siderales, el triángulo Washington, Tel Aviv, Rabat puede ponernos en una situación al borde del ridículo internacional.

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