Sergio Barbosa: “El plan del Gobierno es que el ajuste fiscal lo hagamos los españoles vía impuestos”

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¿Qué tal, buenos días?

Fíjense, hoy no es festivo pero la tradición católica sí que aprovecha esta jornada para recordar a esos niños de Judea que, sin comerlo ni beberlo tuvieron que pagar el pato de que a Herodes le diera por encontrar al Mesías al precio que fuera

Y como no sabía quién podía ser el Niño Dios que le podía disputar el trono (creyendo él, ignorante, que la cosa iba de tronos en la Tierra) pues mandó quitar de en medio a cualquier niño menor de dos años.

Y tratándose de un pasaje biblíco que nos sitúa en Oriente Próximo pues no deja de mover a reflexión lo que está pasando ahora mismo también en esa misma tierra donde tantos niños inocentes han muerto tanto en Israel como en la Franja de Gaza a cuenta de un conflico que ojalá termine pronto.

Buenos que estamos a 28 de diciembre, también nos recuerda que a este 2023 le quedan literalmente cuatro afeitados.

Cuatro días para que nos comamos las uvas y entremos en un año nuevo, en el que ya sabemos lo que nos espera en algunas cuestiones que tienen que ver con el bolsillo.

No se preocupe, que esta mañana vamos a repasar cómo ha quedado todo que es, básicamente, que algunas ayudas ya se van retirando pero otras todavía se mantienen, porque el plan del gobierno es que el ajuste fiscal lo hagamos los españoles vía impuestos.

Ahora bien, si usted me pregunta cuál será hoy la imagen del día, cuál será el tema que concentrará los análisis al final de la jornada y que será la foto de las portadas de mañana. Pues seguramente, para no arriesgarme mucho en el pronóstico, yo apostaría a que esa imagen nos llevará a Pamplona.

Porque lo que va a pasar hoy en Pamplona es algo que, “No por esperado”, deja de ser crucial en el tablero de la política española.

Hoy es el día en el que se va a confirmar que eso que se llama el PSOE y que ha sido muchas cosas a lo largo de su historia con muchas identidades desde marxista a socialdemócrata pues ahora es una "cosa tal” que prefiere tener al frente de la principal alcaldía de Navarra a los herederos políticos de ETA, antes que al centro derecha de esa comunidad foral.

Y esto cambia la película por completo. Porque, hasta hace muy poco, el PSOE de Pedro Sánchez entendió que tenía que ocultar a sus propios votantes, (tanto en las elecciones del 28 de Mayo, como en las del 23 de julio)… que su verdadera intención era llegar al día de hoy.

Que la intención era pactar con Bilsu. Pactar gobiernos y alcaldías en un territorio como Navarra.

Y no somos nosotros los que nos queremos poner tremendistas diciendo que esto es vergonzoso: fue el propio PSOE el que lo ocultó, mostrando una actitud vergonzante.

Y lo que era vergonzante ayer normalmente no deja de ser vergonzoso 24 horas después.

Con lo cual, hoy más que nunca, en Pamplona y en toda Navarra, van a resonar los ecos de todo el reguero de declaraciones que Pedro Sanchez nos ha regalado, a lo largo de estos últimos años.

El PSOE pacta con BILDU

Pues apunten la fecha del 28 de diciembre de 2023 y no como una inocentada sino como una realidad: el PSOE pacta con BILDU… no ya unos presupuestos generales del Estado, no ya una investidura en el Congreso, sino en el corazón de Navarra, (la plaza tan ansiada por el supremacismo vasco, donde la Ribera y muchos navarros que no son de la Ribera se niegan a ser asimilados por ese proyecto político).

Fíjense, una ciudad, Pamplona… donde ETA mató a 27 personas. Pues ahí es donde el PSOE ha movido ficha para que, en lugar de gobernar UPN, a partir de hoy lo hagan los filoetarras... con un equipo de gobierno, en el que ninguno de los concejales que van a acompñaar a Joseba Asirón ha condenado a ETA.

Y esto seguramente no se quedará aquí. No sabemos si algún día veremos a algún ministro de BILDU pero que el PSOE empiece a hacer cosas parecidas en algunas instituciones del País Vasco está más cerca...

Eso y que en la propia Pamplona se animen, no sólo a permitir, sino a entrar con Bildu en ese gobierno municipal.

Algo que todavía no han hecho pero que, tarde o temprano lo veremos también.

De momento, el estupor es tan grande que, ya saben ustedes que los socialistas acuden con un voto menos del previsto a la moción de censura de este mediodía contra la alcaldesa Cristina Ibarrola, porque les ha costado encontrar sustituto para el hueco dejado por la ministra Elma Saiz.

No va a tener consecuencias en la moción porque el PSN tiene un margen de dos votos para aupar a Bildu pero sigue coleando el rechazo de hasta dos candidatos en las listas socialistas de Pamplona para ocupar ese puesto libre de concejal.

Pasan las horas y pocos se creen realmente que el motivo de esas renuncias haya sido el “terrible” acoso y señalamiento de UPN como si la gente de UPN fuera ahora la nueva Batasuna (que es ya lo que faltaba por oír).

Aquí lo que pasa, realmente, es que el PSN sabe que va a hacer algo bastante cuestionable en lo moral y que además se lo ocultó a sus propios votantes.

Y como Pamplonja al final es un pueblo grande pues no sólo te tienes que dar la cara con los vecinos de UPN que están indignados… También con más de un votante socialista que todavía se creyó eso de que no se pactaría con Bildu.

Y ya sabemos que hay políticos que tragan con lo que sea por tal de trincar un puesto de ministro o de diputado, pero es que lo de “concejal de Pamplona”, en el mejor de los casos, son 37 mil euros. Y si no tienes dedicación exclusiva te pagan algo más de 200 euros por sesión.

A poco que uno se pueda buscar la vida en el sector privado, lo que te pagan de “concejal socialista de Pamplona” no compensa los sapos que se van a tener que tragar.

Busquen más por ahí la razón de esas renuncias que no en el supuesto señalamiento insoportable de UPN.

En todo caso cruzamos los dedos para que hoy todo acabe bien, sin ningún incidente destacable, porque está previsto que se junten ante el ayuntamiento los partidarios de Bildu y los seguidores de UPN. Unos para celebrar la toma del ayuntamiento y los otros para criticarla.

Que los abertzales ya saben: son los que tienen permiso para concentrarse porque Sortu lo pidió ya en noviembre… lo cual demuestra que esta operación política estaba orquestada desde hace tiempo, mientras los socialistas la negaban.

A todo esto lo que habrá que ver es si ahora lo que habrá que ver es si lo que Sánchez niega o rechaza respecto a Cataluña, acabará teniendo un final parecido a esto de Pamplona.

De momento, en el balance de fin de año Sánchez pasó por alto una cuestión tan fundamental como la amnistía... y tuvieron que preguntarle los periodistas para que dijera algo sobre el referéndum soberanista que le han exigido sus socios separatistas para Cataluña en 2024…

Tratándose de Pedro Sánchez ya sabemos que lo que diga puede ser cierto o no… porque la hemeroteca y sus famosos cambios de opinión le preceden.

Pero como, últimamente, con lo de la amnistía se ha acostumbrado a ir modulando su discurso para acercarse a lo que realmente va a hacer, pues no está demás analizar sus palabras.

Sánchez ha dicho que “no comparte el referéndum” y que, lógicamente, no lo acepta, pero dejó abiertas otras vías de entendimiento lo cual es dejar la puerta abierta a algún tipo de consulta.

“Algo se va a votar” sea una reforma del Estatuto o cualquier otra cuestión que salga de la factoría de grandes invenciones sanchistas. Algo se votará.

Y lo que se vote podría llevar en un seno un cambio implícito para el modelo territorial de España. Algo que ya ideó Zapatero al aceptar cualquier referéndum que saliera del Parlamento catalán y que ahora, años después, puede concretarse con la alianza entre Sánchez y los separatistas con un Constitucional que ya no estará para poner muchas pegas.

Una alianza que consistiría en: vosotros sois los dueños de Cataluña y a mí me dejáis gobernar en el conjunto de España sin que el centroderecha toque poder.

Viva el Pacto de Tinell y viva el muro en el Congreso.

Escudo social

Creáme, que por ahí van un poco los tiros de un 2024 en el que efectivamente ya sabemos que el famoso escudo social lo va a ser pero un poquito menos.

Esto, si lo hicieran otros gobiernos, dirían que nos han subido el precio de la luz un 5% a partir del lunes y que, de aquí a primavera, el gas nos lo van a subir un 16%.

Pero como la izquierda es una maestra con la narrativa ayer lo que nos contó Moncloa es que, a pesar de los ajustes que pide Bruselas pues que el gobierno ha tenido a bien subir el IVA de la luz solo del 5 al 10% y que se van a esperar a que pase el invierno para volver a colocar el IVA del gas al 21% original. Que todo va a ser gradual.

Y que además, se mantiene como estaba el IVA de los alimentos y las bonificaciones del transporte a pesar de que Sánchez prometió en la investidura transporte gratis total para menores, jóvenes y desempleados.

ES decir, ganar no hemos ganado nada pero nos quieren hacer ver que nos han quitado poquito.

Y eso deja en el aire una pregunta ¿Estas “pocas ganas” de recortar que tiene el gobierno en lo social… son la confirmación de que los ajustes van a venir, mayormente, en forma de más impuestos?

Pues son muchas las voces que nos dicen que lo mejor es que nos vayamos mentalizando de que la jugada irá básicamente por ahí.

De momento el IRPF va a seguir financiando las arcas del Estado, en este contexto de inflación y también se va a prolongar el impuesto a la banca y las energéticas.

Pero en el caso de las energéticas se va a permitir que, a partir del 1 de enero, puedan desgravarse las inversiones vinculadas con proyectos industriales y energías renovables.

Es decir, ese difícil equilibrio de, os queremos sablar pero sin que os marchéis con vuestras inversiones a otra parte.

Y al País Vasco se le permite gestionar ese impuesto lo que ahonda en la competencia desleal entre autonomías españolas que pretenda acoger esas inversiones renovables.

Es la España a dos velocidades que ya está en marcha... (y no, no parece que sea ninguna inocentada)