Mons. Argüello: "Nos parece decisiva la importancia de la familia para la transmisión de la fe"

Hace unas semanas, la Conferencia Episcopal Española publicaba el documento Fieles al Envío Misionero con orientaciones y líneas de trabajo a seguir en los próximos años 2021-2025. Comienza un nuevo curso pastoral, en el que la Iglesia es consciente del cambio que se está dando en la sociedad y quiere acercarse más aún a la realidad social y eclesial que vivimos. Para hablar de este documento ha participado en 'La Linterna de la Iglesia' monseñor Luis Argüello, secretario general de la Conferencia Episcopal y obispo auxiliar de Valladolid.

Mons. Argüello ha explicado que no se trata de un Plan Pastoral, sino de un documento que brinda orientaciones y líneas de trabajo "que es fruto de un diálogo de varias Asambleas Plenarias y que quiere acoger un mandato permanente del Señor: 'Id y anunciad el Evangelio'. Pero esta llamada se ha transformado para nosotros en una pregunta: ¿cómo evangelizar en la sociedad actual? ¿Cómo alentarnos a un camino de discernimiento compartido de todo el Pueblo de Dios para descubrir lo que Dios quiere de nosotros en esta hora?".

Vivimos en una sociedad en la que cada vez choca más describirse como cristiano, algo de lo que la Iglesia ha tomado buena nota en la elaboración de este documento. "Sirven como textos luminosos en este tiempo dos documentos del Papa Francisco: Evangelii Gaudium, que invita a la salida misionera, y la carta Gaudete et Exsultate en la que el Papa nos invita a una vida a contracorriente. Sabemos que muchas de las cosas que proponemos suenan a muchos de nuestros conciudadanos a propuestas incomprensibles o como propuestas de vida que son inasumibles pero, por otra parte, tenemos la experiencia de que a mucha gente creer en Dios le hace bien, haberse encontrado con Jesucristo transforma su vida y experimentar Su misericordia le llena de alegría. Nosotros pensamos que ofrecer alegría y esperanza es algo muy importante en el momento que vive la sociedad española y el mundo entero", señala Mons. Argüello.

"Nosotros hablamos de una sociedad en la que crece la desconfianza y también el enfrentamiento, a veces como estrategia. Y creemos que una raíz profunda de todo esto es el haber dejado de contar con Dios, o vivir como si Dios no existiera. Incluso nosotros, los propios católicos. De ahí la importancia de proponer la alegría del Evangelio", apuntaba el secretario general de la CEE.

El Papa nos llama a un camino de sinodalidad en el que todos seamos corresponsables de la misión de la Iglesia, y no solo los sacerdotes o los obispos, sino también los laicos, las familias, los jóvenes... "Es muy importante que todos nos sintamos discípulos misioneros y que cada uno descubramos la vocación a la que hemos sido llamados. Decía el cardenal Osoro en el II Encuentro Internacional de Líderes Católicos la importancia de vivir la caridad política como un alto grado de caridad. Precisamos ofrecer el amor del Señor según la vocación a la que cada uno de nosotros es llamado y vivirlos juntos, descubriendo lo que el Señor quiere de nosotros en este momento, que seguro que tiene que ver con ofrecer un testimonio de vida fraterna y entregada", explicaba Mons. Argüello.

El secretario general de la Conferencia Episcopal también ha hablado de cómo se están preparando las diócesis españolas para comenzar la primera fase, la diocesana, del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, que empezará en octubre: "Es muy importante resaltar que no estamos ante un método sin más, sino caer en la cuenta de lo que es la Iglesia: un pueblo en camino. Lo que vamos a vivir en estos meses quiere ser como un ensayo para vivir como sínodo, como Pueblo de Dios en camino que, ante las novedades extraordinarias de la época en la que vivimos precisa abrirse a la acción del Señor".

"El Papa no nos plantea esto como una carpeta que se abre, se cierra y, después, a otra cosa, sino como un verdadero estilo, como una manera de vivir la Iglesia en este momento. Como el fruto maduro de lo que el Pentecostés del Concilio Vaticano II nos propuso vivir", señala el obispo auxiliar de Valladolid.

Este año se reanudan las Semanas Sociales dentro de esas orientaciones que nos deja el documento Fieles al envío misionero. "Es una propuesta que vive la Iglesia desde hace tiempo y habla de la participación en la vida política, la regeneración de la participación en la vida política en la clave del bien común, que es el cuarto itinerario preferente del Congreso de Laicos. Es un instrumento del que queremos dotarnos en la vida de la Iglesia para hacer todo esto. Es verdad que la pandemia ralentizó la puesta en marcha de la propuesta pero, con todo, viviremos esta Semana Social de Sevilla, en el mes de noviembre, de una manera muy germinal. Queremos que sea una oportunidad de potenciar el significado de las Semanas Sociales como una experiencia del Pueblo que camina en España para subrayar la importancia de la dimensión social de la fe", ha dicho monseñor Argüello.

También estamos viviendo el Año de la Familia Amoris Laetitia con motivo del V Aniversario de la publicación de la exhortación apostólica y la Iglesia en España también tiene desafíos pendientes alrededor de la familia cristiana, como ha explicado el secretario general de la CEE: "Vemos que hay un giro en la comprensión misma de la persona, en la comprensión de la familia y, lógicamente, en lo que es la propia familia de familias, lo que es la sociedad. Por eso nos parece de una importancia extraordinaria promover la vocación al matrimonio, que funda la posibilidad de una familia, que no se cierra sobre sí y que supone una comprensión de la persona y una determinada manera de situarse en la sociedad. Nos parece decisiva la importancia de la familia para la transmisión de la fe. La quiebra que estamos experimentando en la transmisión de la fe entre niños, jóvenes, adolescentes y los más adultos tiene mucho que ver con la propia situación de la familia, la importancia de proponer la belleza de la familia y la alegría del amor".