Herrera: "¿No es suficiente el paro u 800 millones de corrupción para evitar que el PSOE siga otros 40 años?"

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Señoras, señores, me alegro, ¡buenos días!

Ay, Señor, Señor, que ya es viernes. Tendrá esto, ¿verdad? Ya es viernes. Es viernes 30 de noviembre. Se acaba el mes. Se estrenan prácticamente todas las iluminaciones de casi toda la ciudad. De iluminación de Navidad. Ayer, esta noche, esta semana despedimos el frente que hoy todavía va a dejar lluvias, quizá por el Mediterráneo, y la jornada... Bueno, entre nubes y claros y con alguna helada en el interior a primera hora de la mañana, pero con temperaturas agradables. Bajan un poco, pero son temperaturas agradables.

¿Saben ustedes que el domingo a las 8 de la tarde esta casa, esta cadena, pondrá en marcha un programa que me honro en copresentar junto con toda la redacción de informativos, con Ángel Expósito, con Pilar, con Fernando acerca de las elecciones de Andalucía? Elecciones en Andalucía. Le diré, ¿son iguales que las anteriores? Nunca una elección es igual a otra, ni si quera en aquellos tiempos en los que Manuel Chaves convocaba a la par las elecciones generales y ganaba de calle tranquilamente hasta con 60 diputados con el 52,2% de los votos. No. Hasta incluso en estas elecciones donde el Partido Socialista tiene la menor expectativa de voto, quizás junto con la que obtuvo en el año en el que le superó Javier Arenas con 50 escaños, pero en aquel momento tuvo 47 si no recuerdo mal. Las encuestas le dan algo menos. Pero, en cualquier caso, le dan la posibilidad de gobernar. Seguir gobernando a Susana Díaz. Veremos con qué tipo de estabilidad, pero seguir las cosas en Andalucía como siempre.

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Andalucía es la tierra en la que los lugareños pagan los impuestos más altos de toda España con una administración elefantiásica; con un paro muy “por cima” de los demás, el doble que en Madrid, por ejemplo, el 23% de paro; con unos índices de fracaso escolar, de paro juvenil, absolutamente alarmantes; con episodios de corrupción como los Eres, donde se han despistado 800.000.000 de “leuros”, que vaya usted a saber dónde están; con los índices de inversión extranjera más bajos del país; con Andalucía en la cola de todos los indicadores, no ya nacionales, internacionales... ¿Y nos parece bastante para cambiar? De verdad, criaturas mías, ¿no os parece bastante para cambiar? Enviar a todos estos a la oposición un tiempo. Estos que han realizado una gestión nefasta, que van a estar 40 años, porque presumiblemente van a seguir, con...

Es un caso único en Europa. Una tierra fascinante, portentosa, amable, pero con unos miedos atávicos incomprensibles. Con unas costumbres que parece que es que estén grabadas a fuego en el interior de los huesos. En los epiplones, ahí en la barriga. Y que haga que la gente tenga miedo al cambio, que sea conservadora de forma enfermiza.

Miren, esta campaña, la campaña que finaliza hoy, digamos que ha sido una campaña... Lo más amable que podemos decir de ella, anodina. Susana Díaz a la defensiva. Entre las dos formaciones de izquierda, sin agresiones, levantando el espantajo de Vox como si viniera el demonio, como si viniera un atajo de delincuentes a formar parte del Parlamento andaluz, donde posiblemente entren; con un centro derecha muy poco organizado, atesorando una campaña particularmente inane; y con temor bien fundado de un alto nivel de abstención. Ese es el panorama esencial.

Para no debatir sobre la nada de la acción de un gobierno del PSOE en Andalucía, ¿qué ha hecho Susana Díaz? Insultar a Vox y se acaba el debate. Y le hace la campaña a Vox, que es lo que le interesa por otra parte. Que crezca Vox porque eso no se lo quita a ella, se lo quita seguramente al Partido Popular, algo a Ciudadanos, algo al voto que estaba por ahí en casa que no salía. Y después, bueno, esa vieja tradición del PSOE de Andalucía que es de apropiarse del nombre de Andalucía, de la historia de Andalucía. Hacerse permanentemente el ofendido si alguien censura el devenir político de la tierra.

Seguramente a mí por haber dicho todo esto hace un momento, bueno... Ahora mismo estarán tildándome de todo. De mal andaluz por supuesto. Porque Susana Díaz habla de Andalucía como si fuera la única con legitimidad para operar en Andalucía.. Fíjense ustedes, tiene algo en común con el retro nacionalismo que tanto dice detestar, y que seguramente detesta, pero es que esa sensación de que los únicos andaluces de verdad, que son auténticos, son aquellos que votan al PSOE, ya es un poco cansina.

Dicen: “Voto para que Andalucía siga avanzando”, dice la campaña. ¿Pero avanzando hacia dónde? ¿Hacia qué? Cuatro años de tiempo absolutamente perdido. Y otra vez, de verdad, otra vez, no hay nada. ¿Qué tiene que pasar para que buena parte de la ciudadanía cambie de opinión en cuestiones tan señaladas como esta? Una cuestión fundamental, que es la de a estos se les envía a la oposición y si los que vienen no lo hacen bien, se les vuelve a enviar a estos también. En fin, vamos, lo que... Oiga, suele pasar con normalidad en muchos lugares.

Aquí nos hubiera gustado tener a Susana Díaz hoy o ayer o antes de ayer. Nosotros pusimos este programa enteramente a su servicio para que viniese a decir lo que quisiese. Para que pidiese el voto para su formación. Y no ha querido. No ha encontrado ni 10 minutos para ello. Ni por teléfono. Nada. Y este es el programa líder en Andalucía, que con los resultados de las tres letras, estos del EGM, no solo es el programa líder en Andalucía. Miren, hay una cosa muy significativa en el conteo en Andalucía. Sevilla es una plaza donde Radio Sevilla de la Cadena SER ha sido faro guía y señal por excelencia, seguramente merecido, porque lo hace muy bien. Oiga, para mí ha sido un orgullo empezar en Radio Sevilla. Y siguen haciéndolo muy bien. Y son, además, grandes amigos. Pues este programa ha superado ya en Sevilla a Radio Sevilla. Dirá usted que vive en Lugo o vive en Gerona: “No me cuente usted cuestiones locales”. No, no, quiero decir que aquí tiene un buen altavoz Susana Díaz si quiere contar cosas. Pero no ha querido. No nos ha querido ni ver. Es que ni ponerse al teléfono. Bueno, chicos, pues qué le vamos a hacer. Lo lamento por ustedes que seguramente les hubiera gustado escucharla.