Herrera: “El PP debe volver a ser una alternativa decente al peor Gobierno que ha padecido España desde 1978”
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Señoras, señores, me alegro, buenos días
Ya son las 8 de la mañana de este miércoles 23 de febrero del 2022 donde las temperaturas van a tocar techo en España, particularmente en la Península, partes de Andalucía con 10 grados más de media, la lluvia no aparece, solo por Galicia y Canarias, donde estaremos mañana en el teatro de La Laguna. Además, con la suerte esa de poder hacerlo una hora antes, que es el sueño de todo madrugador, madrugar más todavía.
LA SOLEDAD DE CASADO
Le han madrugado Pablo Casado todos los apoyos. Casado sigue siendo presidente del Partido Popular, pero abandonado por todos en una demostración descarnada de lo que es la política. Seguramente que no más diferente que otras muchas actividades en la vida pero viéndola y siendo testigos de su proceder todos los días, nos damos cuenta que la política tiene esas peculiaridades, es poder. Mientras uno cree que está en el poder todavía puede retener, pero cuando llega a la conclusión de que el líder cae todos los que le ponían tuits a favor, se unen a la jauría y, además, con una saña innecesaria, más allá de la responsabilidad que el propio Casado tenga en alargar su agonía. No son pocos los que llegados a este punto no le ven sentido a que hoy comparezca a la sesión de control del Gobierno pero, a lo mejor, él quiere una despedida en público en esa sesión de control. Conectaremos a partir de las 9 en este en este programa.
El caso es que ayer fue el día en el que parece que Casado se convenció de que esto no da más de sí. Le abandonaron dirigentes autonómicos, alcaldes de su confianza, presidentes más los que defendían como López Miras, el alcalde de Madrid y el alcalde de Zaragoza…
CON DÍAZ AYUSO LA BOMBA EXPLOTÓ
Posiblemente no, probablemente Pablo Casado no merezca este trato y tenga razones para pensar que se es injusto con él. Pero esa es Apocalipsis Now, miren, fíjense ustedes la paradoja, la gran paradoja de toda esta historia. Hace poco más de un mes Casado y García Egea estuvieron a punto de complicarle mucho la vida al Gobierno de Sánchez, desde luego de romper tumbando la reforma laboral las alianzas con el resto, con los despojos de Frankenstein, ya no le digo yo tanto provocar unas elecciones anticipadas pero estuvieron casi a punto. Gracias a que García Egea pastoreó bien en el Congreso. Pero aquello fracasó por la torpeza de un diputado, Casero, que le dio mal al botón y el abuso de la presidenta Meritxell ‘Putxeret’. Bueno, pues desde entonces todo ha ido cuesta abajo, ni la victoria en Castilla y León paró la desenfrenada carrera hacia el precipicio del PP que terminó con Casado, con Egea lanzándose al vacío como ‘Thelma y Louise’. Su actuación, su acusación a Isabel Díaz Ayuso tratada como una enemiga de rival más que una compañera a la que pedir explicaciones detonó una bomba que finalmente se ha llevado por delante, primero ya a Egea que ayer era o cesado o el dimitía; y, quizá hoy mismo acabe con la carrera política de Pablo Casado o tal vez en el encuentro con los barones esta tarde o en la Junta Directiva del próximo martes con la convocatoria de un Congreso extraordinario. Sí que es cierto que al PP le conviene que las cosas se hagan ordenadamente, irse sin más es lo más fácil, hombre, pero dejando arregladas las cosas se supone que es lo preceptivo.
FEIJÓO, ¿EL ELEFANTE BLANCO DEL PP?
Este martes 1 habrá Junta Directiva Nacional y que ese mismo mes, seguramente, el mes de marzo se va a celebrar un Congreso extraordinario, que hay que organizarlo, no es tan sencillo. Y lo normal es que a esa cita ya no llegue Casado porque ni quiera, ni pueda ni le dejen y que la cita se dedique a lanzar al nuevo presidente del PP que seguramente va a ser Alberto Núñez Feijóo si no salen rivales de última hora. Ayer, la guerra del PP se llevó por delante todo, con una lista de bajas narrada minuto a minuto que no dejó títere con cabeza y que demuestra la resistencia inicial de Casado a aceptar lo que era inevitable. Su problema ya no era solo con Ayuso, que por cierto ayer conoció la apertura de diligencias en la Fiscalía Anticorrupción por el contrato que benefició a su hermano y por otra parte aclara que no de materia, es decir, no es tanto una investigación es la apertura de unas diligencias. Decía que el problema de Casado era y es con todo el PP, su comité de dirección, presidentes autonómicos, los grupos en el Congreso y el Senado, barones autonómicos que son los que le dieron la puntilla… con lo cual hay que dar por echa la salida de Casado y cuando lo anuncie parar el linchamiento excesivo que ha sufrido. Si lo ha hecho mal, vamos si no fuera así, no se te revela todo un partido lo ha hecho mal, pero la crueldad utilizado contra él resulta a veces injusta con su trayectoria.
h3>ADOLFO SUÁREZ, UN ESPEJO EN EL QUE MIRARSE
Y bueno, luego habrá que preguntarse qué quiere ser el PP de mayor, que ahora es un espantajo, es una muleta involuntaria del sanchismo, no se puede creer la ayuda que le está dando su máximo rival. Mañana con Feijóo o con quien sea, debe volver a ser una alternativa decente al peor Gobierno, al peor Gobierno que ha padecido España desde 1978. Yo me atrevo sugerirle a Pablo Casado que haga el pequeño esfuerzo que hemos realizado esta mañana, he buscado y rescatado en discurso de dimisión de Adolfo Suárez, el 29 de enero de 1981. Oigan, oigan hay que leerse ese discurso:
“He llegado al convencimiento de que hoy y en las actuales circunstancias mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia la presidencia. Me voy sin que nadie me lo haya pedido, desoyendo la petición y las presiones con las que se me ha instado a permanecer en mi puesto. Con el convencimiento de que este comportamiento, por poco comprensible que pudiera parecer a primera vista, es el que creo que mi patria exige ahora.
No me voy por cansancio, no me voy porque haya sufrido un revés superior a mi capacidad de encaje, no me voy por temor al futuro. Me voy porque ya las palabras parecen no ser suficientes y es preciso demostrar con hechos lo que somos y lo que queremos. Nada más lejos de la realidad que la imagen que se ha querido dar de mí como lo de una persona cerrada el cargo, todo político ha de tener vocación de poder, voluntad de continuidad y de permanencia en el marco de unos principios pero un político que, además, pretenda servir al Estado debe saber en qué momento el precio que el pueblo ha de pagar por su permanencia y su continuidad es superior al precio que siempre implica el cambio de la persona que encarna las mayores responsabilidades ejecutivas de la vida política de la nación.
Yo creo saberlo, tengo el convencimiento de que esta es la situación en la que nos hayamos y por eso mi decisión es tan firme como meditada. Trato de que mi decisión sea un acto de estricta lealtad”. Adolfo Suárez, 29 de enero de 1981.
Hace 41 años, es un discurso que hoy merece una lectura sosegada y estoy seguro que si el señor Casado lo lee, que lo conoerá, le ayudará a tomar su decisión, la que tiene que tomar, o la que seguramente ya habrá tomado con mucha más densidad y conocimiento.