El plato 'estrella' que Nino Bravo comía en un bar de carretera y por el que, 50 años después, siguen yendo muchos comensales: "Le volvía loco"

Lo hemos descubierto gracias a Goyo Jiménez, colaborador de 'Herrera en COPE', que ha hablado con la dueña del establecimiento

Redacción Herrera en COPE

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Goyo González, colaborador de 'Herrera en COPE', recorre las carreteras de España buscando aquellos lugares donde aparcar el automóvil, comer bien, y volver a salir.

En esta ocasión, Goyo para en 'El Vasco'. En el kilómetro 94 de la autovía de Valencia. En Villarrubio (Cuenca). 

Le recuerda a Carlos Herrera que "es todo un clásico de la zona. Empezó siendo una pequeña posada y terminó convirtiéndose en un restaurante que ha regentado 3 generaciones. En la actualidad, son los nietos de sus fundadores, los hijos de Antonio y Loli, los que mantienen viva la tradición de hacer una parada en 'El vasco' para disfrutar de una mesa extraordinaria y un servicio muy familiar". 

A este establecimiento, explica Jiménez, acuden hijos y nietos de sus primeros clientes. También viajeros, transportistas y artistas. Atención. Como en su día lo hiciese "Nino Bravo, que perdió la vida muy cerquita de este establecimiento un 16 de abril de 1973".

Nino Bravo

Beatriz Flores, la actual gerente de 'El vasco', le habla a Goyo del cantante valenciano. "Hay una gran afluencia de gente que viene aposta. Viene a comer lo que Nino Bravo tenía. Tenemos el rinconcito con su mesa, unos cuadros y saliendo del restaurante hay un monumento. Pases el día que pases, siempre tiene flores".

"a nino bravo le volvía loco el potaje de la abuela juliana y las chuletillas"

A Nino Bravo le volvía loco el "potaje de la abuela Juliana y las chuletillas. Platos que todavía tienen en carta". Una carta de cocina tradicional entre manchega y vasca. Heredada de los abuelos y los padres de los actuales propietarios. 

      
             
      

Pero eso sí. Es una cocina que elaboran con cariño y respeto a la cocina de toda la vida. "Y no me puedo olvidar de las auténticas natillas con tarta de la abuela Juliana", decía Beatriz a Goyo González.

La próxima semana, anticipa Goyo que irá a otro templo de la cocina bien hecha. Está en el kilómetro 155 de la carretera de Burgos, y se llama 'El lagar de Milagros'. 

A aquellos viajeros que escuchan 'Herrera en COPE' invitamos que nos digáis vuestros restaurantes de carretera predilecta en el "600.99.13.14. Nota de voz. Y la semana que viene visitamos los que nos recomendéis"

      
             
      

Eva Ferri, hija de Nino Bravo, desvela lo que tuvo que hacer su padre para casarse con su madre

Ayelo de Malferit, una localidad valenciana de no más de 5.000 habitantes, donde siempre aparece el sol y en cuyas calles, con tanto encanto, te puedes perder. Una localidad, como tantas otras, que podría haber pasado desapercibida para muchos de nosotros si no fuera porque en 1944 vio nacer a la voz más característica de su pueblo pero, sobre todo, a la voz de una generación.

Él era Luis Manuel Ferri Llopis, aunque, seguramente, lo conozcas más con el nombre de Nino Bravo. Un cantante que nos enamoró con su chorro de voz y que cantó las canciones más emblemáticas de un tiempo. Canciones que, en realidad, a día de hoy no pueden faltar en ninguna discoteca. Desgraciadamente, esa voz se apagó para siempre en 1973, cuando el querido artista murió en un fatídico accidente de coche.

Dejó huérfanos a sus miles y miles de fans, que a día de hoy, recuerdan lo mucho que significó para la música española y la latina. Pero, sobre todo, dejó con un gran vacío en el corazón a su familia. A su esposa Amparo, y a sus dos hijas: Amparo y Eva. Esta última no llegó nunca a conocerlo pues, cuando su padre sufrió el accidente, su madre estaba embarazada de ella.

      

Eso sí, no haberlo visto físicamente no ha impedido que Eva tenga siempre a su padre muy presente. Ella ha pasado por los micrófonos de Fin de Semana, para contarnos, entre otras cosas, esos entresijos de su vida algo más desconocidos. "Desde que tenemos uso de razón, hemos vivido rodeadas de mi padre, como padre y persona familiar, y también como artista" nos contaba, confesándonos que no hay día en su casa que no se le nombre y se le recuerde.

¿Cómo? A través de sus canciones, que suenan a todo volumen por cada rincón de su casa. "Sus canciones son la banda sonora de nuestra vida", explicaba. Banda sonora que ha marcado, también, la vida de su madre. Y es que Amparo fue el gran amor de la vida de Nino Bravo, algo que cuenta cada vez que puede a sus hijas. Tanto es así, que hay, incluso, anécdotas que desconocíamos de esa historia de amor.

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