Nuevo giro en el caso de Luis Lorenzo: encuentran veneno en la casa del actor

Según explica Nacho Abad, el material empleado para matar a la tía de la mujer del actor se ha encontrado en un bote de tinte para zapatos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Nuevas noticias sobre el caso de la tía del actor, Luis Lorenzo que, presuntamente, ha sido asesinada por él y por su esposa, Arancha Palomino. En Herrera en COPE, Nacho Abad le ha explicado a Alberto Herrera las últimas novedades sobre este caso, donde las investigaciones han hallado cadmio y manganeso en unos botes de tinte para zapatos que se encontraban en el domicilio suyo. En uno de estos envases se encontraron, concretamente, 1,213 gramos de manganeso. Algo absolutamente anormal tanto en un producto como este, como en una casa, ya que estos materiales se emplean en la industria del vidrio, petróleo y ladrillo. “El manganeso va directo al cerebro y lo que indican los expertos es que la tía Isabel sufrió una intoxicación, ya que ingirió 200 veces más una cantidad de manganeso de lo que una persona se puede permitir. Por eso no se pudo encontrar manganeso en el cerebro, ya que no le dio tiempo de llegar y se quedó en la sangre”, explica Nacho Abad.

Pero, según informa también Nacho Abad, esta sustancia se encontró en 8 elementos de la casa, es decir, aparte de los 5 botes, hubo restos de manganeso en la casa. Lo más curioso de esto es que en el producto de cuidado de zapatos y de cuero no se encuentra este material. “Pregunté a la empresa por estos dos productos en concreto que se encontraron en la casa y al cabo de media hora me contaron que esos productos no llevaban manganeso. Entonces, ¿qué hacía ahí el manganeso?”, explica Abad.

Otro punto fuerte de la investigación y que está relacionado con el veneno empleado para matar a la tía Isabel son los ordenadores de Luis Lorenzo y Arancha Palomino. La Guardia Civil ha pedido las contraseñas de los dispositivos y, para sorpresa de los agentes, los sospechosos no se acuerdan de las claves. “Lo lógico es que todos nos acordemos de las claves de nuestros ordenadores o móviles porque son unos aparatos que usamos muy a menudo. Encima, si crees o dices ser inocente, lo lógico es que no tendrías problemas en dar las contraseñas”, afirma Nacho Abad.