Ataque epiléptico o hipoglucemia: así trabajan los perros que salvan vidas por cómo huelen sus dueños

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'Herrera en COPE' habla con Jorge Conesa, impulsor de la campaña para concienciar sobre los perros sanitarios

Redacción Herrera en COPE

Publicado el - Actualizado

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Hace no muchas fechas te contamos aquí en COPE la historia de Nuria. Una joven que desde los 10 años sufre epilepsia y diabetes. Ahora tiene 24 años y es mamá. Mamá de un bebe de 2 años con el que vive ella sola. Desde que Nuria ha sido madre, las crisis han ido poco a poco en aumento, por eso, para su tranquilidad, para no encontrarse de repente tirada en el suelo, inconsciente, teniendo a su bebe en brazos, necesita, lo que ya se conoce como un perro de asistencia sanitaria.

Suena a magia, pero te aseguro que no lo es. Son perros que salvan vidas porque, previamente, han sido seleccionados y adiestrados para detectar, a través del olfato, los cambios en los niveles de glucosa de los diabéticos o la crisis de desconexión sensorial en personas que sufren ataques epilépticos. Avisan unos 20 minutos antes de que la crisis se produzca. Sin duda un tiempo vital para estos enfermos.

Ataque epiléptico o hipoglucemia: así trabajan los perros que salvan vidas por cómo huelen sus dueños

Pero, hay dos problemas, que son perros caros y ni es fácil ni rápido enseñarles. Por eso, Nuria ha tenido que recurrir a una campaña de crowdfunding hasta conseguir los 6 mil euros que le han permitido tener a su perro de atención médica. Ella se siente ahora mucho más segura, porque sabe que si sufre una crisis, su perro la va a avisar con tiempo y su bebé estará más seguro, como ella. Como le pasa a Jorge Conesa.

Jorge es de Cartagena, ahora tiene 50 años y desde los 14 es diabético tipo 1. Lo que significa que le pueden dar bajadas o subidas de azúcar, con picos que pueden hacer que llegue a perder el conocimiento. Por eso, lleva a su lado en todo momento a su perro Sheldon (como el personaje de Big Bang Theory). Un jack Russell de cinco años que, literalmente, le puede salvar la vida.

Sheldon es capaz de detectar a través del olfato una sustancia presente en las hipoglucemias, el isopreno. Cuando el perro huele un cambio, se pone nervioso, ladra y rasca con la pata a su dueño, hasta veinte minutos antes de sufrir un ataque. Así, Jorge Conesa puede reaccionar con suficiente antelación y evitar que la crisis llegue a producirse. Según el propio Jorge: "Sheldon está preparado para ladrar solo para eso", explica en 'Herrera en COPE'. Esto le pone mucho más fácil el poder saber que si su perro hace ruido es exclusivamente porque algo dentro de él no va bien.

Hasta aquí todo es perfecto. Pero ¿qué ocurre cuando Jorge tiene que ir al hospital o a un museo, o sencillamente a tomarse un café en el bar? Pues que no le dejan entrar con Sheldon, o mejor dicho, no dejan entrar a Sheldon en un lugar público. Estando ya harto de que le pongan trabas y no le dejen entrar con su perro, Jorge ha puesto en marcha una campaña para enseñar la importancia que tienen estos animales para los enfermos.

Lleva con esta campaña 5 años. "Hace 4 años decidí crear una asociación (Asociación Sheldon) y un club de atletismo (Sheldon Running Club) con la única finalidad de la gente conozca la existencia de los perros de asistencia sanitaria", comenta. "Lo que es muy importante es que los perros estén reconocidos oficialmente por ley, que solo lo hacen las Comunidades Autónomas", añade. A Jorge ya le pasó que lo echaron de un avión que iba a las Islas Canarias por este mismo motivo. "Es muy duro", argumenta.

Muchas personas le preguntan si él no se nota las hipoglucemias, a lo que él siempre responde: "Yo claro que me las noto perfectamente ¿Por qué tengo que llegar a tener una hipoglucemia si Sheldon me avisa con 15 o 20 minutos de antelación y evito tenerla?". También ha puesto carteles en el hospital de Santa Lucía que informan de la existencia de estos perros.

Pero, lo más curioso es que Sheldon no le ha salvado solo la vida a su dueño. "Había un vecino que cada vez que se subía conmigo en el ascensor empezaba a ladrar y a ladrar. A mí me daba hasta apuro, porque Sheldon no ladra nunca". Cuando la esposa de este vecino se enteró de que Sheldon era un perro alerta sanitaria, llevó a su marido a hacerse un control de glucemia: "Resulta que tenía la glucemia por las nubes y no él lo sabía", concluye Jorge.

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