Carlos Herrera: “La campaña cierra de la misma manera que abrió, con mentiras"

- 5 MIN

Señoras, señores, me alegro, buenos días.

Es viernes, es 21 de julio, y hoy acaba la campaña. Por fin acaba la campaña electoral, por fin.Y en 48 horas, apenas el 48 horas, se abren las urnas el domingo. Se ha ampliado el plazo para formalizar el otro por correo, que ha sido uno de los temas de la campaña. Hoy Correos presume de haber conseguido gestionar un volumen masivo de peticiones.

Pero la verdad que no sin escándalo, en buena medida gracias a la voz de alarma que dieron los sindicatos a la empresa que obligó la dirección de la empresa a ponerse las pilas. Aún quedan quienes solicitaron el voto por correo y no lo van a ejercer, pero eso ya es cuestión de cada uno porque tiene la posibilidad de ir hasta las dos.

Las mentiras de Pedro Sánchez

La campaña cierra de la misma manera que abrió, como le contaba las 7 de la mañana, en la Legislatura del sanchismo, con mentiras. Jamás se ha utilizado tanto el término mentira como en esta campaña.

Alguna vez yo les he contado aquí la estrategia del trumpismo de Steve Banon, que el lema era cuando tienes un problema lo que hay que hacer es inundar el campo de mierda. Eso es lo que hemos visto en esta campaña, la absoluta falta de credibilidad de Pedro Sánchez es tan irreparable que los estrategas de Moncloa decidieron convertir a Feijóo en un mentiroso parecido.

Entonces si la palabra de Sánchez no vale nada, pues ya no le cuento lo de Feijóo... esto ocurrió a raíz del cara a cara.

Ayer precisamente esa estrategia se les volvió como un boomerang en el asunto de los peajes. Feijóo le preguntó a Sánchez en el debate si pensaba poner peajes en las autovías, tal como había prometido él a Bruselas dentro de un plan para obtener fondos europeos; y Sánchez lo negó y ayer en La Sexta lo volvió a negar.

Faltaron cinco minutos para que la portavoz económica de la Unión Europea confirmara que el gobierno de Sánchez, el gobierno de Sánchez, había dicho que efectivamente había propuesto la medida. Es decir, es acabar una legislatura exactamente igual que se empezó, con mentiras. Porque el sanchismo se ha construido exactamente en la mentira.

La primera fue la moción de censura; la segunda, decir que convocaría elecciones en dos meses; y la última ha sido la de esconder los peajes. Y entre medias todo ha sido mentira: tengo un comité de expertos, haré una auditoría de la pandemia ,no pactaré con Bildu, no nombraré a los jueces del Poder Judicial, no seré presidente gracias al independentismo, endureceré el delito de rebelión, no daré indultos políticos, no ha cambiado nada con Marruecos, España va como una moto... ¿Sigo?

No sigo porque es que no hay tiempo en hablar de todo lo que ha dicho este Sánchez, que es un bulo envuelto en una mentira constante, absolutamente constante. Claro, en llegando a esta cuestión y además con las características de esta convocatoria de elecciones, elegir el día más caluroso del año, con media España de vacaciones ,poner al límite a la ciudadanía por una cuestión personal, por un capricho personal, por la intención de que si puede votar menos gente mejor; y desde luego que a mí en mi partido no me organizan un guirigay después del 28 de mayo.

Es decir, hacer de esta campaña o de esta elección casi una segunda vuelta electoral, es la derrota de hace dos meses en las municipales y autonómicas la que le lleva Sánchez a adelantar elecciones como un plebiscito sobre su persona. Dos campañas electorales en dos meses y medio en pleno verano, eso desborda cualquier organización.

La estrategia del PSOE y Sánchez en la campaña

Y ha sido también la campaña de los bandazos tácticos del presidente del Gobierno. Primero, una campaña encapsulada, Sánchez se dedicó a los medios a hacer aquellas entrevistas ridículas a sus ministros y luego después del debate cambió de estrategia, algún mitin, pero solo siete de las 52 circunscirpciones. No ha pisado de Andalucía, Castilla- La Mancha,Castilla y León, Navarra Canarias.

Pero ha sido la campaña del ocultamiento también, porque PSOE y Sumar han dedicado dedicado todos los esfuerzos a ocultar lo que han sido, lo que han significado en casi cuatro años de gobierno y lo normal es que un gobierno se presente a las elecciones haciendo el balance de su gestión, pidiendo la confianza para hacer más.

Aquí Sánchez y Yolanda se han presentado pretendiendo ser dos personas distintas a los que nos han gobernado estos años, ocultando los socios de Esquerra y de Bildu, incluso ocultando a Irene Montero. Solamente un lema 'Que te vote txapote', ha sido capaz de romper el espejismo .

Si fuera por lo que hemos visto en esta campaña, lo más normal es que no largáramos a la playa. Pero no se vota por la campaña, la peor de la democracia, posiblemente, se vota por lo que ha ocurrido en estos años y por lo que pueda ocurrir en los próximos.


¿Por qué hay que votar este domingo?

El domingo se vota para decidir si Junqueras y Otegui le siguen imponiendo a Sánchez trágalas como los indultos a los golpistas, la derogación de delito de sedición, el cambio del Código Penal ... Y ya veremos cuantos referéndums de autodeterminación por metro cuadrado.

El domingo se vota para decidir si queremos otros cuatro años más de leyes radicales y divisivas o de desastres legislativos como la ley del sí sí que hizo ese conjunto de taradas que ocupa todavía el Ministerio de Igualdad, se vota para decidir si queremos que la Justicia sigue siendo objeto de bronca permanente y de parálisis.

El domingo se vota para decidir si queremos que un gobierno que desde las instituciones se dedique a señalar a ciudadanos concretos, como han hecho con empresarios o con periodistas, que les voy a contar.

Aquí se vota si queremos otros cuatro años de tensiones, polarización o si enfriamos un poco la vida pública; hacer aquello que despierte Ortega vamos a ponernos a las cosas porque aquí hay muchas cosas pendientes.

Y también se vota por la economía porque, hombre, no tenemos la crisis pavorosa del 2011 con aquellos cinco millones de parados, pero los españoles somos los europeos que más se han empobrecido en estos años, somos los que más poder adquisitivo..., puedo seguir hasta el infinito.

En unas elecciones se vota el balance de una gestión y estos cuatro años dan para hablar y para no parar, y también se vota por una expectativa de futuro y lo que Sánchez ofrece lo comprobamos ayer, más mentiras como con los peajes. Que esto no es un cambio de opinión ni es una rectificación, es mentira, una mentira obscena, descarada, impúdica.

Todos estamos fatigados, cansados, desfondados; porque dos campañas seguidas son agotadoras. Pero es que hay en juego muchas cosas importantes.

Lo primero, el domingo hay que ir a votar con la fresca y ver qué es lo que pasa . Vamos a ver si el ánimo que tiene ahora mismo el Partido Socialista es en una forma de autoconvencerse y animar a los suyos, o es que sabe cosas que los demás no sabemos; o simplemente silbar mientras atisba la tormenta dan la impresión.

Confían en un resultado inesperado, que oiga porque no podría darse perfectamente, resultado de bloqueo, por ejemplo que es a lo que más puede aspirar bueno pues son cuatro meses más hasta que lleguen otras elecciones con otra campaña angustiosa como es la permanente.

La pregunta que nos hacíamos a las 7 de la mañana oiga que ha cambiado del 28 de mayo al 23 de julio para pensar que los mismos que votaron entonces ahora mismo no vayan a votar en el mismo sentido, es decir, para pensar que España decida no echar a esta gente.