Herraiz: "Que Illa no sea separatista, no quiere decir que no se vaya a ver obligado a tomar esa dirección"

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Tenemos ya al presidente del Gobierno de vacaciones en la residencia de La Mareta, en Lanzarote. Ya sabes que es esa residencia propiedad de Patrimonio Nacional que tanto gusta a la pareja Sánchez-Gómez.

Ahora que nos han confirmado que Pedro Sánchez está en La Mareta, ya sabemos que oficialmente está de vacaciones. Lo de oficialmente lo destacamos porque el presidente lleva sin agenda desde el 31 de julio, que es cuando nos regaló su balance triunfal del año.

Desde entonces no hemos tenido rastro de él. Un día antes, no quiso declarar ante el magistrado que mantiene imputada a su mujer por posibles delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.

Ese mismo día conocimos también que recurría a la Abogacía del Estado para querellarse contra el juez instructor, tirando de los recursos de todos para un asunto personal. Y terminó el mes de julio con esa comparecencia que nos dejó con más dudas.

Y en 13 días que llevamos de agosto, nada, ni una pista de su paradero. Ni un solo acto oficial o algo en la agenda. No será porque no hay cuestiones para dar cuenta y explicarlas a los ciudadanos, por mucho que media España esté de vacaciones.

Y no será porque no nos ha ido dejando sapos que quiere que nos traguemos sin rechistar. Con el concierto económico catalán, con la fuga de Puigdemont que sólo se entiende con la cooperación necesaria del Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña, con las novedades en la investigación del caso de Begoña y de su hermano también imputado, con las averías reiteradas en el sistema ferroviario español…

Nuevo Gobierno en Cataluña

En Cataluña ha tomado ya posesión el nuevo Gobierno de Salvador Illa. A Illa nos animan a presentarle como el primer presidente no independentista desde el año 2010. A su recién estrenado ejecutivo quieren que lo anunciemos como el primero en solitario del PSC en la historia de Cataluña. Y todo esto, sobre el papel, si nos ceñimos a una muy cuestionada teoría, podemos tragar, porque la realidad no es exactamente como quieren que se cuente.

Primero, porque detrás de este Ejecutivo de Salvador Illa está Esquerra Republicana, que, directamente, como partido no ha entrado, pero que, en un guiño intencionadísimo, Illa sí ha incorporado a dos cargos de los republicanos y a dos ex dirigentes de la antigua convergencia.

Luego lo de presentarle como un presidente exclusivamente constitucionalista, comienza también a desmoronarse por los mensajes que viene dejando en los últimos días. Ayer hasta en dos ocasiones se refirió a la nación catalana, que es un término muy del gusto del soberanismo. La enmarcó dentro de una España plurinacional, que esto a los indepes se les queda corto, pero tampoco le hacen ascos.

Y luego, lo mismo que el día de su investidura. Lo de colocar la bandera de España, pues ni imaginarlo, no sea que alguno le vaya a salir urticaria. Y lo de no alternar el español con el catalán, pues lo mismo. ¿Para qué? Que se note a quién hay que contentar.

Por eso, Illa destacó especialmente la consejería de política lingüística, que es una de las imposiciones de Esquerra para apoyar la investidura del líder del PSC. Este es un departamento de nueva creación. Como no les cuesta a ellos, pues qué más da que se engorde el gobierno. Esto ya digo que es una exigencia de los republicanos. Y por eso ha puesto una persona afín a Esquerra, que ya colaboró estrechamente con el anterior ejecutivo de Pere Aragonés. Por eso Illa se vio obligado a destacar este nuevo departamento.

"Es la defensa de la columna vertebral de la nación catalana", y esto lo dice Salvador Illa, el no separatista. Y luego está la consejería de acción exterior catalana, con la que mantendrá las embajadas e incluso las ampliará en puntos de Asia o América Latina.

Así podríamos seguir… por eso, cuando te cuenten que ha comenzado a caminar un gobierno del PSC en solitario y que es el primero no independentista, con todas estas claves, tómenlo con mucha cautela. Que Illa no sea separatista, o no lo lleve en el ADN no quiere decir que no se vaya a ver obligado a tomar esa dirección. Además, de indepes conversos, de indepes de nuevo cuño, está el Parlament lleno.

Concierto económico para Cataluña

Pero al margen de todo esto, el meollo, la madre de todas las batallas que se va a librar en cuanto nos ventilemos agosto va a ser lo del concierto económico para Cataluña. La factoría de marketing de Moncloa, y detrás de ellos todo el equipo de opinión sincronizada, ha ordenado que hay que hablar de solidaridad. Que es lo que pretende este cupo fiscal catalán.

Es justo lo contrario del efecto que va a producir. Reventar la solidaridad fiscal. Tú entregas las llaves de la caja a una comunidad de las más ricas, para que cree una hacienda propia, recaude todos los impuestos con el argumento de que mejorarán los servicios públicos. Esto, viendo las cosas con un pelín de perspectiva histórica, no cuela. Pero no hace falta irse muy lejos. Con mirar lo que ya ha hecho este gobierno con consejerías como la de política lingüística, la de acción exterior y todos los chiringuitos que vienen detrás, se explica fácilmente.

Habrá que ver lo que alzan la voz los barones socialistas más críticos con este concierto. Críticas que en realidad se limitan a Emiliano García Page, a Garrido el líder del PSOE extremeño, partido en la oposición en esta comunidad, y al pellizquito de monja que le dio el asturiano Barbón. Poco más.

Feijóo pide convocar la Conferencia de Presidentes

Aquí en Herrera en COPE, Alberto Núñez Feijóo, anunció que convocará a los presidentes en septiembre. El Partido Popular pidió formalmente a Sánchez en abril la convocatoria de la Conferencia de Presidentes, que lleva desde marzo de 2022 sin reunirse. Y todo pese a que su reglamento dice que debe hacerse dos veces al año. Y todo pese a que presidentes socialistas lo han pedido.

La situación en los Mossos

Pues además del concierto y sus derivadas, si terminará llegando al parlamento y Sánchez conseguirá los apoyos suficientes, tenemos las novedades de la fuga de Puigdemont en las narices de todos. Huida que a medida que se van conociendo más detalles hace más evidente que fue con la connivencia de todas las partes implicadas, no solo la de los Mossos.

Lo que hay ahora mismo es una crisis interna, un malestar evidente entre los agentes del cuerpo autonómico, que saben que su imagen, por decisiones políticas y operativas de sus jefes, ha quedado en ridículo. Y todos estos fallos los denunció el sindicato mayoritario de los Mossos que es SAP-FEPOL. Pere García es su secretario general.

Esto en los Mossos, pero hay que mirar en el Gobierno de España, con el Ministerio del Interior a la cabeza, con Defensa como responsable del CNI, siguen sin dar ninguna explicación. Y ha salido el ministro Óscar Puente, que nunca defrauda a su afición, para poner la guinda a esta farsa.

Lejos de asumir responsabilidades, lo que hace es acusar al Supremo. Dice que se está extralimitando al no aplicar la amnistía a Puigdemont por el delito de malversación. No contento con llegar hasta aquí, adelanta que el Constitucional de Cándido Conde Pumpido lo corregirá.

Están muy seguros porque en el Tribunal de Garantías se imponen los 7 magistrados nombrados por el PSOE, mal llamados progresistas. Pero Óscar Puente se podía tapar un poco. Lo de anticipar lo que va a hacer el Constitucional desde el poder Ejecutivo lo suelen hacer determinados regímenes que no tienen nada de democráticos.

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