El primer sonido del día de HERRERA EN COPE

"Resulta una decepción ver que quienes apuestan por un cambio generacional caen en el tópico de reírse de los símbolos católicos"

Sergio Barbosa repasa los principales titulares en el primer sonido del día que marcarán la actualidad de este jueves 2 de enero de 2025

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Son las seis, las cinco en Canarias. 

¿Qué tal? Buenos días. Saludos de Sergio Barbosa en nombre de la gente que hace posible Herrera en Cope en este jueves 2 de enero de 2025. Ya estamos aquí, no sé cómo, pero hemos sobrevivido a la cena de Nochevieja y casi de en Palme a la comida de Año Nuevo. Y como no tenemos conocimiento, pues ya estamos ahí haciendo hueco para el roscón de reyes, pero oye, así somos.

De momento hay que saber que este jueves nos esperan cielos despejados, salvo en la mitad norte peninsular, donde un frente atlántico va a dejar lluvias débiles en Galicia. Entre tanto, pues por la mañana seguirán las brumas, en las dos mesetas, el Valle del Ebro y el sureste peninsular, en Canarias, tiempo estable y las temperaturas suben de forma generalizada.

Bueno, como hay mucha gente que hoy se incorpora al trabajo o que vuelve a su lugar de residencia tras celebrar el cambio de año, no está además actualizar cómo está el nuevo desaguisado de los trenes. Y hay que decir que en principio tenemos buenas noticias, porque Renfe ha garantizado que esta mañana ya estarán operativos los trenes que ayer se quedaron sin servicio por un fallo informático de talgo.

Es decir, finalmente sí se garantiza la circulación de los casi 20.000 viajeros con billete a los que ayer no se les garantizaba que hoy pudieran viajar. Y es que parece que se ha arreglado esa incidencia que afectó principalmente a los trenes Abril, que conectaban Madrid, con Asturias y Galicia, aunque también hubo incidencias en el servicio a Barcelona, Comunidad Valenciana y Murcia.

Con lo cual cruzamos los dedos para que hoy no haya más incidencias y ya si conseguimos que este 2025 se frene la degradación del servicio ferroviario en España, entonces ya lo abordamos. Pero desde luego la manera de empezar el año ha sido un despropósito, con hasta 14.000 pasajeros afectados en el día de ayer. A veces parece cualquier cosa menos un país moderno.

Y miren, una vez anotada la información de servicio, hay que decir que el mundo ha vuelto a horrorizarse con lo que parece otro ataque de motivación yihadista con un método que empieza ya por desgracia a resultarnos demasiado familiar. Ocurrió en Niza, ocurrió en Barcelona, ha ocurrido en mercadillos navideños de Alemania y esta vez le ha tocado a la mítica calle Bourbon de la también mítica Nueva Orleans, en Estados Unidos.

Una calle atestada de gente, gente con la guardia baja porque estaba celebrando el año nuevo y gente que jamás pudo imaginar que los pivotes de seguridad que protegían la calle iban a ser insuficientes para afirmar que la gente no se podía hacer.

Y ahora vamos a frenar la investida de una enorme camioneta blanca, camioneta que había cruzado la frontera con México dos días antes y que había sido alquilada. Camioneta de estas enormes, que el capote llega a la altura del pecho y que usada con mala fe puede hacer un daño terrible. Tanto que estamos hablando de 15 muertos y al menos 35 heridos.

Una matanza cometida por Shamsud-Din Bahar Jabbar, un tipo que ha descolocado a los investigadores porque no era el típico jihadista que pudo llegar a Estados Unidos como inmigrante hace pocos años. Este hombre había nacido en Texas, tenía nacionalidad estadounidense, había servido durante años en el ejército de Estados Unidos y se había ganado la vida, entre otras cosas, como informático.

Tú le escuchabas en internet contando su vida con motivo de algún evento laboral y lo cierto es que el tal Dimjavar parecía un estadounidense totalmente integrado. Es verdad que tenía un par de antecedentes por un robo menor y por conducir con el carne caducado, pero nada hacía pensar que pudiera cometer semejante barbaridad. De hecho, aunque su familia provenía de Oriente Medio, no parece que recibiera una educación rigorista. El proceso que le pudo radicalizar se produjo ya de adulto.

El caso es que un tipo ha nacido en Estados Unidos y que se licenció del ejército sin haber generado ningún problema durante 10 años. Esta noche vieja decidió alquilar una enorme furgoneta para pasar por encima de cuantas más personas mejor, en la principal calle comercial de Nueva Orleans.

Y no contento con eso cuando salió de la furgoneta he empezado a disparar contra la gente hasta que pudo ser abatido. De no haber acabado con él, no se sabe si hubiera utilizado el explosivo que también llevaba la furgoneta y que ha aparecido junto a una bandera del Daesh, del Estado islámico.

Hasta ahora la conmoción en Estados Unidos es máxima y también existe cierta paranoia porque no está claro que pudiera organizar todo esto el solo. Es decir, no se descarta que pudiera tener con pinches que ahora puedan cometer otros atropellos en otros lugares.

Y tampoco se descarta que la explosión de un Tesla eléctrico a las puertas de un hotel en las Vegas, propiedad de Donald Trump, también haya sido un atentado. Eso no está claro, de momento lo lo están investigando, pero no se descarta que también haya habido un atentado terrorista en las Vegas.

Así que ya ven que intensa se presenta una mañana que al ser 2 de enero parecía que podía ser una mañana pues más o menos tranquila, una mañana de primer día laborable del año que se prestaba achar cuentas sobre cómo se nos va a encarecer la vida ahora que ya han subido oficialmente el IVA de los alimentos básicos y el recibo de la luz.

Ahora que además ya está en vigor la última subida de las cotizaciones, el repunte del mecanismo de KIDA con el que los trabajadores contribuyen aún más al sostenimiento de las pensiones y la entrada en vigor del impuesto solidario. Es impuesto con el que algunos trabajadores los que ganen más de 59.000 euros brutos al año van a contribuir aún más al sostenimiento de las pensiones sin que esta última contribución ni siquiera le reporte un derecho añadido cuando les toque cobrar una una pensión.

En fin, que hoy le daremos una vuelta a las cosas del bolsillo mientras esta mañana también vamos a conocer un dato interesante que seguro que va a dar que hablar, lo de la audiencia televisiva de las campanadas.

Claro, para qué queremos más, después de tantos comentarios y sesudos análisis sobre si es mejor el intrínquilis de qué vestido llevará esta noche una famosa presentadora o qué travesura harán los presentadores que han desembarcado en televisión española para llevar nuevos códigos y un nuevo aire generacional a la telepública.

De momento a la espera de las audiencias el gobierno ya tiene lo que quería que es como casi siempre más polémica para vender su mercancía legislativa e ideológica, es decir, la típica maniobra del sandwich. ¿Tú ofendes de forma gratuita a un colectivo? Normalmente un colectivo fetiche para ti, el típico colectivo al que te encanta provocar.

Ese colectivo se queja, uno se desahogan en internet, otros presentan una denuncia por un delito contra los sentimientos religiosos y entonces sale nada menos que el ministro de justicia, Félix Bolaños, a decir que son los ultras católicos los que están acosando a la pobre presentadora de televisión española y que esto demuestra que hay que modificar el código penal para despenalizar las ofensas a los sentimientos religiosos.

Es decir, la típica maniobra de pegar a alguien la patada de la penilla y a los 5 minutos hacerte tú la víctima y el acosado para justificar lo que ya tenías previsto de antemano. Bueno y ¿dónde ha estado el problema? Pues en este momento de la retransmisión de las campanadas.

Lalachus, la humorista que acompaña Broncano tenía preparado el momento en el que iba a mostrar en primer plano una estampita que para ella parece ser es es muy importante, una estampita que asemeja ser el Sagrado Corazón, pero que cambia a Jesús por la vaquilla del Grand Prix.

Claro, explicar esto de verdad da una pereza tremenda, porque los hay que están deseando que entres al trapo precisamente para sentirse realizados. Los hay que ver cómo los católicos ofenden y hasta la COPE, la cadena de los obispos hace referencia al asunto. Vamos, eso les arregla el día.

Y miren, el que no entienda dónde está la ofensa es porque no entiende el sentimiento religioso y el valor de los símbolos. O sí lo entiende, pero realiza igualmente la ofensa porque sabe precisamente qué va a ofender, porque esos que no ven problema en cambiar a Jesús por una vaquilla en la tele pública son los mismos que hasta esa altura saben perfectamente que no les conviene cambiar a Mahoma por ningún monigote.

Y no, no se preocupen que aquí no vamos a caer en el tópico de con los musulmares, no tienen narices de hacerlo porque saben que con esos no se pueden hacer tonterías. Efectivamente, los católicos no van a responder de forma agresiva, más allá del desahogo de algunos en redes sociales, por más que para Félix Bolaños ahora Lalachus esté asediada supuestamente por una horda de fanáticos y tal y cual.

Fíjense aquí por no hacer no vamos ni siquiera a despreciar el trabajo de Broncano, es más, lo vamos a elogiar porque aunque haya gente que no le guste o que le parezcan un poco chuscos o es insustancial, seguramente el que tenga esa percepción es porque no entiende que estamos ante un cambio generacional como tantos otros que ha habido a lo largo del tiempo.

Acuérdense, por ejemplo, de Alaska y de la Bola de Cristal en los 80. Y todo eso está muy bien y es ley de vida hace tiempo que se viene detectando que los jóvenes a diferencia de lo que creen algunos estrategas del mundo audiovisual si son capaces de estar pegados durante mucho tiempo a un tipo una típica que sin ningún guión ni plan establecido se pase el rato hablando de cosas más o menos triviales.

Broncano bebe un poco de esos códigos, pero ojo, sin simplificar demasiado porque Broncano tiene un plan y detrás de eso hay mucho más curro y talento de lo que puede parecer de hecho seguramente el mérito consiste en eso en parecer que no estás leyéndolo el teleprónter o dejándote llevar demasiado por por unos guionistas.

Es más, lo de ponerte a presentar las campanadas y que todo parezca un caos eso tiene un mérito tremendo. Y José Pablo López tiene el mérito de haber visto que llevar eso a una televisión en abierto podía tener mucha audiencia. Es más, se puede estar de acuerdo con Quequé cuando dice que 28 millones lo mismo no es tanto dinero en función de la audiencia que están teniendo y se puede estar de acuerdo con Pepe Navarro cuando atribuye a Broncano el mérito de haber recuperado el programa de autor en detrimento de la dictadura del formato.

Por eso resulta una decepción ver que quienes apuestan por un cambio de códigos generacionales al final, pues caen en el tópico de reírse de los símbolos católicos. Para un progre ibérico tirar la típica patadita al católico es como cuando el señor hace el chiste de gangosos o de mariquitas, es caer en lo manido, en lo facilón, en lo que ya pues hombre no hace gracia.

Por eso, no, de verdad, aquí no va a salir hoy un presentador a rasgarse las vestiduras y a decir que todo lo que hacen es una porquería y que deberían cerrar televisión española y tal y cual. La televisión pública tiene su razón de ser y tiene derecho a tratar de innovar, pero siendo verdaderamente original y creyéndose verdaderamente eso de que ahora van a ser más inclusivos que nunca.

La palabra no es cabreo o la palabra no es ira, porque aquí creemos en lo de poner la otra mejilla y todo eso. La palabra es más bien decepción o como ha dicho el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, todo esto sólo sirve para entristecer a una parte de los españoles y lo triste es que no había ninguna necesidad y que la ofensa se puede entender a poco que haya voluntad de prestar un auténtico servicio público.

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