Herrera: "La Ley de Vivienda es: injerencia, invasión, populismo, chavismo y, sobre todo, propaganda"

Carlos Herrera analiza las claves de la reforma laboral y la Ley de Vivienda que lleva a cabo el Gobierno

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Carlos Herrera

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Señores, señoras, me alegro, buenos días

8 de la mañana del miércoles 2 de febrero. Como les decía a las 6:30h, para los antiguos maristas, para los maristas, educados en los maristas, el 2 de febrero es el día de la Virgen de la Luz, la Candelaria. Que hoy está presente más que nunca en su iglesia de San Nicolás, en Sevilla, para el que quiera ir a verla, hermosísimo altar. Bueno, y a todos los maristas un abrazo muy fuerte. Hoy eran los días de las fiestas del colegio y esas cosas, que suponía bueno dos días allí en medio, usted sabe alguna parada en la rutina escolar tan necesaria pero a veces tan pesadita ¿verdad chavales?, que vais al colegio ahora.

LA TRETA DEL GOBIERNO PARA SACAR ADELANTE EL DECRETO DE LAS MASCARILLAS EN EXTERIORES

Hoy es el día de España la Expo de Dubái y se ha ido Pedro Sánchez allí, pierdan la esperanza de que se quede, volverá. Podría quedarse él y volver el Rey Juan Carlos, pero no, volverá. Volverá porque aquí tiene varias cosas que le ponen –políticamente hablando-: una, el saber que gracias a la reforma laboral y la aprobación de la reforma de la reforma laboral, mete en aprietos un poco a su socio parlamentario Podemos y él queda como el omnívoro que come de todo y pacta con todos; dos, la Ley de Vivienda a través de la cual puede, sobre todo, seguir ejerciendo ese gusto suyo por la propaganda, que no solo es gusto, es también, además, del gusto por la propaganda el dinero que ha doblado exactamente la cantidad en inversión en propaganda este Gobierno, ha doblado. El que se utiliza en cosas para mayor gusto de este ególatra y que no se utilizan en ir, entre otras cosas, menguando todas las deudas que va adquiriendo el Gobierno de España en nuestro nombre, es decir, quienes la tenemos que pagar somos nosotros.

Bueno, y luego tiene por delante unos días en los que es dedicarse a ver si sigue bajando la cosa de la pandemia y las incidencias y los contagios y la ocupación de los hospitales, jugar con la mascarilla: a que se pone o no se pone, a que se decreta o no se decreta aunque eso sí vaya tener que torear algunas embestidas constitucionales que le van a seguir llegando. Por eso qué es lo que se encuentra Sánchez cuando vuelva de su paseíto por Dubái y por Abu Dabi: primero, que la mascarilla queda aprobada en el Congreso y lo han hecho con una treta infame típica de este Gobierno. Juntarlo o meterlo en el mismo decreto que la subida de las pensiones más bajas, claro quién se opone a la pensión más baja, por lo tanto se aprueba la mascarilla en exteriores, que es un absurdo reconocido pues prácticamente por todos los expertos. ¿Qué tendrá que ver la mascarilla con la subida de las pensiones? Las churras con las merinas, bueno las churras con las merinas, ya les decía antes que al final son ovejas, al menos. Pero es que esto, qué tiene que ver. Bueno, es el desprecio a los procedimientos que tiene este Gobierno que por delante mañana tiene la aprobación o no de la reforma laboral. De esa reforma laboral que en realidad es el retoque de la reforma laboral de Mariano Rajoy y Fátima Báñez que es la que ha permitido seguir creando empleo, incluso en situaciones tan adversas con tanta destrucción como ha habido en España que es el país que más ha destruido, que más ha caído en su PIB y que más tarda en crecer, ya lo verán después con los datos de empleo del mes de enero.