En 'La Linterna de la Iglesia'

Alonso Salcedo, seminarista: "Es un camino para ahondar en ese misterio tan grande que es el amor de Dios"

En el Día del Seminario hablamos con uno de los 1 066 seminaristas que tiene nuestro país

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Hoy celebramos el día de san José, patrono de la Iglesia Universal. Y lo celebramos en un momento especial porque el Papa convocó hace unos meses un año especialmente dedicado a su figura teniendo como guía la carta apostólica Patris Corde. Y es además, como acabamos de escuchar, un día para los seminarios que hoy fijan sus ojos en este modelo a seguir porque san José es también protector de las vocaciones.

Así que en 'La Linterna de la Iglesia' hemos hablado con Alonso Salcedo. Él es uno de los 1 066 seminaristas mayores que tenemos en España. Tiene 25 años y estudia 4º Curso en el Seminario Conciliar de Madrid. Desde pequeño, él sabía que quería ser sacerdote. "Poco antes de entrar en el Seminario, hablé con Anita, una señora que nos cuidaba a mí y a mis hermanos, para contarle y me dijo 'anda, si ya sabía yo. Cuando tenías 8 ó 9 años te pregunté qué querías ser de mayor y me dijiste quiero ser sacerdote' y yo me quedé muy impresionado, porque creía que la vocación había nacido en la adolescencia, pero no sabía que desde tan pronto el Señor me la había dejado en el corazón", explica Alonso.

Aún así, llegó a comenzar la carrera de Medicina. "Hice dos añitos de Medicina. La empecé con una gran duda en el corazón. Sobre todo, a partir de 2º de Bachillerato. Durante la adolescencia fue un ir rumiando. Yo ya pensaba 'o sacerdocio o casado'. Pero en 2º de Bachillerato fue un gran momento para decir 'qué quiero hacer con mi vida'. Y siguiendo el ejemplo de mi padre, que es médico, pensé 'yo quiero ayudar a los demás' y empecé la carrera", explica el seminarista, que recuerda que "empecé la carrera con el testimonio de una amiga mía que entró en Iesu Communio. Y claro, ver monjas jóvenes, que eran felices con su vida consagrada a mí me chocó mucho y fue un toque muy grande a mi corazón".

Pero el corazón le hizo 'click' el 6 de febrero de 2015. "Fui a la catedral de la Almudena, a una adoración de jóvenes. Hablé con mis amigos para ver quién se quería venir conmigo y no se vino nadie excepto mi mejor amigo, por pena, y mi primo, que es agnóstico y no tenía otra cosa que hacer. Así que yo tranquilamente fui a rezar y a estar con Jesús.Y en un momento de la adoración, Él me hizo ver que estaba realmente presente en la eucaristía, que estaba pasando delante de mí. Y me tiré a la piscina y le dije 'Señor, ¿quieres de mí que sea sacerdote?' y, de repente, todo el miedo que tenía de que el Señor me iba a quitar algo desapareció y note una voz interior que me dijo que fuese por ese camino", afirma Alonso Salcedo.

"De primeras, a mis padres, cuando les dije que iba a dejar la carrera de Medicina para entrar en el Seminario, les costó más. Porque era el único de la familia que estaba haciendo Medicina, con mi padre médico... pero como me dijo un sacerdote: 'Mira, Alonso, tú esto lo llevas muchos años discerniendo. Ahora deja que tus padres lo vivan y que lo vayan aceptando poco a poco'. Y al final, me dijeron: 'si es lo que Dios quiere y estás feliz, a por ello'", señala el seminarista.

"El Seminario es muy intenso. Llegas con unas espectativas y te las cambia, pero para bien. Para mí está siendo una profundización en el conocimiento que Dios tiene de ti y tú tienes de uno mismo. Poco a poco el Señor te va profundizando más. Es un camino para ir ahondando poco a poco en ese misterio tan grande que es el amor de Dios", asegura Alonso.