Javier González Ferrari, sobre Sánchez: "Hay que reconocer que como vendedor de crecepelo es imbatible"

Miro lo ocurrido ayer en el Senado y concluyo que no fue un debate. Asistimos al enésimo aló presidente que utilizó su tiempo, en no pocos momentos harto cansino, en repetir todas las falsedades que jalonan sus años al frente del gobierno y, eso sí, a burlarse del líder de la oposición cada vez que estaba en el uso de la palabra.

Asegurar que gobierna para la clase media y trabajadora es una falacia, igual que vendernos bajadas de impuestos hasta ahora inexistentes, así como el fin de la precariedad laboral con el indecente truco de los fijos discontinuos. Hay que reconocer que como vendedor de crecepelo es imbatible y que utiliza la demagogia con una habilidad sorprendente.

Acusar a su oponente de insolvencia o mala fe invita a la carcajada viniendo del trilero mayor del reino. Ahora resulta que son los poderes económicos quienes han llevado a Feijóo a la cúpula del PP, lo cual es un insulto a los militantes. A él, sin embargo, le alzaron al poder una sentencia manipulada por un juez de moralidad más que dudosa con la moción de censura, y después el apoyo de los partidos minoritarios, manchados de traición, cuando no directamente de sangre de cerca de un millar de inocentes.

Si no hay pactos entre los dos principales partidos es porque Sánchez prefiere pagar el peaje a quienes quieren fraccionar España y dinamitar la Constitución, mientras a la derecha lo único que le ofrece son trágalas.