El mensaje más ácido de Herrera tras el 28-A: "Que gobiernen Sánchez e Iglesias. Disfrutemos de lo votado"

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Señoras, señores. Me alegro, buenos días.

Ya es el 2 de mayo. Hoy es festivo en la Comunidad de Madrid. ¿Por qué es feriado? Porque se conmemora el levantamiento del pueblo de Madrid contra las tropas de Napoleón. Aquel 2 de mayo podría ser perfectamente una Fiesta Nacional. Los franceses habían llegado a un pacto con España para invadir Portugal. Pero cuando entraron las tropas en España se quedaron aquí para invadirla y contaron con la colaboración de dos imbéciles muy importantes, que fueron Carlos IV y Fernando VII. Fueron apresados por Napoleón y colaboraron con él. Eran dos desgracias de esas que tocan a veces, sobre todo Fernando VII. Cuando se corrió la voz en Madrid de que querían secuestrar al Infante Francisco de Paula, uno de los hijos de Fernando VII, el pueblo de Madrid se levantó.

Queridos niños, aquel inicio del siglo fue abrir las puertas a un siglo tormentoso para España. Los españoles tenemos razones para meter la cabeza debajo de la almohada en muchos pasajes de la historia, pero también para estar orgullosos de algunos otros: Las Cortes de Cádiz, que establecen la separación de poderes, el control de la Monarquía, la soberanía de la Nación y la creación de una sociedad de hombres y mujeres libres e iguales. En 1812. Cuando volvió Fernando VII se lo cargó y volvió el absolutismo. Dio inicio a un siglo enloquecido de guerras carlistas, un rey impuesto por una potencia ocupante España, una república, una restauración, un rey que se traen de Italia, muchas constituciones... Un lío que luego además desemboca con el Desastre del 98, cuando España pierde las colonias y tiene que reinventarse una vez más de cara al siglo XX. Esa fiesta del 2 de mayo se conmemora hoy. Y que repito que podría ser una fiesta Nacional, no sólo de la Comunidad de Madrid. 

La vista la tenemos puesta en Venezuela. La jornada de ayer confirma que Maduro ha superado este alzamiento. Estados Unidos ha confirmado que los interlocutores dentro del chavismo, los que debían desbancar a Maduro, han apagado el teléfono. Por si acaso. Porque han visto que esto no funcionaba. Esto quiere decir que hay gente que se sienta con Maduro que estaban en la pomada. A lo mejor el propio ministro de Defensa, Vladimiro Padrino. Porque EE.UU. dice que tenían un acuerdo con él para que los militares reconocieran a Guaidó, convocara elecciones y el otro cogiera un avión y lo llevaran fuera. Pero se tuvo que precipitar la operación porque Guaidó tenía información de que le iban a detener. Al precipitarse, la improvisación hizo que no fuese lo que algunos esperaban y ahora hayan dado un paso atrás.

Pero el veneno está metido. Maduro sabe que ahí tiene a alguien que estaba en esa revuelta. Y que ya veremos cómo evoluciona. De todos modos, Guaidó no ceja. Sigue con la presión en la calle. Y España sigue protegiendo a Leopoldo López en la residencia del embajador español. Luego están aquí Pablo Iglesias y todos los chavistas - Alberto Garzón y compañía - diciendo que eso es un golpe de Estado. Cosa que no dijeron cuando lo dio Maduro creando la Asamblea Constituyente cuando perdió unas elecciones. Y no dicen nada que esta situación en Venezuela viene provocada por la ideología de Iglesias y Garzón. Y los consejos de Iglesia y los tres o cuatro majaderos que andaban por ahí trincando pasta - Monedero y todos esos - para la evolución de Venezuela. Y han dejado un país sin luz, sin comida, sin hospitales, sin dinero, sin libertad y sin absolutamente nada. Pero como ellos tienen doble moral pues ahí los tienen. Ahora queriendo entrar en el Gobierno de España. Cosa que a Sánchez ahora le da asquito. Pero que durante la campaña firmaron un documento en la Moncloa por el que iban a subir el salario mínimo interprofesional, que ya ha costado algunos empleos.

Tiene su razón Iglesias cuando dice que quiere entrar en el Gobierno. "Yo quiero ser gobierno porque la gente ha votado el pack". Y esa idea, de que Sánchez e Iglesias iban a gobernar, es la que ha ganado, ¡Pues si ha ganado que gobiernen! Claro, claro. Vamos a disfrutar de lo votado. Vamos a disfrutar de Sánchez, pero también de Iglesias. Vamos a disfrutar de 22.000 millones de subida de impuestos. Porque esta gente tiene que gastar, tiene que regar, tiene que comprar a todo el que haga falta. Venga, 22.000 millones. Pero eso quién lo va a pagar, ¿los ricos? No, no. no, eso lo va a pagar usted. Pero oiga, hemos votado esto ¿no? No vamos a cambiar la voluntad de la gente. Vamos a gozar de esto. 

Vamos a gozar de una España con influencia sindical. Como ayer los sindicatos, que no han aprendido absolutamente nada. Ayer pidieron volver al modelo laboral de antes de 2012. El modelo laboral de antes de la reforma laboral que la crisis fue incapaz de evitar que se destruyesen tres millones de empleos. Esta reforma laboral, que era una reforma que primaba los acuerdos de las empresas ante los acuerdos de los sectoriales... claro, les quitaba a estos un poder notable. Y estos viven de lo que viven. Sobre todo de representar a funcionarios, más que otra cosa. Y lo que quieren es volver a lo acuerdos sectoriales antes que los empresariales. Es decir, volver a los anacronismos que han destruido millones de empleos. Estos tíos son los mismos que le hacían la ola a Zapatero cuando se destruía empleo y Cándido Méndez se pasaba el día en la Moncloa de cuarto vicepresidente. Ni una crítica, ni una crítica. Luego se hace la reforma laboral, se crea todo el empleo que se ha creado todo este tiempo y eso no vale. Oiga, se ha recuperado el 80% del empleo que se perdió en la crisis. Pues nada, a subir impuestos. Hay que gastar, dicen. No se atreven a decir: "Hay que castigar a las familias y a las empresas". Y utilizan además este lenguaje del "No pasarán", "No vendrán a Madrid"... La pérdida de influencia del sindicalismo supongo que alguno de ellos estará tomando nota sobre esto.

Y Pedro Sánchez va a recibir a Casado, Rivera e Iglesias pero no va a recibir a Vox. Lo cual es una muestra de sectarismo... Oiga, a Vox lo han votado más de dos millones y medio de españoles. Que le guste o no, de momento no han cometido ninguna ilegalidad. Ni se han negado a condenar ningún asesinato. Como si ha pasado con otros a los que se ha pasado media campaña llamando por teléfono - a los Otegui y compañía - para ver si le apoyaban sus votaciones parlamentarias. Nada, nada, que gobierne la izquierda. Y con Iglesias dentro del Gobierno. Vamos a disfrutar de lo votado.