Emigra desde Marruecos a Fuengirola y, años después, sorprende a sus padres con lo que hace en España
Expósito cuenta en La Linterna la historia de Othman, quien salió de Tánger con 16 años y ha terminado rompiendo moldes en nuestro país
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Othman Beda recorrió más de 760 kilómetros en los bajos de un autobús cuando tenía 16 años. Más de siete horas de trayecto desde Tánger, su ciudad natal, a Fuengirola en busca de su sueño: poder tener un futuro. Al llegar a nuestro país fue detenido y ahora, ocho años después, está rompiendo moldes al ser el primero en hacer lo que está haciendo en este momento.
Tal es así que, reconoce en La Linterna, ha terminado por sorprender a sus padres y a su familia, que se quedaron en Marruecos cuando él salió en dirección a España. Una historia increíble que ha contado el comunicador de COPE, Ángel Expósito, y que demuestra hasta dónde pueden llegar las personas cuando tienen voluntad por salir adelante y labrarse un futuro digno.
De Marruecos hasta Fuengirola
Cuenta Othman en La Linterna que el motivo por el que quiso salir de Tángel con 16 años fue que quería “simplemente escapar de la mala vida y caer en malos rollos en los que cayó la gente cercana”. Pero, aunque bromea con que lo primero que le impresionó de España fue lo limpio que estaba el suelo (reconoce que había visto muchos vídeos de compatriotas que ya habían emigrado antes que él) confiesa que lo primero que vio en nuestro país fue a un policía de paisano.
“Lo primero que me encontré fueron unos secretas, que me llevaron a la comisaría y a un centro de protección, donde es bastante duro”. No obstante, y ocho años después, Othman ha aprobado la selectividad y ha empezado la carrera de Educación Social en la Universidad de Jaén. “Es el primer menor extranjero no acompañado que entra en la universidad de toda España”, explica Expósito.
La reacción de los padres desde Marruecos
“Fue un proceso muy largo, pasé de un centro de Málaga a uno de Jaén y, cuando salí, acabé en la calle, viviendo en la calle, hasta que di con la asociación Málaga Acoge. Me apoyaron muchísimo cuando decidí estudiar, cosa que no está haciendo quien debería hacerlo, que es el estado, que no te concede ninguna beca, es casi imposible que te la acepten”, explica en COPE el joven migrante, que no tenía muchas esperanzas por entrar en la universidad.
“Cuando me presenté a la selectividad en mi cabeza estaba que iba a suspender y, el día que salió la nota, miré y no podía parar de llorar de la alegría”, confiesa en los micrófonos de La Linterna. “La idea principal al salir de mi país era buscarme un buen futuro, no concretamente estudiar”, reconoce. “Cuando llegué a Málaga Acoge apostaron por mí, me dijeron que estudiase, que yo podía. Me estuvieron ayudando, me saqué el bachillerato y aprobé selectividad, todo fue poco a poco”.
Ahora el joven marroquí viven en Jaén, en una residencia de la universidad que todavía le está pagando la asociación, “porque el Estado todavía no me permite trabajar después de 7 años, no puedo estudiar y trabajar como mis compañeros”. “Y tampoco me conceden becas porque me consideran “independendiente”, que no lo soy, porque estoy en desamparo y sin familiar”, comenta.
Así, desvela que sus padres en Marruecos “flipan” con lo que ha conseguido en España: “yo de pequeño era muy travieso y no me daba por estudiar, y ahora me han visto en el periódico y en la tele”.