Un científico desvela el detalle en el cerebro de un colombiano resistente al alzhéimer: "Ahora ya lo sabemos"

El neuropatólogo colombiano Diego Sepúlveda explica en La Linterna de COPE los motivos por los que dos personas eran resistentes al alzhéimer, a pesar de tenerlo genéticamente

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En España hay 800.000 personas que sufren alzhéimer. Cada año se diagnostican 40.000 nuevos casos y la realidad es que 8 de cada 10 personas que la sufren ni siquiera lo saben porque los primeros síntomas son leves. Si no se encuentra una cura, en España los enfermos de alzhéimer llegarán a los 2 millones dentro de 20 años.

El segundo caso de una persona resistente al alzhéimer

Desde el siglo XVIII, en la región colombiana de Antioquía, buena parte de los descendientes de una misma familia poseen una mutación genética, una auténtica condena que provoca alzhéimer antes de los 50 años. En la zona se le conoce como “bobera” y, de los 6.000 descendientes de esa familia en la actualidad, 1.200 portan esa mutación.

El caso que ha dado la vuelta al mundo es el de un hombre que, a pesar de tener esa mutación que le condenaba a sufrir alzhéimer de forma temprana, consiguió resistir la enfermedad durante dos décadas. En el Centro Médico Universitario Hamburgo- Eppendorf llegan a la conclusión de que otra mutación rara le habría protegido.

El neuropatólogo colombiano Diego Sepúlveda ha examinado cada detalle de ese cerebro y explica en La Linterna de COPE cómo llegó a sus manos: “Trabajo con científicos colombianos que llevan siguiendo a esta familia durante los últimos 35 años. A finales de 2019, este paciente, que había sido identificado como especial, falleció y la familia donó el cerebro para la ciencia y acordamos hacer un muestreo de este cerebro y nos enviaron las muestras para el estudio”.

"Había dos personas caminando por ahí que tenían dos claves para la protección del alzhéimer"

Examinándolo al detalle, habría sido una mutación la que le habría protegido: “Este es el segundo caso que se encuentra en esta población colombiana”, advierte el neuropatólogo y explica las diferencias entre ambos casos: “El primer caso tenía una mutación de una proteína que se llama apoE y este nuevo caso tiene una mutación en otra proteína que se llama reelina”. Ambas proteínas comparten procesos celulares similares, pero dos casos tienen diferencias muy significativas: “ApoE se produce en mucha cantidad en el cerebro, por lo que en la primera paciente la protección que encontramos era global, encontramos áreas del cerebro que estaban limpias de alzhéimer. Mientras que en el nuevo caso, el alzhéimer estaba extendido y el cerebro parecía un caso muy severo, pero en una región muy específica del cerebro había muchas más neuronas de las que debería haber, por lo que en este paciente la protección estaba localizada”.

El doctor Sepúlveda explica qué posibilidades de cara a tratamientos futuros abre este descubrimiento: “Cuando descubrimos el caso anterior, se pensó que era solo un caso de azar, pero ya con este segundo caso pensamos que hay muchas formas de proteger un cerebro del alzhéimer”. En cuanto a los tratamientos, “sería cuestión de imitar el efecto que tiene las moléculas de apoE y reelina en las mutaciones y desarrollar sustancias que puedan tener un efecto similar”. En estos momentos, el neuropatólogo está tratando de identificar cuáles son las células que sobrevivieron para saber por qué sobrevivieron y así poder colaborar para el desarrollo de una terapia dirigida al alzhéimer.

¿Estamos cerca de una cura? El doctor Sepúlveda, experto en alzhéimer, asegura que hay que ser optimista, aunque con cautela: “Eso es una pregunta muy difícil de contestar, no hay manera de saberlo. Pero lo que sí que sabemos es que había dos personas caminando por ahí que tenían dos claves para la protección del alzhéimer sin nosotros saberlo. Quién sabe cuántas más personas tienen en su cerebro la clave de la protección del alzhéimer, no para un tratamiento, sino para cinco o seis distintos. Esto abre esperanzas porque ya sabemos dos maneras distintas en las que un cerebro se puede proteger del alzhéimer y debe haber muchas más”.

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