¿Ha acompañado la suerte en el rescate de los niños de Tailandia?

Todos los ojos están puestos en estos días en la cueva de Tailandia, donde 12 niños quedaron atrapados junto a su monitor tras una excursión. A estás horas, ocho niños han podido ser rescatados gracias a los servicios de rescate. Los menores van siendo rescatados poco a poco debido a que “el rescate no es sencillo” nos cuenta Jorge Alcalde, director de la revista 'Quo'. Cualquier cambio en el ecosistema, como aumento o descenso del agua en esa zona puede ser peligrosa y un impedimento para seguir con el rescate de los niños. Aunque la “suerte les ha acompañado”, explica Jorge Olcina, catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante. Nuestros dos especialistas nos cuentan que gracias al conocimiento que tienen de 'las lluvias del monzón', lluvias previsibles en esas zonas, saben como actuar con el rescate. Lo que están viviendo los tailandeses en estos momentos es 'una especie de gota fría a lo bestia', nos explica Jorge. “No hay otro terror más ajeno al cerebro humano”, el quedar encerrados sin saber cuando vas a volver a poder salir al exterior. Este puede ser uno de los problemas psicológicos de los niños .

Lluvias en Asia y temperaturas extremas en Argelía, rozando los 51 grados. Temperatura que complementa un récord de grados en África. Las causas de estas temperaturas no tienen un inicio contrastado, aunque se habla de la evolución de la tierra.

Una de los teorías más curiosas puede ser el porqué del pelaje de las cebras, porqué esos colores y esa piel a rayas. Nuestros especialistas nos explican que hay casi 18 teorías existente sobre la piel de las cebras. Todo viene al caso, puesto que se dice que los colores blancos y negros de estos animales son para soportar las temperaturas extremas del país. Los colores negros absorben los rayos ultravioletas, mientras que los blancos hace que las temperaturas se enfríen. Las corrientes de aires son las que mantienen al animal fresco.

Jorge Alcalde: "Hemos perdido el patrimonio del cielo". No se considera el cielo como parte de nuestro planeta, y suceden cosas espectaculares como la lluvia de estrellas. La contaminación lumínica hace que movimientos de satélites, planetas y estrellas no podamos apreciarlos en las ciudades.