Marc Vidal advierte de las consecuencias que sufren las empresas y trabajadores por el incremento de la presión fiscal en España
Explica en su 'Salida de Emergencia' que es "un círculo vicioso"
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Marc Vidal, en su 'Salida de Emergencia' habla sobre la presión fiscal en España; que continúa en ascenso.
Según los últimos datos disponibles, "alcanzó el 37,3% en 2023, superando la media de la OCDE, que está en el 33,9. Estamos por debajo de economías como Francia, con el 43%, o Dinamarca, también con un 43%, pero estamos por encima de países como Portugal, con un 35%, o Irlanda, con un 21%. Estos tienen una presión fiscal inferior a la nuestra".
En principio, desgrana Vidal, "este dato podría interpretarse como un indicador moderado dentro del contexto europeo, pero adquiere otra dimensión si lo comparamos con el nivel de vida y el empleo".
Mientras países como Francia o Dinamarca, con mayores impuestos, ofrecen servicios públicos más robustos y tasas de paro significativamente menores, "España se enfrenta a un desafío estructural, un desempleo que ronda el 12 o el 13%, uno de los más altos de Europa".
Esto implica, indica el analista económico, "que un menor porcentaje de población activa soporta el peso de financiar las políticas públicas, lo que genera una presión adicional para los que sí contribuyen".
"complica la inversión y el crecimiento económico"
En economías con pleno empleo, o casi pleno empleo, "la carga fiscal se distribuye entre más personas, lo que permite que una presión fiscal alta no asfixie a ningún contribuyente de forma individual. En España, sin embargo, esta dinámica se rompe".
El esfuerzo, explica Vidal en su sección, "recae desproporcionadamente en los trabajadores y empresas que sí cumplen, mientras que el alto desempleo reduce el potencial recaudatorio y aumenta el gasto público en subsidios. Y el resultado es un círculo vicioso".
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Para mantener servicios básicos y reducir el déficit, el Estado depende de una fiscalidad elevada para una base contributiva insuficiente. Por ello, concluye que esto "complica la inversión y el crecimiento económico. En última instancia, la comparación no debería centrarse solo en el porcentaje del PIB recaudado, sino en la calidad de vida que cada euro fiscal consigue garantizar. Y en ese aspecto, España tiene mucho margen de mejora".