En 'Herrera en COPE'

"La violencia fue la manera que tuvo Totò Riina para salir adelante"

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Escucha la entrevista a Íñigo Domínguez, periodista, autor de “Crónicas de la mafia”

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Totò Riina ha sido hasta este viernes el jefe máximo de la mafia siciliana. Tras dedicar 87 años al crimen organizado, con 26 cadenas perpetuas pendientes, Riina fallecía en una prisión del norte de Italia condenando muhcos de sus secretos también a la tumba.

“La guerra por el poder de Cosa Nostra dejó más de 1.500 muertos, todos del bando rival de Riina"

Riina, era conocido también como "la Belva" (La bestia) y permanecía detenido desde 1993 por los más de cien asesinatos que cometió con sus propias manos y otros tantos que ordenó. “La guerra entre clanes mafiosos por tomar el poder de Cosa Nostra en los años 80 dejó más de 1.500 muertos, todos del bando rival de Riina, entre los que había periodistas, políticos y magistrados”, ha relatado en 'Herrera en COPE' el periodista Íñigo Domínguez, autor de 'Crónicas de la mafia'.

ESCUCHA LA ENTREVISTA COMPLETA | Íñigo Domínguez en 'Herrera en COPE'

“La violencia, en una sociedad muy antigua fue su manera de salir adelante”

El que fuera 'capo de capos' de la mafia nació en 1930 en Corleone. “Tuvo una infancia misera en un pueblo perdido y muy pobre en los años 40. Entonces apenas tenía estudios y trabajaba en la campo”, explica íñigo Domínguez. De hecho “la violencia, en una sociedad muy antigua, fue su manera de salir adelante”.

El "jefe de jefes" y capo de la familia de los "Corleoneses" fue el protagonista de la época más sanguinaria de la mafia siciliana pero nunca se arrepintió de sus crímenes. “Los códigos de honor de conducta de los mafiosos no lo conciben. Se ven como gente íntegra pero no conciben arrepentirse por asesinar”.

"Para la mafia estar en la cárcel no significa nada más que cambiar de sede social"

Durante todos estos años, los investigadores aseguran que a pesar de estar bajo el régimen carcelario 41-bis, el más duro y con un régimen de aislamiento más severo, Riina seguía tejiendo los hilos de Cosa Nostra. “Para la mafia estar en la cárcel no significa nada más que cambiar de sede social. Hasta que alguien no se muere su puesto sigue”, asegura Domínguez. “A los grandes capos de la mafia, o los aíslas en un agujero o son capaces de seguir comunicándose y corrompiendo desde prisión”, ha concluido el periodista.

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