Martha Molina: "La represión hacia la Iglesia católica en Nicaragua va a ser aún mayor"

Preocupación por la Iglesia católica en Nicaragua: más de 520 ataques en los últimos cinco años

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Martha Molina: "La represión hacia la Iglesia católica en Nicaragua va a ser aún mayor"

Manu Torralba

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Continúa la preocupación por la Iglesia católica en Nicaragua. Los números asustan: Ha sufrido más de 520 ataques en los últimos cinco años y la situación va a peor, porque en 2022 se registraron 161 y en lo que llevamos de 2023 ya se contabilizan más de 90. Son datos que refleja el informe 'Nicaragua: Una Iglesia perseguida', de la defensora de los derechos humanos Martha Patricia Molina, que nos explica por qué se produce ahora este estallido de odio contra la Iglesia en su país.

El estudio de Martha Patricia Molina contabiliza los ataques que se han producido contra la Iglesia desde las protestas ciudadanas de abril de 2018. Desde entonces hay un obispo que se encuentra en prisión, otro en el exilio, 66 sacerdotes y religiosas han tenido que escapar de la dictadura y el Estado ha ordenado el cierre de los medios de comunicación de la Iglesia.

"Mientras la dictadura de Ortega y Murillo se encuentre en el poder, la represión hacia la Iglesia católica va a ser aún mayor. Y eso lo demuestran las cifras", ha dicho Martha Patricia Molina en 'la Linterna de la Iglesia' de COPE.

Martha ha tenido que exiliarse a los Estados Unidos como todos los periodistas y opinadores de los medios de comunicación nicaragüenses. En su país, mientras, continúa la dictadura de Daniel Ortega y su mujer Rosario Murillo, en el poder desde 2007. Esta Semana Santa la persecución religiosa se ha hecho especialmente visible con la prohibición de las procesiones religiosas. Más de 3.000 que, en muchos casos, han desafiado al régimen sandinista y han decidido salir de todas formas con sus santos a las calles.

El origen de esta represión lo encontramos en 2018, cuando la Iglesia trató de actuar como mediadora y buscar el diálogo. Esto, sumado al hecho de que condenase la violencia y la represión del Estado, fue entendido por el régimen como un acto de complicidad con los opositores.

“La dictadura en un primer momento se enfocaba en la prensa, las organizaciones sin ánimo de lucro y los opositores”, asegura Martha, pero una vez consiguieron expulsarlos del país, en Nicaragua solo quedó la Iglesia católica como referente de libertad.

El informe de Martha Patricia Molina detalla cómo a partir de ese momento comenzaron las profanaciones, los robos y los ataques con violencia. Y, a final, el cierre de los medios de comunicación de la Iglesia y el arresto de su responsable, el obispo Rolando Álvarez, que lleva privado de libertad desde agosto del año pasado. Las relaciones del gobierno y la Iglesia viven ahora momentos de gran tensión. El Papa Francisco, cuando se ha referido al sandinismo, lo ha definido como una "dictadura grosera".

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