Herraiz: “Sánchez quiere que el PP y Feijóo se vayan cociendo hasta agotar todas sus opciones de gobierno"
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Este lunes en el que termina en el mes de julio, nos encontramos con quienes se van de vacaciones y quienes vuelven al trabajo después de disfrutar de unos días de descanso.
Termina un mes tan atípico en España que ha estado marcado por las elecciones del 23J y que nos ha dejado un escenario que no se aclara. Sigue sin haber Gobierno viable a la vista. .
Para los que estéis de vacaciones o ya hayáis vuelto, ¿alguna novedad que aporte algo de luz a los resultados de las elecciones de hace justo una semana? Las novedades son, en parte, esperadas, pero contienen claves que hay que desmenuzar bien para conocer en qué punto nos encontramos.
Feijóo intenta formar Gobierno ante la negativa de Sánchez
Lo último es un cruce epistolar, un intercambio de cartas domingueras entre Núñez Feijóo y Pedro Sánchez. Se adelantaba el líder del PP y en el encabezado, le ha recordado lo evidente: el Partido Popular ganó las elecciones generales. A veces, lo más obvio es necesario resaltarlo. Como Feijóo no cumplió sus expectativas, la izquierda ha venido expandiendo una imagen del PP presentándolo como gran derrotado de los comicios. Y no. Tras el recuento del voto exterior y ese diputado arañado en Madrid, el PP saca 16 escaños al PSOE. Esto para los que siguen tratando de desviar la atención.
Recordado lo evidente, ¿qué le pide Feijóo a Pedro Sánchez? Una reunión que permita vías de acuerdo entre los dos partidos más votados. Son casi 16 millones de votos entre los dos, y el líder del PP apunta a esa gran coalición que funciona sin grandes estridencias en Alemania.
Feijóo tiene que intentarlo, aun sabiendo que los números solo le salen con caminos ahora mismo imposibles. Y lo tiene que hacer porque no podemos permitirnos un bloqueo. Y luego le planteaba a Sánchez que, ellos han ganado las elecciones el pasado domingo, el PP debe gobernar.
A Sánchez la carta le ha llegado en plenas vacaciones en la residencia real de La Mareta. Y te puedes imaginar como la ha leído. Con desprecio. Con superioridad. Con altanería. ¿Que quieres que ponga fin a mis vacaciones? Venga, hombre. No molestes. Esta semana ni estoy ni se me espera, ha venido a decir Sánchez. ¿Iba a cambiar Sánchez el bañador, la tumbona y el mojito, o lo que acostumbre a beber, por verse con Feijóo?
Luego está el tono, que es altanero y marca de la casa. Le da largas y le dice que hasta que no se constituyan las Cortes, nada. ¿Conclusión? Sánchez quiere que el PP y Feijóo se vayan cociendo poco a poco hasta agotar todas sus opciones de gobernar. Entonces emergerá como el salvador de la patria.
Es lo esperado. Sánchez sabe que el tiempo juega a su favor. Más conociendo que Sánchez rechaza de plano ese posible Gobierno de coalición y que descarta por completo una abstención que permita gobernar al partido más votado. Sánchez es el del no es no. Pero hasta el final. Hasta las últimas consecuencias. Como en 2016 con Rajoy.
Cambiamos Rajoy por Feijóo, un gallego por otro, y el mensaje es el mismo. Es más. Ahora la situación es mucho más favorable a Sánchez. No tiene ningún tipo de contestación interna.
El líder del PSOE se agarra a que ha mantenido el tipo, ha crecido incluso un escaño y cerca de un millón de votos respecto a las últimas generales.
Ha hecho del no es no a cualquier gran acuerdo con el PP su propia marca. A partir de ahí construyó su sello de identidad, acercándose a la izquierda radical y a los separatistas con tal de, ni siquiera, rozarse con el PP. A él no le ha dado malos resultados, al conjunto de España no podemos decir lo mismo.
Sánchez necesita el sí de Junts
La otra novedad la ha dejado este fin de semana el voto CERA, el recuento de los sufragios emitidos por españoles desde el extranjero. Sabíamos que al PSOE no le servía con mantener en su autobús a todos los que le han acompañado esta legislatura. Junts y Puigdemont son ahora decisivos. Incluso más que el pasado domingo. Tras el recuento de Madrid, y ese diputado que ha arañado el PP y que ha perdido el PSOE, a Sánchez no le vale con la abstención de los 7 diputados del partido de Puigdemont. Necesita un voto afirmativo.
Y eso ha llevado al fugado a sacar pecho y a recordarle a Sánchez: sabes que sin mí no eres nadie y, como decisivo que soy, vas a pagar un alto precio. O Junts vota que sí o el bloqueo se mantiene. Y lo que vaya a hacer sigue siendo una incógnita.
Todo dependerá de si se atienden a sus reivindicaciones personales, que siguen estando por encima de las políticas, aunque Puigdemont venda todo lo contrario.
Hace un par de semanas, el fugado se soltaba en una entrevista en ARA, un periódico de corte claramente separatista. Desconocía el escenario que finalmente se ha dado. Puigdemont no sabía que su papel iba a ser determinante. Y directamente llamaba mentiroso a Pedro Sánchez.
Esto hace dos semanas. Pero si entonces Sánchez era mentiroso, esta condición no habrá cambiado después de los resultados electorales. ¿Va a dar Puigdemont sus votos al partido de un mentiroso?
Ahora mismo, la situación es incluso más compleja que en la noche del domingo. Puede parecer un matiz menor, pero no lo es. No es lo mismo que Puigdemont se presente ante los suyos reclamando una abstención que un sí para el PSOE. Para Sánchez, el precio que va a tener que pagar no es el mismo con ese sí que con una simple abstención.
Por cierto, al hilo del recuento del voto del extranjero. El PSOE ha estado todo el fin de semana enredando. Después de que el escrutinio otorgara el diputado 16 por Madrid al PP, que le hace sumar un total de 137 escaños en el Congreso, primero dijo que iban a recurrir porque había 30.000 votos nulos que querían revisar. Cuando la junta electoral de Madrid les dijo que no cabía tal revisión, porque se habían comprobado con el suficiente detalle y eran nulos. Que era una especulación de los socialistas.
A partir de ahí, han deslizado que se irán a la Junta Electoral central. Esto lo hace el PP o Vox y ya están las terminales mediáticas de la izquierda acusando a la derecha de poner en cuestión la democracia y el sistema electoral. Lo hace el PSOE y hay que verlo con total normalidad. Tampoco sorprende. Lo de siempre.
Sube la gasolina y el gasoil
Último día del julio que llega con los carburantes al alza. Ahora mismo, de media, el diésel está por encima de euro y medio el litro, y el precio de la gasolina se va acercando hasta el euro con 70. ¿Han tocado techo o van a seguir subiendo?
Desde la patronal de las estaciones de servicio, su director general Nacho Rabadán, apuntaba en COPE, que los indicadores apuntan a nuevos incrementos.
En lo que llevamos de mes, tanto el gasoil como la gasolina se han incrementado cerca de 10 céntimos por litro. Aun así, todavía estamos lejos de los niveles que alcanzaron hace un año.
El inicio de la guerra en Ucrania se cebó con el precio de los carburantes. Tanto el gasoil como la gasolina superaron el pasado verano los 2 euros el litro, lo que obligó al Gobierno a aprobar una bonificación de 20 céntimos que estuvo en vigor hasta el 31 del año pasado.
¿Por qué la tendencia alcista de este mes? No hay una relación exclusiva con el precio del barril de petróleo, pero es parte del juego habitual de los países productores de crudo. Entre un puñado controlan el mercado y ahora han decido intervenir para que suba el precio.
Lo que no cambia es lo que pagas de impuestos cada vez que vas a repostar. Entre los tributos estatales y autonómicos, la mitad de lo que te cuesta llenar un depósito de gasolina va para las arcas públicas. En el caso del gasóleo, esa cantidad se sitúa en torno al 40%.