Sergio Barbosa: “Dicen que la cuesta este año va a ser como el Angliru, empinada a más no poder”
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¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este lunes 29 de agosto de 2022.
Hoy, con permiso del martirio de San Juan Bautista y del resto de santos que hoy nos recuerda el santoral, podríamos decir que, de forma oficiosa, España celebra algo así como 'San Dúo Dinámico'. Porque, quien más y quién menos, tiene en la cabeza a Manuel de la Calva y Ramón Arcusa, guitarra en mano, cantando aquello de “El final del verano llegó y tú partirás".
Y ya sabemos que no hace falta haberse echado una novieta o un noviete de verano en Nerja, ni tienes que haber conocido a Chanquete o al Piraña para que te dé penilla dejar la playa o el lugar donde hayas estado de vacaciones. Y es verdad que se hace duro, se hace duro eso de recoger el petate y volver a la normalidad. Dicen las encuestas, porque hay encuestas para todo, que uno de cada tres trabajadores españoles va a sufrir esta semana eso que se conoce como depresión postvacacional.
Pero lo bueno es que se pasa rápido. Los que volvimos hace un par de semanas estamos ya como si tal cosa: todavía con las pilas cargadas y todavía con el buen recuerdo de este verano. Ayer muchos se juntaron en la carretera y los que ya estábamos en casa, si te asomabas al balcón, pues les veías llegar. Esa liturgia de la calle, que poco a poco se va llenando de coches, después de muchos días en los que era fácil encontrar aparcamiento.
Esas familias saliendo del coche, con muy buen color de cara. Esa maleta, que es arrastrada con parsimonia hacia el portal de casa ; las persianas que vuelven a levantarse, tras haber estado unas semanas a media asta. Y luego ese paseo al supermercado, con el carrito de rastras, para llenar la nevera. Qué me van a decir, que no hayamos vivido ya los que nos fuimos ante, y volvimos antes.
Así que, como aquí somos mucho de nuestros oyentes, lo primero que queremos hacer esta mañana es mandar mucho ánimo a todos los que han hecho ya la maleta o les queda poquito para hacerla.
PENDIENTES DEL PLAN ESTRATÉGICO
Pues miren, decíamos a la seis, para que no nos dé tanta pena dejar la playa y para que encima esto ayude a aliviar un poco la sequía, hoy el día va a estar lluvioso en buena parte de España. Sobre todo, en el interior, el norte y el noreste peninsular. De hecho, hasta diez autonomías van a estar en aviso por lluvias. Las altas temperaturas se van a quedar en Andalucía y Cataluña.
Bueno, el caso es que ya está aquí la semana en la que va a empezar septiembre, que es el “mes de la cuesta”, (con permiso del mes de enero), dicen que la cuesta este año va a ser como el Angliru, empinada a más no poder. Fíjenese, los que tenemos niños en edad escolar, de media, vamos a tener que gastar unos 400 euros por cabeza. Menos mal que los niños no son de los padres, eh, a Isabel Celaá habría que mandarle estos días las facturas.
Y luego, pues, efectivamente, está todo lo relacionado con la inflación y la crisis energética. Hoy la luz vuelve a subir. Lo hace un 10% respecto a ayer domingo, para ponerse en 423 euros el megavatio. Y, eso, aplicándose el tope del gas. ¿Y el precio del gas, propiamente dicho? Pues dentro de lo que hay, baja un poquito, un 2%, se queda en 218 euros.
Y aquí lo que hay que ver, efectivamente, es qué pasa con el gas, porque esta semana -el próximo miércoles-, será cuando Vladimir Putin vuelva a cortar el suministro de gas a Alemania. “Otra vez”, hay que hacerle una revisión al gasoducto que conecta Rusia con Alemania. El gasoducto que sigue funcionando, porque saben que los alemanes construyeron otro, pero que no lo han llegado a inaugurar como castigo a Rusia, aunque el castigo es más bien para nosotros, como se está viendo, porque seguimos siendo terriblemente dependientes del gas ruso.
Tanto, que una presunta parada técnica como la del próximo miércoles, y que deberá terminar el viernes siguiente, ya hace temblar a más de uno. Porque Alemania sigue necesitando ese 20% de gas que, de mala gana, bajo cuerda, a pesar de la guerra, le sigue comprando a Moscú.
Y Moscú (no se lo pierdan) quemando 10 millones de euros en gas cada día, en la frontera con la Unión Europea porque lo que no vende a Europa no lo puede almacenar. Es más, le saldría más caro parar y volver a poner en marcha toda la maquinaria de extracción y transporte de gas que no lo que está haciendo: lo que al final del recorrido no se haya vendido, se quema. Y si es un desperdicio, y si contamina, pues eso forma parte de la sinfrazón en la que estamos todos metidos.
Y nada, en lo que algunos cruzan los dedos para que Rusia vuelva a abrir el grifo el viernes y Putin no se invente cualquier excusa para retrasar la apertura, aquí en España el Gobierno se ha propuesto no solo hacer sino, sobre todo, “hacer ver” que hace. Es curioso porque en una situación tan extrema como esta (si algunos pedían guardar minutos de silencio por la pobreza energética hace 5 años, imagínese lo dramática que está la cosa ahora...) se diría que el 100% de las capacidades del gobierno deberían estar destinadas a “hacer”.
Porque bastante tiene, por ejemplo, con presentar en dos semanas un plan estratégico de energía, con cara y ojos. Pues, aun con todo, el Gobierno ha decidido dedicar una parte de su tiempo y sus recursos a venderse a sí mismo, de cara a la galería. Es decir, con la que está cayendo, el Gobierno dedica una buena parte de su tiempo a hacer precampaña electoral.
PRECAMPAÑA ELECTORAL
Y a eso dedica a buena parte de sus ministros, que se pasan el día menospreciando a Núñez Feijóo, con una vehemencia y una coordinación en los insultos, que es digna de ver. Y a eso se va a dedicar la maquinaria del PSOE, que este fin de semana ha anunciado una oleada de actos en la calle para vender “lo bueno que es el Gobierno” y lo bien que lo está haciendo.
De hecho, van a tener al presidente Pedro Sánchez entretenido en una treintena de actos de partido, de aquí a finales de año. Así que el Falcon, seguramente, va a echar humo; sin corbata, pero va a echar humo. Porque aquí, para bien o seguramente para mal, la crisis energética no va a poder desligarse de la precampaña electoral.
De hecho, ya todo lo que nos queda de legislatura va a ser una enorme precampaña con la meta volante de las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Las encuestas que maneja el PSOE son muy malas (hoy, LA RAZÓN asegura que la PSOE-PODEMOS perderían dos millones de votos) y saben que este año tienen que revertir, sea como sea, la estocada que se llevaron en Andalucía.
Y si hay que poner a Sánchez a pisar la calle para escuchar a la gente, a lo Yolanda Díaz, pues se hace. O se hace el pariré de que se sale a la calle, porque luego esos procesos suelen estar calculadamente acotados, y más con el miedo que le tienen en Moncloa a que Sánchez sufra abucheos en la calle y si, en el entretanto, hay que seguir pegándole a Feijóo; pues ahí que seguirán todos los ministros repitiendo el mismo argumentario aunque eso, por cierto, suponga que toda una ministra de Educación, como Pilar Alegría, se esté 'adrianalastizando'.
Cosa que es una pena, porque una ministra de Educación, como la ministra de Sanidad y la de Hacienda, deberían quedar, por estética, un poco al margen del navajeo ideológico, aunque sepamos lo que piensan, pero deberían comportarse como “ministros de país”. Y luego está el caso de Félix Bolaños, que con su tono tranquilo, también las suelta muy gordas.Miren: ni estando en el Vaticano ha podido evitar entrar en la pelea con Feijóo.
¿Qué el líder del PP quiere un debate con Sánchez en el Senado? Pues venga, que elija hora, arma y padrino. Ni estando en la Santa Sede es capaz Bolaños de vencer la tentación de pegar una coz al líder del PP, ni una intervención pública, sin dejar caer que Feijóo es un vago, un malvado o un incapaz.
En todo caso, ahora el PSOE y el gobierno dicen aceptar un cara a cara con Feijóo porque están en eso, en darle oxígeno al relato, en ganarle la batalla del relato a la oposición, porque siente que se les está yendo la calle, por culpa de la crisis económica.
Y el peligro de esto es lo que decimos: que los que deben dirigir este pandemonium se centren demasiado en el “hacer ver” que hacen, que no en “el hacer” propiamente dicho. Y cosas por hacer son, precisamente, lo que sobran….
Por ejemplo, hacer las paces con Argelia. Falta nos haría, viendo como otros países se están ahora poniendo las botas con el gas argelino. El francés Macron, al que los argelinos detestaban y seguramente siguen detestando, ha hecho de tripas corazón, ha ido para allá a hacerles la pelota. y se ha llevado a París cinco acuerdos con Argel.
Ahora mismo, Sánchez es el único líder europeo del mediterráneo considerado “non grato” por un actor tan importante en la ecuación energética como es Argelia.
Tampoco estaría de más, que el gobierno dedicara este curso que ahora empieza a limar asperezas con los empresarios españoles. La CEOE sigue muy moleta, tras la última andanada de Yolada Díaz. Aseguran que eso de exigirles otra subida del salario mínimo, tras las últimas subidas no solo del propio propio salario mínimo, sino también de las cotizaciones sociales es, simplemente, un ejercicio de populismo.
Una manera de tratar de confundir a la población, haciéndoles ver que una situación tan compleja se puede solucionar con algo tan sencillo como subir los sueldos otra vez. En este país, los que generan empleo en el sector privado, ahora mismo se sienten atacados por el gobierno, y ésa no es la mejor manera para afrontar un posible Pactor de Rentas en este mes de septiembre.
Esta mañana, como saben, estamos reflexionando sobre el artículo de Josu Jon Imaz porque ayer, en las páginas de 'El País', el consejero delegado de REPSOL cargó con amargura contra el Ejecutivo, precisamente por eso: por arreglarolo todo subiendo impuestos a los que, como recordaba Imaz, dedican una parte de sus beneficios a seguir invirtiendo para mantener el empleo en la industria.
En fin, que los ánimos vienen caldeados y solo hemos hecho comenzar el curso. Es más, algunos todavia siguen de vacaciones y el cole todavía no ha empezado. Pero sí es verdad que esto huele ya a comienzo de la normalidad.
¿Y saben lo bueno de que comience la normalidad? Que también nos trae todos los buenos pequeños momentos que tenemos cada día. Todos esos recodos del camino, en los que, de diario nos apoyamos para llevar la vida con alegría. Ese café en tu lugar favorito, ese abrazo de tus hijos cuando los dejas en el cole por la mañana y te dicen que te quieren mucho y que nos vemos por la tarde, para hacer no se qué o jugar a nose cuanto o ese rato en el que pones la radio y te encuentras a Carlos Herrera.
Porque esta semana, con el cambio de mes, comenzará la nueva temporada de 'Herrera en COPE' y, eso, no me digan que no es un buen aliciente para arrancar este lunes, con una sonrisa en la boca.