Herrera: "Te quitan el dinero haciendo eso que en el lenguaje de los socialistas se llama armonizar"

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Es lunes, es 18 de abril, feliz Pascua de Resurrección. Lunes de Pascua, cambia el tiempo. Hemos tenido en Semana Santa, como saben ustedes, algún arrebato de aguas que ha fastidiado el plan a más de uno, especialmente el lunes y martes, pero luego la verdad que hemos disfrutado de un tiempo en algunas partes de España, prácticamente veraniego. Ahora viene una semana de resaca y esto de la Semana Santa en la que digamos empiezan a bajar las temperaturas, de repente hay un escalón de un día para otro y llegan aguas que también siguen haciendo falta en toda España.

Hoy todavía es festivo en La Rioja, Navarra, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares... La mona de Pascua, estas cosas en alguna de ellas, etcétera, etcétera. Y hombre, la verdad es que una de las una de las imágenes que nos confirman que hemos vuelto a vivir una Semana Santa parecida a lo que era la Semana Santa de las mejores épocas ha sido la de los atascos en carretera. Cómo estaban ayer las carreteras para confirmar que hemos vuelto a una cierta normalidad, porque ha habido retenciones que se han alargado hasta bien entrada la noche.

Una Semana Santa, como las de antes, en coche

Hasta la una de la mañana todavía había atasco, por ejemplo, para entrar en Madrid hoy. Veremos qué pasa en Valencia o qué pasa en Barcelona, pero un clásico de las carreteras de España: Despeñaperros. ¿Se acuerdan ustedes cuando Despeñaperros no estaba desdoblado? Que tampoco hace tantos años de eso.

Cuando no estaba desdoblado Despeñaperros, cruzar ese paso natural para llegar a Andalucía por carretera, pues había que ir muy cargado de paciencia. Exactamente igual que ayer a las cuatro de la tarde, un trayecto de tres horas se hacía en cuatro y media. El punto más complicado estaba en la A4, a la altura de La Carolina, en Jaén. Diez kilómetros de retenciones. Veremos qué pasa en alguno de esos lugares y veremos a ver qué pasa esta semana porque esta es la semana en la que en teoría, dice gobierno, que mañana va a retirar la obligación de llevar mascarilla en interiores.

Las mascarillas en interiores se acaban

Esa mascarilla que nos ha acompañado en exteriores e interiores... Ya en exteriores no. Todavía hay gente que la sigue usando por prudencia o por miedo, por lo que queramos, pero en interior solamente va a ser obligatoria en transportes públicos, en hospitales, en asilos... Luego las empresas, cada una decide. Conviene decir una cosa. El hecho de que no sea obligatoria en interiores no quiere decir que sea obligatorio quitarse la mascarilla.

El bicho sigue ahí. Hay algunas situaciones en las que parece aconsejable llevarla. La Semana Santa nos va a pasar el recibo en términos covid, Indudablemente, veremos si de forma más leve. No parece que vaya a ser de forma grave. Es decir, que la ocupación hospitalaria se vea resentida por estos días de mucho contacto. No digamos ya aquellos lugares donde ha habido cofradías y, por lo tanto, además contagio porque hay una variante menos agresiva que ómicron, pero que anda por ahí.

Ya veremos lo de las mascarillas, tiene su qué, porque conocemos el decreto el martes mañana del Consejo de Ministros y luego el miércoles lo pondremos en marcha.

Sánchez y el lenguaje socialista

Aquí mientras tanto, el debate político en España, después de que hayamos despertado de esta Semana Santa y hayamos visto que el dinosaurio todavía sigue ahí, que Sánchez. Es verdad que asediado o acosado por malas noticias que constatan malas perspectivas políticas para su futuro. Ahora le daré algunos datos de Andalucía y de alguna encuesta que aúpa a Núñez Feijóo.

Hoy van a encontrar ustedes la luz algo más barata, a precio de jamón del bueno. La inflación cercana al 10 %. Llenar el depósito de combustible sigue costando una media de 90 €, 30 euros más que hace un año. La luz está ahora en un momento que se considera bajo, está el doble que el año pasado. En 2 días, miles de pequeñas empresas, autónomos, comerciantes van a tener que pagar el IVA, la Seguridad Social, el Impuesto de Sociedades, lo que haga falta.

Y la gran batalla de los próximos días: toda la infantería del gobierno va a salir defendiendo subidas de impuestos. Lógicamente, la oposición exigiendo que los baje. Bueno, lo podemos contar de otra manera: Sánchez no está dispuesto a reducir el gasto público, donde hay elementos claramente simbólicos. Ministerios, el ejército de asesores... Como Europa va a dejar de comprar deuda soberana a sus socios, nos quiere pegar otro palo fiscal para seguir haciendo caja con la luz, con el gas y con los carburantes, para poder seguir gastando.

Te quito el dinero y luego yo lo gasto. Y te quito el dinero, además haciendo esa cosa que en el lenguaje de los socialistas se llama armonizar impuestos. Armonizar para los socialistas es subir. Olvídense. Son sinónimos.