Sergio Barbosa: "Es 18 de agosto y los españoles con la pauta completa solo somos el 63%"
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¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible ‘Herrera en COPE’ en este miércoles 18 de agosto de 2021.
Ya se nota, eh... ya se nota que los días van siendo más cortos. Ya el atardecer le va comiendo un poco de terreno a esos días tan largos y maravillosos que tuvimos a lo largo del mes de julio cuando uno cena todavía a plena luz del día, casi como si fuera todavía por la tarde. En todo caso, todavía nos quedan dos semanas para disfrutar de agosto y todo lo bueno que implica el verano.
¿Será éste el último verano con pandemia? Pues Dios quiera que sí, porque el mundo no puede permitirse ya más incertidumbre, ni, sobre todo, más disgustos como el que nos llevamos cada vez que Pedro Sánchez falla un pronóstico.
Mira que lo teníamos todo bien calculado, con las dosis que teníamos, las que debían llegar venir, la gente que se la tenía que poner. Pues nada, ha llegado el 18 de agosto de 2021... y los españoles con la pauta completa solo somos el 63%. Y mira que el presidente del gobierno insistió en que llegados a este 18 de agosto, estaríamos en el 70% de inmunización. Bueno, tan claro lo tenía que no veas el gusto que le cogió a aquello de la cuenta atrás.
Bueno, pues nada, no ha habido suerte este 18 de agosto y seguimos sin tener inmunidad de grupo. Aunque es verdad que el control de la quinta ola va por el buen camino. Bajan todos los indicadores, menos el de fallecidos, que se ha estropeado por culpa de la explosión de contagios de julio: 144 muertos en 24 horas, lo cual supone el dato más alto desde mayo.
Sea como sea, el Gobierno sigue convencido de que, pasado este verano, todo lo que nos espera debe ser bueno por narices. Es decir, la pandemia debe ir a mejor y la economía también. Por más que la deuda pública de España ya esté por encima del 122% de nuestro PIB.
Ese dato, desde luego, es una auténtica barbaridad, pero el Ejecutivo prefiere quedarse con lo bueno:
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño ha venido a decir, a su manera, porque ella es más fina y más técnica que nosotros, que vamos a recibir billetes como para asar una vaca. Ahora lo que hace falta es usar bien ese dinero y, que realmente sea una palanca para modernizar la economía española y salir de este embrollo. Porque con esa deuda gigantesca que tenemos no nos podemos permitir más pasos en falso.
DEVOLUCIONES DE LOS MENORES A MARRUECOS
Porque para “paso en falso” el que puede haber dado el Gobierno con la devolución a marruecos de los menores de Ceuta. Un asunto, como saben, tan delicado que el ministerio del Interior, de Grande-Marlaska, y el de Asuntos Sociales de Ione Belarra han entrado en guerra civil.
Con la Fiscalía investigando la actuación de Interior, con la Audiencia Nacional reclamando ya también a Interior la orden que activó esas polémicas devoluciones. El juzgado de Ceuta, que tomó cartas en el asunto y paralizó la devolución de un grupo de menores, sólo paralizó eso: la devolución de un número concreto de niños, en base a la denunciad e una ONG.
Pero el ministerio del Interior y el gobierno de Ceuta, ante la inseguridad jurídica que todo esto provoca, han decidido paralizar todas las devoluciones hasta que se aclare si el procedimiento es válido o no.
Aquí la clave parece que estará en saber si se han realizado expedientes individuales y si se han emitido resoluciones caso por caso. De momento, la consejera de presidencia de Ceuta, Mabel Deu, asegura que el protocolo que se activó, con el visto bueno de Marruecos, contaba con todas las garantías.
Pues ojo, porque ese frente común que pueden haber hecho el ministerio del Interior y el gobierno de Ceuta, ahora que la Audiencia Nacional aprieta, lo mismo empieza a tener fisuras. Porque lo último que ha dicho Marlaska en ‘La Sexta’ ha sonado un poco a, si falta algún tipo de expediente, la culpa será de Ceuta.
Pues vamos a ver cómo acaba este asunto, que no es baladí porque, de lo que salga, estará en juego no sólo el bienestar de esos niños, que debe ser una prioridad, si no también la capacidad que tenga España o no, de devolver a Marruecos los niños que nos quiera enviar cada vez que a su Rey le dé por pegarnos una patada en la espinilla.
ANTE LA ATENTA MIRADA DE LOS TALIBANES EN AFGANISTÁN
Y, entre tanto, pues, fíjense. El Gobierno de Sánchez, tan incómodo en este asunto de los niños marroquíes de Ceuta, ha querido retomar la iniciativa en el capítulo humanitario con ese ofrecimiento para acoger, temporalmente, a todos los afganos que hayan colaborado con la Unión Europea. Serían unas 400 personas, más o menos el mismo número de personas que debemos sacar de Kabul. No hemos sido los más rápidos en mandar los aviones. El segundo salía ayer con retraso hacia Dubái. Y allí en Dubái debemos esperar a que se dé la ocasión de poder llegar a Kabul. Parece, por lo que nos cuentan, que habrá que esperar, por lo menos, hasta mañana.
Lo cierto es que la situación, poco a poco, empieza a ponerse más fea de lo que ya estaba porque los talibanes han comenzado a cerrar el paso a ese aeropuerto de Kabul a los afganos que consideren, o sospechen, hayan podido colaborar con los occidentales.
Talibanes que siguen jugando a eso de vender ahora una inesperada imagen de moderación. Como eso de prometer una amnistía general, respetar a las mujeres dentro, eso sí, de la Ley Islámica y de difundir imágenes de lo más tiernas, haciendo bicicleta elíptica en el gimnasio del palacio presidencial, riendo en los autos de choque o subiéndose al tiovivo como si fueran simples colegialas.Ahí estaban los tíos, que cualquiera que los vea se creerá que no han matado nunca una mosca. Vamos, como esto siga así, cualquier día vemos a los talibanes reunidos con Adriana Lastra y Rafael Simancas y estos diciendo que hay que pasar página, y tal y cual.
Bueno, pues a esas imágenes que la propaganda islámica está difundiendo, con la intención de humanizar a los talibanes, hay que sumar otras escenas realmente llamativas. El canal de televisión Al Jazeera, por ejemplo, se ha hecho eco de las inéditas protestas de algunas mujeres en Kabul, ante la aparente permisividad de los islamistas. Por más que los talibanes estén aparentando en Kabul una cierta permisividad, hay que echarle mucho valor, siendo mujer, para salir a reclamar respeto. Eso sí que es feminismo sin postureos.
La cuestión es, con mujeres manifestándose delante de los talibanes, con los talibanes subidos al tiovivo, echándose unas risas, ¿Aquí qué está pasando? Y, sobre todo, ¿qué va a pasar? ¿Esto es la prueba de que la represión no va a ser tan fuerte como hace 20 años? ¿Estamos ante un compás de espera en el que los islamistas ponen buena cara hasta que los occidentales se marchen?
Pues parece que Occidente se resigna a que Estados Unidos ya no haga de policía del mundo, mientras los talibanes están procurando, dentro de lo que son, no provocar demasiado, de momento, a la comunidad internacional.
Y, ¿entre tanto? Pues la OTAN trata de ubicarse y dice que “no permitirá bases terroristas en Afganistán”. Y a la Unión Europea, inoperante siempre en todo lo que tenga que ver con la seguridad internacional, ya ha dicho, por boca de Josep Borrell, que habrá que hablar con los talibanes, que para eso han ganado la guerra.
Ahora lo que le preocupa a Bruselas es cómo afrontar una “más que posible” crisis de refugiados. La crisis de 2015, con más de un millón de refugiados sirios, ya sabemos cómo terminó, con un enorme ejercicio de insolidaridad entre países y un auge de la ultraderecha. Otro capítulo así, sin haber salido de la pandemia, es lo que le falta al proyecto comunitario.
Pero fíjense lo que son las cosas, mientras Estados Unidos se repliega, mientras la Unión Europea se resigna a hablar con los talibanes, y mientras esos talibanes juegan a poner cara de buenos chicos, os que conocen de verdad de lo que son capaces, nos siguen avisando de lo que puede estar por venir. Ayer, en la rueda de prensa de Josep Borrell una periodista afgana suplicaba a Bruselas que no reconozca al nuevo régimen
Estremece el miedo de los que sufrieron a los talibanes, conmueve la valentía de las mujeres que ayer salieron a protestar a las calles de Kabul y confunde la actitud de Occidente en todo esto.
Nuestros valores democráticos ya no parecen exportables a otras partes del mundo, parece que nos conformamos con que no nos metan en problemas.El mundo anglosajón retrocede, el mundo asiático avanza y los medios de comunicación lo contamos, hasta que un buen día, nos deje de interesar y nos centremos en otras cuestiones. Son tiempos para observar, para analizar… pero también para mucha autocrítica.