El drama migratorio del Mediterráneo, en La Linterna: "No importa si vives o mueres en el intento"

Tan solo este año, más de 120.000 personas han desembarcado en las islas italianas, entre ellas Lampedusa, un lugar desbordado por la llegada de inmigrantes

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En el mes de febrero, por la mañana, Achille se preparaba para poder ir a trabajar. Estaba con bastantes ganas de que terminase el día porque al siguiente libraba. Sin embargo, una extraña sensación le recorre por el cuerpo. Entonces, se subió al autobús que estaba algo más vacío de lo habitual. Se sentó en la parte de atrás y cogió su móvil. Pero, de repente, un grupo de personas se le acerca de manera violenta.

Achille no entendía nada. Poco después se dio cuenta de lo que pasaba. La noche anterior, el presidente del país, iniciaba una cruzada ideológica contra la inmigración subsahariana, a la que acusaba de todos los males del país. Un discurso que desató las agresiones contra la comunidad negra. Achille vivía en una casa en las afueras de la ciudad junto con otras 30 personas también subsaharianas. Reconoce que en ningún momento la policía actuaba ante cualquier agresión que se realizaba contra él o sus compañeros. La represión provocó que a los pocos días perdiera también el lugar donde vivía.

La desesperación, la situación en el país y la búsqueda de una vida mejor hizo que Achille, al igual que otros tantos subsaharianos, vieran que la única solución posible era huir del país. En una embarcación de madera, Achille y otros miles de inmigrantes se lanzan al mar en busca de llegar cuanto antes a Europa. Días y días a la deriva, con muy poca comida y dependiendo de que aparezca un milagro en forma de barco que los rescate.

Él fue una de las 421 personas rescatadas en el Mediterráneo Central entre el 15 y el 16 de julio por el buque Geo Barents, de Médicos Sin Fronteras. Los equipos llevaron a cabo esos días hasta once operaciones consecutivas de rescate dada la afluencia de embarcaciones que habían partido de la ciudad tunecina de Sfax. Achille cuenta que no tuvo más remedio que lanzarse al mar. La historia de Achille es el reflejo de la realidad que se refleja en el Mediterráneo Central donde miles de personas se juegan la vida para poder alcanzar un futuro digno.

Migrants in Italy

Photo: Cecilia Fabiano/LaPresse via ZUMA Press/dpa

Si miramos ahora el mapa, uno de los puntos más cercanos a las costas tunecinas es una pequeña isla italiana. Lampedusa, que tiene una extensión de apenas 20 kilómetros cuadrados y una longitud de 8 kilómetros. Un lugar desbordado por la cantidad de inmigrantes que han llegado en las últimas semanas.

El pasado fin de semana, en tan solo tres días, llegó a recibir hasta 10.000 inmigrantes que saturaron su precario y único centro de acogida, con capacidad para unos 400. La situación ha sobrepasado las funciones de una ciudad cuyos vecinos no pueden más.

Las pequeñas dimensiones de la isla hacen que apenas permitan acoger a una población habitual de unas 6.300 personas que, en su mayoría, se dedican a la agricultura y el turismo. Según el ministerio del Interior italiano, en 2023 desembarcaron en las costas italianas cerca de 124 mil inmigrantes, casi el doble de llegadas que en el mismo periodo del año anterior y el triple que en 2021.

Desde el Gobierno de Meloni, han estado concentrando sus esfuerzos en intentar alcanzar acuerdos con los países de origen y tránsito, pero su estrategia no parece estar dando resultados. La Unión Europea ha empezado a tomar decisiones para poder aliviar la situación que se está dando en lugares como Lampedusa.

La labor de Open Arms y Médicos Sin Fronteras

'La linterna' ha querido conocer la situación en el puerto siciliano de Siracusa. Allí se encuentra el barco Open Arms que está ya preparado para comenzar otra nueva misión de rescate. Esther Camps es la coordinadora de rescate a bordo de este buque y explicaba que el perfil de gente que se encuentran es “mujeres embarazadas y muchos niños no acompañados. Hay muchos avisos y monitoreamos en la zona y en el caso, estamos preparados".

Lampedusa continúa siendo el epicentro de la llegada de inmigrantes a Europa. Juan Matías Gil, coordinador de operaciones de rescate de Médicos Sin Fronteras, comparaba la crisis en Lampedusa con la de Canarias. La diferencia, según él, es que en Canarias la situación es complicada, pero está menos politizada. Sobre todo, destaca la responsabilidad de la Unión Europea y sus Estados miembros e insiste en no abandonar a Italia. Porque, a pesar de ser uno de los países con menos solicitudes de asilo, no está recibiendo el apoyo necesario.

Recuerda además que se han realizado centenares de operaciones pasadas en el Mediterráneo central y critica la repetición de enfoques anteriores para abordar esta crisis. Si hablamos sobre los datos de devoluciones, ha explicado que son pocos los que tienen éxito.

El barco Geo Barents rescató hace unos días a 500 personas de diversas nacionalidades, entre ellos, casi la mitad eran menores no acompañados y también había 7 mujeres embarazadas. Todas ellas comparten un deseo común: buscar una oportunidad y la esperanza de obtener protección internacional.

La propaganda sobre la gestión migratoria naufraga en Lampedusa

EFE/ Gonzalo Sánchez

¿Qué ocurre con las personas que consiguen llegar?

Una vez que todas estas personas llegan a territorio de la Unión Europea, la portavoz de ACNUR, María Jesús Vega, explicaba que "lo primero es atender necesidades básicas, identificar posibles menores no acompañados y lo que es crucial es identificar posibles refugiados. Si tienen documentación, en principio, se les podría devolver al país, pero no es nada fácil. Nosotros no nos oponemos a que los Estados los devuelvan”.

Los motivos que hay detrás de esta oleada de inmigrantes rumbo a Europa, María Jesús explicaba, por ejemplo, que los países Túnez y Libia "tienen una situación de inestabilidad muy importante, conflicto en Libia, un país fallido con miles de desplazados y además la circunstancia de la inundación. En África hay un altísimo número de desplazados por guerras, cambio climático y pobreza. En cada una de las embarcaciones que observamos, el número de menores no acompañados es altísimo y preocupante”.

Desde la Unión Europea están intentando solucionar el problema desde los lugares de origen. Están actuando las mafias con total impunidad en estos países. Sobre esto, la portavoz de ACNUR mencionaba que “algunos se recorren 4.000 kilómetros, pero van a manos de gente que no tienen ningún tipo de escrúpulos y no les importa si vives o mueres en el intento".

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