Herrera: "El debate lo perdió Sánchez, que apretaba la mandíbula, se sentía acorralado y más arriesgaba"

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Señoras, señores, me alegro, ¡buenos días!

Hoy es 23 de abril y son las 8 de la mañana. Y hoy es San Jorge. Miren por donde lo vamos a celebrar con dos Gorgues en el plató de esta radio. Si las televisiones tienen plató, digo yo que las radios también tendrán plató. Dos Gorgues, y los Jordis y los libros y las rosas y Castilla y León y Aragón. El San Jorge de Aragón y el levantamiento de los comuneros. Hoy son días para celebrar muchas cosas. Para celebrar, por ejemplo, que se ha pasado la gota fría en el levante peninsular que ha dejado agua, pero agua, vamos... Para aborrecerla directamente. Yo creo que los frentes van a estar más en el Atlántico y en el Cantábrico.

Y hoy es el día después, pero es el día en el que... Es decir, es el día después de un debate, pero es el día en el que se vive la segunda parte de un debate donde cada uno ya sabe. Cada uno de los que intervino ayer en el primer debate electoral en Televisión Española ya sabe de qué pie calza el contrario y cuál ha sido su primera estrategia. Es decir, que veremos cómo se reconstituye, cómo se recomponen, qué estrategia de segunda parte utilizan todos y cada uno de ellos.

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Del debate de ayer, que tampoco fue tan pelma como algunos a priori anunciaban. Es decir, los debates, cuatro señores hablando, soltando proclamas, etcétera, etcétera. No, bueno, tuvo su interés, eh. Tuvo su interés.

Del debate de ayer debemos decir como primera providencia que tal vez los debates, en eso no se ponen de acuerdo los expertos, no ayudan a ganar votos, pero sí ayudan a perderlos. Si tú ganas un debate, teóricamente es probable que no ganes votos, pero como lo pierdas sí que es probable que pierdas fotos.

Y quizás con esa primera providencia trabamos el relato de lo que ocurrió anoche. No sé quién lo ganó, aunque hoy en los medios digamos que hay una cierta coincidencia en decir que el que anduvo más eficaz fue Albert Rivera, pero sí sé quién lo perdió.

Lo perdió el que menos creía en el debate, al que no le gustaba el debate, al que no le gusta debatir, al que de alguna manera apretaba demasiado la mandíbula, al que se sentía acorralado en algunos momentos, el que más tenía que perder, el que más arriesgaba, el que ahora viéndolo, nos damos cuenta de por qué no quería debatir. Y ese es Sánchez.

¿Quiere decir eso que Sánchez va a perder las elecciones? No corran tanto. No tengan tanta prisa. Si usted es partidario de Sánchez, piense que a pesar de que ayer no tuvo su mejor día y el formato de los debates no está hecho para él, lo más probable es que gane las elecciones. Esté usted tranquilo. No crea que porque ayer no fuera su día o porque esta noche no vaya a serlo, que ya veremos, a Sánchez se le escapa de las manos la posibilidad de formar una mayoría con el que iba vestido de repartidor de plato de chipirones en un chiringuito de la costa. Hay un meme muy bueno en el que se ve a los tres con traje y a Iglesias con la camisa con las mangas subidas que dice: “El típico caso en el que quedas con tus amigas y te dicen que van a ir con cualquier cosa y luego van los tres de gala”. Pues exactamente lo mismo.

Bueno, les digo, analicemos uno por uno. Como les digo, Sánchez. Nadie que esté en posición de ventaja sobre los demás tiene tendencia a querer debatir. ¿Por qué? Porque arriesga. Es más cómodo estar tranquilo y que los demás vayan diciendo cosas porque el que no tiene nada que perder se tira en tromba. Y como de algún golpe de verdad, como te coja la mandíbula, te puede hacer daño. Por eso, Sánchez no quería debatir. Porque es el que más tiene que perder.

Casado, presidencial. Algunos son críticos con él porque esperaban que Casado fuera más efectivo, contundente. Él es un buen parlamentario. No es Casado un hombre que necesite muchos papeles para urdir una buena intervención. Pero ayer utilizó guardia baja. No vayamos a ser agresivos.

Rivera estuvo incisivo. Desde luego, estuvo eficaz a decir prácticamente el 90% de los análisis que se hacen hoy en prensa.

E iglesias con su impostura habitual. En este caso blandiendo una Constitución que ha despreciado, de la que ha dicho que había que derogarla, que era la continuación del Franquismo por otros medios. Se ve que en el permiso de paternidad le ha dado tiempo a leérsela y ha descubierto que la Constitución tiene cosas magníficas. Bueno, bienvenido al club.

Faltaba Abascal, que es lo que quería Pedro Sánchez. Pero ya que faltaba Abascal digo yo que también faltaba Otegi y también faltaba Junqueras, que son los que se pasan el día diciendo que van a apoyar a Pedro Sánchez porque es el que más les conviene como presidente del Gobierno.

Sánchez no respondió a las cosas elementales que le preguntaron. Cuando más se enarbola es cuando sale el asunto catalán. Sus pactos con el independentismo catalán, el indulto posible después del juicio del Tribunal Supremo en el que no supo decir que no les va a indultar. No hace falta que diga que hay que esperar la sentencia porque, evidentemente, claro que tiene que ser así. Sin embargo, tú sí puedes decir que vas a respetar la sentencia en todos sus términos y que lo que diga la justicia bien dicho está. No es propio anunciar un indulto sin sentencia, en eso tiene razón Sánchez, pero descartarlo no es tan difícil. Y es lo que Sánchez no quiere hacer. Es decir, no respondió a lo fundamental.

Y el pacto con los independistas es su talón de Aquiles. Miren, cuando le sacas esos asuntos se desarbola. Y veremos esta noche porque esta noche es la noche en la que teóricamente se arreglan errores y se acentúan los mensajes. Lo que hay que preguntarse es si va a ser un debate distinto o no. Sería frustrante que no cambiará. Es decir, que fuera un poco más de lo de ayer. Hoy tiene que haber alguna cosa más. Y veremos si el formato lo permite o no lo permite, pero recuerda lo que les decía al principio: la pregunta es si se gana votos por ganar un debate. Hay quien asegura que sí y yo tengo mis dudas. Lo que sí que está claro es que se pierden votos cuando se pierde un debate.

Desde luego, ayer, lo que se perdió, se perdió a los puntos, no por K.O., así que ya veremos esta noche. Pero también le recuerdo que eso no me parece suficiente como para hacer peligrar la victoria de Sánchez en las próximas elecciones.

Ayer dio la sensación de que, efectivamente, ayer cometió un error escénico, que es no comparecer después del debate y largar a José Luis Ábalos a que soltara un ladrillo de los que acostumbra, de diez minutos. E irse resguardado con los suyos a Ferraz a que le dijeran presidente, presidente. Ese es un error porque da la sensación de que admites que has perdido. Veremos si esta noche eso también lo subsana o no Sánchez y compañía. El primer debate no ha pasado de una primera toma de contacto y vamos a esperar al segundo envite.