¿Es el momento adecuado para subir el Salario Mínimo Interprofesional? Marc Vidal analiza pros y contras
El analista económico de 'Herrera en COPE' explica lo que puede ocurrir si aumentan el SMI en la 'Salida de Emergencia'
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Comité de Expertos, que asesora al Ministerio de Trabajo, quiere actualizar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), y ya lo propuso hace unos días, subirlo un 4,6% o, incluso, un 8,2%. Es decir, que plantean llevarlo desde los 1.000 euros actuales, hasta los 1.046 euros o, yendo más allá, 1.082 euros. Eso son 14 pagas, ¿eh? A favor de esta propuesta están todos aquellos que consideran que el SMI es una herramienta eficaz para reducir la desigualdad, aseguran que el SMI no impacta de manera negativa en la creación de empleo (ellos dicen eso). En contra están los que consideran (CEOE, CEPYME...) que esta senda de aumentos, que ya comenzó en 2019, ha supuesto un incremento del 31%. Algo que, si miramos bien, nuestro modelo económico le va a costar soportar. Pero, tengo claro, que el problema no es tanto la subida en sí, sino el momento que se elegido para ella. Una economía que va a detenerse, dijo el Banco de España, más o menos, pero se va a detener al 1% en 2023, y una inflación que todavía está en máximos desde hace décadas, pues no creo que sea el mejor momento.
¿Qué supondría volver a subir el SMI?
Hay argumentos a favor y en contra. Los que están a favor dicen que aportaría un mayor poder adquisitivo -que así mitigaría el impacto que tiene la inflación entre los que menos cobran-; también aseguran que ayudaría a estimular la economía al aumentar la demanda en general -puesto que los trabajadores tendrían más dinero para gastar-; y, la tercera, que motiva a los propios trabajadores a ser más productivos. Esos serían los argumentos a favor. Pero, en contra, tendríamos que, por un lado, el aumento de los costes laborales para las empresas podría repercutir -ahora sí- en menor contratación; y, por otro lado, el aumento de SMI podría generar más inflación, porque al subirlo, paradójicamente, podría no amortiguar los efectos que se busca. Si se aumenta el SMI, en un momento de alta inflación, puede que no se traduzca en un aumento real de los ingresos de los trabajadores. En castellano, que los trabajadores podrían recibir más dinero, sí. Pero debido a que los precios de los bienes y servicios habrían aumentado también por ese motivo, el poder adquisitivo de ese dinero extra, podría ser incluso menor que antes.
Y es que, el incremento del SMI debe plantearse previamente desde una perspectiva técnica y menos ideológica, con calma y conciencia económica, porque especialmente atendiendo a sus efectos secundarios nos pondría poner más cerca o más lejos, en este caso, de la Salida de Emergencia.