“Ahora resulta que ha habido más miembros de la cúpula fiscal que han cambiado de móvil recientemente”

La vuelta a la bronca política después del llamamiento a la serenidad del Rey o las nuevas citaciones por el caso del fiscal general del Estado, en el monólogo de Sergio Barbosa de este viernes 27 de diciembre de 2024

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 ¿Qué tal? Buenos días. Saludos de Sergio Barbosa en nombre de la gente que hace posible Herrera en COPE en este viernes 27 de diciembre de 2024. 

Cuando empezó este año dijimos, para llegar a 2025 vamos a tener que trabajar 252 días laborables, pero lo bueno es que vamos a tener 52 fines de semana para poder coger un poquito de oxígeno por el camino. 

Bueno, pues ya estamos a las puertas del fin de semana número 52, último viernes del año, que nos pondrá ya en la recta final que conduce a las campanadas de Nochevieja. 

En todo caso, que estemos ya enfilando las uvas y que estas fechas inviten a funcionar un poquito a medio gas, no evita para que sigan pasando cosas. 

Por ejemplo, ya han pasado las primeras horas desde la colleja o pequeño coscorrón que el rey le dio a la clase política en su discurso de Navidad. Y después de las primeras declaraciones de contrición de PSOE y PP, la línea de ¡Uy, qué razón tiene el rey, hace falta más serenidad en el debate público!', el caso es que, como cabía esperar, la burra ha vuelto un poco al trigo. ¿Qué discutir? 

Tienen que discutir. Pero el problema es que han vuelto las declaraciones campanudas, las declaraciones que se pasan de la raya. 

      
             
      

Óscar Puente, por ejemplo, ya ha acusado al PP de llevarse por delante nada menos que la normalidad democrática de nuestro país. Es decir, para el ministro de Transporte, así en general, España no es una democracia normal por culpa de la oposición que hace el Partido Popular. Ya saben, eso del tornado de crispación. 

Es más, Puente se ha anudado el pañuelo a la cabeza y ha echado las cartas para pronosticar incluso que el PP estará los próximos siete años sin gobernar. ¿Siete años? Ni uno más ni uno menos. Es decir, que da por hecho que Sánchez aguantará toda esta legislatura y una más tras pasar, se supone, por las urnas en el 27. 

normalidad democrática

Y es curioso porque, hablando de normalidad democrática, parece que al PSOE le ha dado estas navidades por reflexionar mucho sobre ese concepto. Y ahí es donde la secretaria de Política Económica del PSOE, Emma López, nos ha sorprendido con un concepto de la normalidad bastante laxo. Dice que eso de que el presidente del gobierno se disponga a desplazarse a Bruselas para pedir la bendición de un tipo como Puigdemont, -que dio un golpe contra la Constitución y que a día de hoy sigue siendo un delincuente huido de la justicia-, que eso para ella, pues hombre, entra dentro de la normalidad.

      
             
      

 Son de tender puentes menos con la derecha. Con la derecha son más de levantar muros. Pero bueno, a ver, no es por desanimar a su majestad el rey, pero que los partidos políticos relajen un poco el ambiente va a estar bastante complicado.

 Primero porque hay cosas que claman al cielo, como esto de homologar a un golpista fugado como si tal cosa, mientras al mismo tiempo el PSOE a la mitad de los españoles les quiere hacer un cordón sanitario, porque según él son todos unos fachas. 

Que en eso, por cierto, el PP sigue teniendo también un problema de definición, porque se sigue moviendo en esa delgada línea en la que se alegra de llegar a acuerdos puntuales aquí en el Congreso con el partido de Puigdemont, mientras se escandaliza a al ver   Sánchez homologar al fugado en Bruselas. 

      

Ayer mismamente dio la sensación de que la dirección nacional del PP volvía a elevar el tono contra Puigdemont, acusando a Sánchez de estar dispuesto a bailar una jota si se lo pide el fugado, pocos días después de que los populares se mostraran orgullosos de haber tumbado de la mano de Puigdemont el fugado, el impuesto de las energéticas. 

A buen seguro el PSOE va a seguir metiendo el dedo en esa llaga. La cuestión es que decíamos que va a ser muy difícil que los partidos hagan caso al rey, primero por ese tipo de disputas tan enconadas, véase Puigdemont o véase también el asunto de la inmigración, que ayer también provocó otro choque entre socialistas y populares con el PP acusando a Moncloa de no asistir a Canarias en la llegada de inmigrantes, porque en el fondo lo que busca es que se rompa el gobierno canario de coalición.  700 inmigrantes han llegado en las últimas 48 horas. 

Y segundo, porque hay cuestiones de la polémica diaria que ya son más que polémicas políticas. Para Sánchez y para Ayuso, por ejemplo, algunos de los asuntos judiciales que están abiertos se han convertido literalmente en algo personal, en algo que afecta a sus propias familias. Y así es muy difícil que 2025 nos vaya a dejar una contienda política menos atronadora, que diría el rey. 

Ayuso, en su balance de 2024

De hecho Ayuso, en su balance de 2024 y su pronóstico de 2025, ha vuelto a sacar la artillería pesada contra Moncloa. "Y por eso necesitamos estar más preparados que nunca para este 2025, que comenzará probablemente lleno de mentiras y de ataques a todo aquello que da sentido a nuestra nación y a nuestra historia. El objetivo de Sánchez y de su débil proyecto, ya lo estamos viendo todos, es atrincherarse al precio que sea"

Ayuso tiene un problema personal con Sánchez y muchos pensarán que tampoco es para menos, teniendo en cuenta el caso de la filtración de los datos fiscales de su novio, que mantiene imputado al fiscal general del estado, el fiscal de Sánchez, según el propio Sánchez. 

Un caso que, según un informe de la UCO, apunta a una coordinación entre la fiscalía y Moncloa para la filtración de sus datos confidenciales a diversos medios de comunicación cercanos al gobierno. 

Ese presunto mamoneo que parece que hubo en Moncloa, con demasiada gente manejando un informe sobre los problemas fiscales de un ciudadano particular que no debería haber salido de la fiscalía, es uno de los ramales de este asunto. 

Y habrá que ver cómo termina, porque de momento a dos secretarios de Estado de Comunicación les han entrado unas ganas tremendas de dejar su cargo después de conocerse el informe. 

De hecho, como saben, dos han renunciado en tan solo 20 días. Pero luego está el otro ramal de ese caso, sobre el que ha habido novedades en las últimas horas, que fue la tensión interna que se vivió en la propia fiscalía debido a los movimientos para publicar la nota de prensa, la que también se pretendía desvelar la información confidencial. 

Ya saben, el fiscal general del Estado y sus cargos de mayor obediencia, queriendo publicar la nota para negar que la fiscalía hubiera ofrecido un acuerdo al novio de Ayuso y asegurar que era al revés, que era el novio de Ayuso el que se abría a un posible acuerdo. 

Y de forma paralela a esa serie de fiscales que estaban a lo que mandara García Ortiz, había otros fiscales intentando hacer ver cómo iba la fiscalía a publicar una nota en la que se podía cometer un delito de revelación de secretos, o fiscales que se vieron presionados para que facilitaran ese correo electrónico con el que elaborar la polémica nota. 

nuevas citaciones

Bueno, la novedad está en que el Tribunal Supremo ha citado a declarar el próximo 16 de enero como testigos a la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, y al fiscal de delitos económicos, Julián Salto. Lastra es la fiscal que se negó a publicar la nota, alegando que eso podía ser un delito. Y ahora el Supremo quiere volver a escuchar su versión y valorar, ojo también con esto, su ofrecimiento para que revisen sus comunicaciones. 

A Lastra, recordemos, García Ortiz o su entorno, le hicieron llegar mensajes del tipo, 'es imperativo sacar la nota' o 'nos van a ganar el relat, como si fueran un político más tratando de ganar el dichoso relato. 

Y el señor Salto es el fiscal al que le llegó el famoso mail del abogado del novio de Ayuso, en el que, como en tantos casos de este tipo, se exploraba la posibilidad de llegar a un acuerdo con la fiscalía.

 Bueno, pues a Salto, García Ortiz o su entorno le sacaron literalmente de un partido de Champions, que estaba el hombre allí viendo a su Atleti, para que fuera corriendo a remitirles en aquella misma noche el correo de marras. Porque García Ortiz estaba como loco por tener ese correo en su poder. Y, curiosamente, el correo acabó en el Gmail particular del fiscal general del Estado. 

Bueno, pues como decimos, ahora el juez del Supremo quiere escuchar a esos dos fiscales que se vieron envueltos en las presiones y las prisas por publicar la nota con datos confidenciales.

Les quiere escuchar a ellos y a los responsables de comunicación de la Fiscalía de Madrid y de la Fiscalía General, antes de que el propio García Ortiz y la fiscal provincial de Madrid deban declarar como imputados. 

Ya saben, Don Borrone y Ley Cianuro, la que bromeó con poner veneno en la nota de prensa. Y el gran jefe de todo, con permiso de Sánchez, porque es su fiscal, que acabó borrando las conversaciones de su móvil justo en los días clave de la filtración. 

Y por si esto fuera poco, y por si no hubieran sucedido ya bastantes, vamos a decir, casualidades, como eso de que a García Ortiz le diera por cambiar de móvil y borrar mensajes muy concretos, dice que por seguridad, ahora resulta que ha habido más miembros de la cúpula fiscal que han cambiado de móvil recientemente

De hecho, publica El Debate que el número 2 de la Secretaría Técnica, Diego Villafañe, y la jefa de Inspección Fiscal, María Antonia Sanz-Gaite, según fuentes de la investigación, habrían cambiado presuntamente de número de teléfono tras el registro del despacho de García Ortiz. 

Aquí, como en todo, hay que respetar la presunción de inocencia y dejar abierta una puerta a las casualidades que a veces en la vida haberlas haylas. Pero hombre, con todos estos elementos encima de la mesa, eso que se llama indicios, que nadie se enfade si los jueces investigan, y que esa simple investigación no le sirva de excusa al gobierno para incrementar aún más la atronadora contienda política. 

Hoy mismo, por cierto, el Congreso comienza a tramitar el suplicatorio que ha solicitado el Supremo para poder investigar a José Luis Ábalos en otro caso, en el caso Koldo, caso Ábalos, caso PSOE, como lo quieran llamar. 

Hombre fuerte de Sánchez, tanto en el gobierno como en el PSOE, que salió del gobierno del PSOE un buen día de verano sin que Sánchez diera demasiadas explicaciones. 

Unos años más tarde, Ábalos se enfrenta a los delitos de organización criminal, cohecho, malversación y tráfico de influencias. El gobierno está tenso, pero los indicios invitan a investigar y no mirar simplemente para otro lado.