Diferencias entre bajar el IVA o topar precios: ¿cuánto se ahorraría cada español?

En 'Herrera en COPE' hemos calculado el precio de algunos productos si se les redujera el IVA del 10% al 4%

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Entrevista a Aurelio del Pino, presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Los precios continúan con su escalada. La inflación está ya en el 10,5%, la más alta desde hace casi 40 años, lo que ha hecho que nuestra vida se vuelva mucho más cara que en 2021. Y es que, los alimentos más básicos se han disparado un 14%. Algunos productos como los huevos o el aceite han duplicado, incluso, triplicado su precio. Para mitigar el efecto de este encarecimiento en los hogares, que tanto afecta al bolsillo de las familias, el Partido Popular propuso ayer un IVA superreducido del 4% para los productos más habituales: la carne, el pescado, el aceite, las conservas y la pasta seca. En 'Herrera en COPE' nos hemos preguntado lo que supondría esta rebaja y si esto sería más beneficioso para el consumidor que topar los precios, tal y como había planteado el Gobierno hace unas semanas.

¿Cuánto nos ahorraríamos con el IVA superreducido?

Aquí es donde llega la propuesta del Partido Popular -pasar del 10% al 4%-, que quiere que pasen a formar parte de esta última lista alimentos tan básicos como la carne, el pescado, el aceite, las conservas y la pasta seca.

Si lo llevamos a la práctica, por ejemplo, un litro de aceite de marca blanca cuesta 3,90 euros. Si el IVA que se le aplicara fuera del 4%, los consumidores pagaríamos 3,64. Teniendo en cuenta que al mes consumimos una media de 700 mililitros por persona, el ahorro de una familia de cuatro miembros sería de unos 10 euros al año. No es mucho, pero todo ayuda. Otra cosa es que a los productores les beneficie este medida. Eva es una agricultora de Consuegra que tiene olivos: "Desde un punto de vista del consumidor es bueno, pero es verdad que para el agricultor no sabemos lo que va a pasar porque, es decir, una cosa es que se baje el IVA del precio del producto y otra cosa es que a nosotros nos paguen lo que es justo, entonces la cosa está un poco complicada".

En este caso, los filetes de ternera están casi a precio de chuletón. Un kilo nos cuesta unos 17 euros. Con el IVA superreducido al 4% se quedarían en 15,30 euros . Con un consumo de unos 3 kilos al mes por persona, el ahorro anual para una familia de cuatro miembros sería de 146 euros. Aquí ya va subiendo el ahorro.

Seguimos con la calculadora en la mano y hacemos números con las conservas. Un pack de tres latas de atún cuesta ahora 3'90 euros. Con ese IVA del 4% pagaríamos 3'51. Como el consumo medio está en unos 370 gramos al año, el ahorro por familia sería de unos 10 euros al año.

La leche es un producto que está en todos los hogares de nuestro país. Este alimento ya estaba en la lista de productos con un IVA superreducido, pero el ahorro que ha supuesto a los consumidores no ha repercutido en el primer eslabón de la cadena alimentaria: en los productores.

En cuanto a estos productos, el pescado y el agua embotellada, si pasasen de 10% al 4% de IVA nos ahorraríamos 65 y 19 euros, respectivamente.

En total, sumando todo lo que descenderían los precios con la rebaja del 10 al 4% para estos cinco productos (aceite, carne, pescado, conservas y agua embotellada), cada familia se ahorraría de media al año unos 250 euros. Una cantidad nada desdeñable y mucho más en estos tiempos que corren. Pero, ¿qué piensan de esa eventual rebaja los responsables de los supermercados? Hemos hablado con Aurelio del Pino, presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES): "Estamos tremendamente preocupados por la situación económica en general y por la situación que están atravesando las familias", decía Aurelio. "La ventaja que tiene el consumidor español es que tiene una gran competencia entre modelos comerciales, está el comercio tradicional -los supermercados, los hipermercados-, y, además, el comercio online. Y dentro de cada formato una gran rivalidad. Lo que estamos notando es que el consumidor trata de hacer una cesta más planificada y, luego, una opción que tiene muy clara, decidir si compra en un establecimiento u otro, y cómo hace su cesta de la compra, qué marca escoge", explicaba.

¿Sería mejor topar los precios?

"En este caso, la competencia que hay en la distribución comercial hace que el mejor resultado posible se va a obtener en las peores circunstancias posibles gracias a la competencia. Es decir, la intervención administrativa no es necesaria cuando un mercado es competitivo y funciona, y este sector nuestro ha demostrado que es competitivo y eficiente y, por tanto, no hace falta establecerle ningún tipo de limitación o de tope de precios que, por otro lado, puede tener unos efectos no queridos no solo en el propio consumidor, sino también a lo largo de la cadena alimentaria. Al final, nosotros somos el último eslabón de una cadena muy eficiente y muy compleja en la que estamos trabajando con los agricultores, con los ganaderos, con las pymes industriales... y esta cadena funciona de manera competitiva", explicaba, añadiendo lo que necesitaba el sector que es, "aliviar este tipo de tensiones y también aliviar las tensiones normativas porque cada vez la legislación es mucho más exigente con muchísimos temas", sentenciaba Aurelio del Pino.

Cabe recordar que el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es una tasa sobre el consumo que grava las transacciones de bienes y las prestaciones de servicios. Es un impuesto indirecto, puesto que no se aplica a la renta de los ciudadanos como el IRPF por ejemplo, si no que se paga según el consumo que haga cada persona. Dentro de este tipo de impuesto nos encontramos con tres tipos, en función del porcentaje que se aplica: el IVA general, que es el 21% y que se aplica por defecto a todos los productos y servicios. Afecta, entre otros, a electrodomésticos, ropa, calzado, tabaco, bricolaje o servicios de fontanería, etc. Luego, está el IVA reducido del 10%. Es al que tributan productos considerados de primera necesidad, pero no básicos. La lista aquí es muy extensa y va desde muchos alimentos, al transporte de viajeros, semillas, el agua para el riego o viviendas y garajes. Y el tercer y último tipo es el IVA superreducido que es el 4% -y el que está pidiendo el Partido Popular-. Este se aplica a los productos de primerísima necesidad, los que se consideran básicos e imprescindibles. En esta lista figuran la leche, los huevos, frutas y verduras, cereales o quesos. Además, también se benefician de este IVA los libros y periódicos, sillas de ruedas, prótesis y Viviendas de Protección Oficial.

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