Barbosa: "La relación del PSOE y Podemos es de velcro, lo mismo se rompe que se puede recomponer"

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Son las 8, las 7 en Canarias:

¿Qué tal? Buenos días. Saludos de Sergio Barbosa en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este martes 16 de julio de 2019. Justo hoy se cumplen 50 años del comienzo del viaje más alucinante que jamás haya hecho el ser humano. Tal día como hoy hace medio siglo el Apolo 11 despegaba con la intención de que uno de los tres hombres que llevaba a bordo se diera un garbeo por la Luna. Aquello fue un hito impresionante que convocó al mundo desarrollado ante el televisor en una señal que, por cierto, pasó por España, por la estación de Robledo de Chavela.

Y es que, los españoles de una otra manera siempre estamos ahí. Ahora, sin ir más lejos, unos vascos han presentado en San Sebastián el primer modelo español de taxi volador. Lo presentaron ayer, como decimos, en San Sebastián, pero en realidad para subirse sería mejor ser de Bilbao porque es una especie de huevo con capacidad para una persona o 150 kilos de carga, lo que ustedes prefieran, que puede volar a unos 300 metros de altura gracias a 4 drones que hacen las veces de hélices.

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Bueno, pues fuera bromas, lo mismo es el futuro que también puede pasar, por cierto, con los coches autónomos que, entre otras cosas, podrían evitar como el vivido esta noche en Gijón, donde un conductor “kamikaze” ha circulado durante 50 kilómetros en dirección contraria por la A-8. El tipo ha perdido la vida tras un choque frontal no sin antes haber dejado 6 heridos, entre ellos dos niños, así que ha sido terrible.

La noticia que nos asaltaba esta madrugada en este Día del Carmen en el que los marineros rinden homenaje a su patrona. Pues hablando de patrona no sabemos a qué patrón se podrá encomendar Pedro Sánchez para ser investido presidente, pero el culebrón de la investidura está más que nunca en un momento Pimpinela.

Dicen de las derechas, que avanzan en Madrid y Murcia, pero sin cerrar acuerdos. Pero, anda que lo de las izquierdas... Hoy los socialistas no saben si se harán con el Gobierno de La Rioja porque la única diputada de Podemos no dice ni a la de tres lo que piensa votar. Pero eso no es lo más grave. Lo más grave es que tras su paso por Televisión Española y Telecinco, ayer Pedro Sánchez cogió la máquina de escribir su relato y se plantó en La Ser para escenificar el portazo definitivo, definitivo hasta la próxima, a Pablo Iglesias.

La oportunidad para romper amarras con Podemos se la ha brindado la última jaimitada de Pablo Iglesias. Eso de hacer un referéndum para preguntar de manera tendenciosa a sus bases si debe seguir apretando al PSOE con el famoso gobierno de coalición. Eso y llamarle idiota a la última propuesta del PSOE, algo que para el orgullo de Sánchez ha sido demasiado.

Total, que Sánchez ha roto con Podemos y en Podemos se hacen los sorprendidos. Aquí en realidad lo que tenemos, en primer lugar, son las consecuencias de una clase política que se ha dedicado a denostar el legado de la Transición en los últimos años. Cuando tú menosprecias el ejercicio de transacción que se hizo los 70, te puedes encontrar 40 años después con unos políticos que no son capaces de ponerse de acuerdo. Pero luego lo que tenemos son dos partidos que se están colocando ante el espejo de sus propias limitaciones: el PSOE ante la constatación de que no es un partido hegemónico por más que subiera a ciento 23 diputados, y Podemos a la constatación de que asaltar los cielos era más difícil de lo que se pensaban.

Pablo Iglesias ninguneó en su momento a Izquierda Unida, se acordarán, pero el tiempo está demostrando que Podemos corre el riesgo de ser poco más que el restyling de Izquierda Unida. Nuevo nombre, nuevo color corporativo, mucho morado, pero el mismo grado de influencia más o menos en la política española a este paso.

Se les ha visto la obsesión por los sillones. Y eso no es lo que me dieron en la Puerta del Sol en aquel famoso 15-M, como tampoco vendieron el chalet de Galapagar, las pulgas y tantas y tantas cosas. Aún con todo, ayer decíamos que la relación del PSOE y Podemos está hecha de velcro, lo mismo se rompe que se puede recomponer, así que los podemitas piden seguir negociando.

Con la relación entre PSOE y Podemos aparentemente rota, cabe preguntarse si de aquí al próximo lunes hay margen para otro tipo de acuerdo que no acabe con una investidura fallida y haya que ir a septiembre y si en septiembre no sale haya que ir a elecciones en noviembre. Y es cuando los partidos de centro derecha arquean las cejas, miran al cielo y piensan: “otra vez van a venirme con el mismo cuento de que me abstenga”.

Pues en el Partido Popular ya no saben cómo explicar que si hay que hablar de pactos de Estado se habla, pero que dejar pasar a Sánchez el rubicón de la investidura para que luego, ya en Moncloa, se pueda poner de acuerdo con Podemos y nacionalistas en el Congreso para hacer lo que le venga en gana, pues como que no.

Teodoro García Egea lo tiene claro. El Partido Popular busca su lugar en un escenario en el que, posiblemente, sean de los que menos tengan que perder en una repetición electoral.

Y luego está Ciudadanos, otro partido al que el pactódromo ha puesto a prueba. Y es que, si hay un partido que ha tenido que ir al sastre para ajustar las costuras del traje, ese ha sido el partido naranja. Liberales, pero sin pactar con los socialistas que tontean con los nacionalistas; de centro derecha, pero sin querer saber nada de Vox; defensores del colectivo gay, pero expulsados de la manifestación del Orgullo. Y en Cataluña, donde nacieron y se hicieron fuertes, perdiendo votos y con encuestas preocupantes. Con todo, al final Albert Rivera ha tenido que tomar una decisión. Y esa decisión es ampliar la ejecutiva de Ciudadanos.

Cuando uno amplía la Ejecutiva lo puede hacer con dos intenciones: una puede ser dar cabida a nuevas sensibilidades o meter a más de los tuyos para diluir en esa mayoría a la oposición interna. Y ya sabemos que tras las últimas dimisiones, en la Ejecutiva de Ciudadanos quedaron voces críticas que siguen pensando que lo mejor sería pactar con el PSOE. Sin embargo, José Manuel Villegas niega que la cosa vaya por ahí.

Ciudadanos, por cierto, también prepara primarias ante un posible adelanto electoral en Cataluña. La marcha de Inés Arrimadas ha dejado allí un vacío difícil de llenar en esa comunidad donde el PSC empieza a encontrar poco a poco un hueco entre los separatistas. Como en los viejos tiempos, están poniendo los mimbres para que los catalanes no nacionalistas vuelven a sentirse un poco huérfanos ante la revisión de la sociovergencia. La sociovergencia nueva que podría ser la del indulto. Así que ya veremos qué pasa en esta larga semana antes de la famosa investidura.

A todo esto, lo que sí ha generado bastante consenso es el rechazo a las palabras de la vicepresidenta en funciones del Gobierno apropiándose del feminismo, diciendo que el feminismo es cosa del PSOE y llamando “bonita”, así con displicencia, a toda aquella mujer que ose, que tenga el valor de ser feminista por libre, sin pasar por la caja ideológica. Casi no ha habido partido que no haya puesto a Calvo en su sitio. Andrea Levy, por ejemplo, mujer y dirigente del Partido Popular ha querido dejar su opinión.

Pues no se crean, todavía hay gente que piensa diferente. En el PSOE hay personalidades como María Jesús Montero que han hecho un esfuerzo por defender a quien trata con displicencia, como decimos, a las mujeres “bonitas” o “llaneras solitarias”.

Dice la ministra de Trabajo en funciones que uno no se puede sumar al feminismo simplemente porque esté de moda. No entiende, a lo mejor, que es que el feminismo o es inclusivo o no será. Y si no que vean el último informe del Reina Sofía, según el cual sólo el 37% de los lóvenes varones se consideran feministas, mientras un 25%, una cuarta parte, considera justificado controlar a su novia porque los celos, dicen, son una muestra de amor.

Como para no sumar fuerzas en la lucha por la igualdad. Y más con las manadas de las que, por desgracia, tenemos que seguir hablando. Hoy sin ir más lejos concentración en Manresa, en Cataluña, para mostrar apoyo a la víctima de la segunda manada y pedir mayor seguridad. Los cuatro jóvenes magrebíes detenidos por el caso ayer fueron llevados a la casa ocupada para reconstruir los hechos. Y en COPE, nuestros compañeros de Cataluña, han hablado con vecinos y nos hablan de cambios de hábito en Manresa, de calles por las que ya la gente no pasa. Medidas de educación, pero también a corto plazo de seguridad.