“Hace tres meses de la dana y, tres meses después, todavía hay tres personas, Paco, José Javier y Elizabeth, de las que nunca más se ha sabido”

Señoras, señores, me alegro, buenos días. 

Bueno, es día 29 de enero, eso quiere decir, nos lleva la memoria, como vengo recordando toda la mañana, al 29, hace tres meses, y a Valencia, y a la zona del Este Peninsular, fundamentalmente Valencia. 

Hace tres meses de la dana, tres meses de todas las consecuencias que conocemos y, tres meses después, todavía hay tres personas, Paco, José Javier y Elizabeth, a las que se las llevó la riada y de las que nunca más se ha sabido. 

el cenit del descrédito de las instituciones

Bueno, ahora mismo yo le hablo de la nueva humillación de Sánchez ante Puigdemont, pero es que quiero recordarle que hoy se registra un hecho sin precedentes que va a quedar para siempre señalado como el cenit del descrédito de las instituciones. Porque hoy el fiscal general del Estado comparece ante un juez, imputado por un delito gravísimo en un funcionario público que es la revelación de datos reservados de un particular. 

Yo sé que en instituciones y graves escándalos, en la última época del felipismo, lo que quieran, todo lo que quieran, pero nunca jamás se había visto al responsable máximo de perseguir el delito convertido en un sospechoso de delito. O sea, es grave que Álvaro García Ortiz haya podido cometer ese delito, pero también lo es que esté arrastrando a su institución, Fiscalía General del Estado, a una situación sin precedentes. 

Porque hoy, por ejemplo, puede mentir ante la justicia, porque está investigado. Puede mentir. O sea, tenemos el derecho a sospechar que lo que diga el fiscal general ante un tribunal sea una sarta de mentiras para defenderse. 

Y por otra parte, vamos, a algunos no les extrañaría nada. Y no se dejen engatusar por cuentos bien contados. A García Ortiz no se le persigue de manera arbitraria, le incriminan muchos indicios y pruebas, que veremos cómo valora hoy el juez para ver si se quedan imputados, si pasa otra cosa o se va a su casa tan tranquilo. 

El decreto ómnibus, es un minibus

¿Ustedes se acuerdan de aquel decreto al que no le iba a tocar ni una coma a Sánchez la semana pasada? Bueno, pues ya lo ha troceado. Sánchez volvió a escenificar ayer su sumisión a Puigdemont, que le recuerdo es un prófugo de la justicia que está en Waterloo. Ayer recogió el cable de todas las barabatas como Petro ante Trump, exactamente igual. 

Las que él y sus ministros habían esparcido entre los medios para luego, al final, someterse obediente a las exigencias de Junts. El decreto ómnibus, es un minibus. Y la tramitación de esa petición para una moción de confianza se va a proceder a ella. Otra cosa es que luego se proceda a la moción. Por ahora me parece más difícil, pero también puede cambiar de opinión. O sea, no es una cesión, son dos cesiones en la misma tacada. 

Ahora es el momento de ver a todos los ministros del Loro Parque que se han pasado la semana entera diciendo aquí no, no se puede trocear de ninguna manera, que ayer se lo tuvieron que comer. Y todos los de la opinión sincronizada, las ochenta medidas son imprescindibles, irrenunciables, y  hoy te dicen que la reducción de 80 a 29 es una renuncia de calado menor. 

¿Habrá finalmente cuestión de confianza para Sánchez como propone Junts? Las implicaciones que tendría y lo que significa

Bueno, y si son de calado menor, ¿por qué no las admitió Sánchez desde un principio? ¿Por qué no las admitió en principio? ¿Por qué se negó a tramitar la proposición no de ley que pide Junts para debatir la moción de confianza si es un asunto de calado menor? ¿Por qué dijeron que nunca, nunca, nunca, nunca, nunca trocearían en el decreto Omnibus, para acabar haciéndolo con escarnio y humillación incluida? ¿Por qué ha querido Sánchez montar todo este espectáculo del que sale trasquilado, indudablemente? 

Bueno, sería bueno preguntárselo hoy a todo el Loro Parque de ministros, a ver si alguna vez se paran a pensar los papelones que Sánchez les obliga a hacer a toda esta colección de cuentistas. 

Luego la estampa de 20 ministros matando el tiempo en los salones de la Moncloa durante horas mientras Puigdemont acababa de levantar el pulgar. Eso es impropio de una administración seria.

Después de la espera les presentaron para su aprobación un decreto en mano al que tuvieron que decir que sí sin haberlo leído. Esto es absolutamente insólito, absolutamente insólito. La historia de un chulo con freno y marcha atrás. 

El nuevo decreto incorpora las medidas que Junts ha querido. Subida de pensiones, subvenciones al transporte, ayudas de la Dana y el palacete del PNV, que es la más social de todas. Lo del palacete de París solo tiene como destinatario el PP. Es una provocación deliberada propia de Sánchez para evitar que los de Feijóo tengan la tentación de aprobar el nuevo decreto.

Y a cada humillación que recibe de Puigdemont, Sánchez responde de la misma manera atacando al PP. Es un poco patético, pero este tío es así. 

Y después del Bodevil, ¿cuál es la situación? Bueno, lo importante son las medidas urgentes, pensiones, ayudas, todo eso queda garantizado y el resto se negociará en otro decreto distinto. Ya veremos cuál es el precio que pone Junts para el nuevo decreto. 

SÁNCHEZ vive a salto de mata

Este espectáculo sadomaso, es la tónica de la legislatura, pero tampoco le garantiza a Sánchez más de lo que le garantiza el apoyo a medidas concretas. La estabilidad no aparece por ningún lado. Y hasta Sánchez ha reconocido en su comparecencia de ayer que vive a salto de mata. 

Los Presupuestos, pues ya veremos. Los Presupuestos tenían que haberse presentado en septiembre y la presidenta del Congreso, en el caso de que no hubieran sido presentados, los debería haber reclamado, pero esta esbirra de... esta Valentina Armengol, ¿qué va a hacer? ¿Qué va a hacer? 

Ahora siguen siendo una quimera, salvo que Sánchez se avenga a darle a Junts la gestión de la inmigración, que ya veremos. 

Y así hasta el día siguiente. Mientras, nadie se pregunta, ni se preocupa por el derroche de dinero público que Sánchez mantiene a base de deuda y que lamentaremos cuando vengan las épocas más duras. La Seguridad Social tiene un agujero de 40.000 millones. Incluso los datos positivos del empleo que se conocieron ayer enmascaran una realidad menos optimista. 

El empleo crece en el sector público. Y en el sector privado, que es el de verdad productivo, cada vez hay más empleos parciales, 3 millones, o pluriempleo. Por no hablar de los 800.000 empleos fijos discontinuos, que en realidad son parados, pero son parados disimulados, maquillados, no reconocidos, ni registrados por el sistema y todo lo demás. 

LA renovación del contrato de MUFACE

Y el gobierno también ha cedido en la renovación del contrato de MUFACE para la asistencia médica a funcionarios. 

Al final ha dicho que de la subida inicial que proponía del 17% llega al 41%. O sea, de pagar 1.032 euros por mutualista a 1.450. Aún así, el coste para el Estado sigue siendo inferior al de la sanidad pública. 

Pero por ahí está desgañitándose la ministra de Sanidad diciendo que qué mejor que llevarlos todos a la sanidad pública. Se colapse o no se colapse.