Un asturiano denuncia a su vecino por los ruidos que escucha en su casa y acaba en multa: "Puedo justificarlo"
En los más de 40 años que esta familia lleva trabajando con los animales en la zona, nunca han tenido un problema similar
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En 'Herrera en COPE' siempre solemos contar historias de todo tipo, además de anécdotas curiosas que le sucede a los españoles. En esta ocasión, vamos a explicar lo que le ocurrió a un ganadero de una localidad llamada Siero, en Asturias, de 51.000 habitantes -que no es un pueblo de cuatro casas-, quien recibió una multa inesperada. Pero no por una infracción de tráfico, ni por algo relacionado con pagos al Ayuntamiento o a la Hacienda Fiscal, sino que la sanción fue por el mugido de una vaca.
Y es que, los propietarios de una explotación ganadera en Siero recibieron una multa de 300 euros porque, los mugidos de una de sus vacas que se llama Carmina y que tiene 15 meses, superaron el límite de decibelios permitidos. Según recogió el acta, los mugidos alcanzaron los 74 decibelios, cuando la ley de ruido establece un máximo de 55. Como toda denuncia, pues tiene a alguien detrás. En este caso, fue un vecino que les denunció hace casi un año.
Los dueños de Carmina argumentaron que cuando tuvieron que sacrificar a la madre de esta vaca, la pobre se sintió muy afectada y empezó a mugir más de lo normal. A pesar de que ellos explicaron que solo se dieron durante unos días por lo triste que estaba, el vecino denunciante aseguró que los ruidos se alargaron durante meses. "Empezó a mugir mucho más porque al sacrificar a la madre tuvo que dejar de mamar de forma drástica", explicaba el propietario. "Nosotros quedamos totalmente sorprendidos, no sabíamos nada de esto y podemos justificarlo aunque suena ridículo justificar los mugidos de una vaca", relató incrédulo. Además, la denuncia recogió motivos de insalubridad y exceso de ruido en la explotación ganadera.
Hasta aquí los hechos y los argumentos de cada cual. Ahora toca pararnos en lo que hay más allá. En los más de 40 años que esta familia lleva trabajando con los animales en la zona, nunca han tenido un problema similar, ni cuando había más vacas. Pero lo que antes era rural, ahora se ha llenado de urbanizaciones. Y se ve que los nuevos vecinos que cambiaron el asfalto y el ruido de la urbe por la tranquilidad de un pueblo, no entienden que las vacas mugen.
¿Pagaron la multa los ganaderos?
Al final, los propietarios recurrieron la multa y el Ayuntamiento decidió archivar la denuncia interpuesta por el vecino. La concejalía de Infraestructuras Urbanas Mantenimiento y Conservación de Inmuebles Municipales y Medio Ambiente desestimó así la sanción por los mugidos al considerar las alegaciones presentadas por la ganadería, "ya que no consta suficientemente acreditado que el ruido provocado por el animal se mantuviera en el tiempo y de forma intencionada por los dueños al haberse realizado solamente una medición de ruidos que coincide además con el destete del animal".
Cabe destacar que este no ha sido el único caso de denuncia por los decibelios de un animal. Recordamos la sanción a un gallo por cantar junto a un agroturismo porque molestaba a un cliente, y lo de la vaca no va a ser el último suceso. Porque queremos vivir en este mundo idiota, en una postal que no existe. Espera que algún vecino, de los nuevos que ha llegado, descubra que la boñiga huele mal. Lo mismo prohíben realizar sus excrementos a las pobres vacas. Al fin y al cabo, como todo el mundo sabe, la leche nace en las estanterías de los supermercados.