Jorge Alcalde explica por qué la OMS ha tenido que rectificar sobre un edulcorante, supuestamente, cancerígeno
El aspartamo se encuentra en los alimentos clasificados como "light, sin azúcar o dietéticos" y es entre 150 y 200 veces más dulce que el azúcar
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El aspartamo es uno de los edulcorantes más utilizado en el mundo. Lleva empleándose desde los años 80 como sustitutivo del azúcar en multitud de productos que tomamos a diario. Y, precisamente, en aquellos que están clasificados como "light, sin azúcar o dietéticos". Así lo ha desvelado la nutricionista Mónica de Gracia Riesgo en 'La Linterna'.
Está calculado que este polvo granulado blanco es entre 150 y 200 veces más dulce que el azúcar, por lo que su uso se daba en pequeñas cantidades. En las etiquetas, viene referenciado con el código E951.
Como ha explicado Ángel Expósito, la ingesta en exceso de aspartamo puede "provocar daños en el sistema cardiovascular, así como problemas digestivos y sobrepeso". La Organización Mundial de la Salud ha estudiado su potencial cancerígeno.
"Mosqueo" con la OMS por sus alertas
El divulgador científico Jorge Alcalde ha desvelado que existe "mosqueo" respecto a cómo la OMS ha anunciado esta alerta. "La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer se encarga de establecer los "niveles de posibilidad de generar cáncer de todas las sustancias", apuntaba. No siempre se llega a la evidencia, en cuanto se empieza con la investigación, de colocarlo en la escala.
"Muchas veces, la OMS se adelanta y lanza alertas que tiene que rectificar", decía Alcalde. Es cierto que puede provocar daños para la salud, pero esto solo en "grandísimas dosis". Sin embargo, en las cantidades que lo consumimos habitualmente, "está muy lejos de ser perjudicial".
"De ahí a decir que su uso es cancerígeno, hay un trecho"
Según las autoridades sanitarias de Estados Unidos y de Europa, la dosis máxima recomendado está en 40 miligramos por kilo de peso cada persona. Para evidenciar la remota posibilidad de desarrollar cáncer, el divulgador lo ha ejemplificado con que sería necesario ingerir "durante muchos años 14 latas diarias" de un refresco para llegar a esos niveles.
"Esto no quiere decir que no sea bueno y la OMS acierta en reducir y moderar el uso y si se puede elegir sustituir estas bebidas por un vaso de agua, pues mejor, pero de ahí a decir que su uso es cancerígeno, hay un trecho", apuntaba.
Tampoco se puede asegurar con exactitud el tipo de cáncer que provocaría. Los trabajos que se han realizado ha sido con tejidos y en laboratorio. Existe la certeza de que pueden producir modificaciones celulares, pero serían necesarios ensayos clínicos con humanos y pacientes de diferentes patologías para poder establecer una relación directa. "La alarma hay que tomarla con cautela", añadía Alcalde.
"El miedo a que se alcance el máximo es irracional"
Otras sustancias que se utilizan con la misma finalidad que el aspartamo, como la estevia o la sacarina, también tienen "contraindicaciones", y su uso en elevadas cantidades provocan efectos adversos.
"En definitiva, lo que todos los nutricionistas reconocen es que hay que hacer un uso moderado de las sustancias edulcoradas artificialmente, también del azúcar, y sustituir esos refrescos por otras bebidas. Pero no eliminarlos de la dieta porque el miedo a que se alcance el máximo es irracional. Habría que beber muchísimas bebidas para llegar a considerarlas peligrosas", concluía.