Futbolero, lector, cantante... y 'obispillo': Diego Pavel protagoniza la Navidad de Burgos

Diego Pavel tiene doce años. Vive con su familia en Burgos. Estudiante de Primero de la ESO, es aficionado al fútbol, a la lectura y al dibujo. Pero su gran pasión es cantar. De ahí que hace dos años ingresara en el coro de la Catedral de Burgos, en la Escolanía 'Pueri cantores', integrado por niños a partir de los siete años de edad. Este jueves, coincidiendo con la festividad de los Santos Inocentes, Diego ha sido investido como nuevo 'obispillo' de Burgos. Una figura elegida entre los miembros de la escolanía para representarles ante el arzobispado.

La fiesta del 'obispillo' es de las tradiciones más entrañables de la Navidad burgalesa. Se remonta al siglo XV, cuando un niño en la fiesta de los Inocentes hacía creer al pueblo llano que había nuevo obispo en la ciudad.

El obispillo pide por los niños que son víctima de las guerras

Este año ha sido Diego el más votado entre los compañeros de la escolanía para llevar el traje, la mitra y el báculo. En su discurso, con el arzobispo Mario Iceta presente, Diego Pavel agradeció la confianza, pidió por la paz en países de conflicto y oraciones por los niños más desfavorecidos.

"He pedido por la paz en Ucrania, Palestina e Israel. Es muy difícil para los niños vivir ahí, lo pasan mal, ojalá pare ya porque no se puede vivir así”, ha lamentado en declaraciones a COPE el recién investido obispillo de Burgos.

Como es tradición, el obispillo subió a lomos de un caballo blanco para hacer el recorrido de la Catedral al Ayuntamiento, donde es recibido por la alcaldesa. Ojo, porque lo de subirse a un caballo no es tarea tan sencilla y requiere de ensayo, como nos ha contado el propio Diego: “Primero he tenido que practicar un poco en un establo y la verdad un poco de nervios, pero luego le pillé el tranquillo. El caballo estaba un poco nervioso con la gente pero luego se ha tranquilizado”, ha precisado.

Diego Pavel encuentra en la música la educación "de su alma"

Diego ha recordado que llegó a la Escolanía animado por el párroco de San Cosme y San Damián, que esto decantar no se le daba mal al hoy obispillo. De hecho su madre, María, nos dice que le gustaría dedicarse de mayor a la música.

Porque es a través de este arte como Diego se ha ido acercando a la fe y a Dios. Como asegura el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, la música educa el alma de una manera particular: “En vuestra tarea de 'Pueri cantores' la música educa de manera particular, educa el alma, educa la vida, educa para la paz tan necesaria en el mundo”, expresaba el prelado durante la fiesta del 'obispillo' en la Catedral.

Pero lo más importante es que Diego se siente feliz en la Escolanía. Los ensayos son dos veces a la semana, aunque con intervalos “de recreo y juegos”, expone su madre y secunda su hijo: “Me gusta estar en el coro porque son todos buenos compañeros, cuando te equivocas te corrigen y te dicen lo que haces mal. Está muy bien la escolanía, es como una gran familia”, ha puntualizado.