El miedo de la joven zaragozana Awa, tras llevar 10 meses retenida en Mali por su padre: "Corre mucho riesgo"

Joaquín Soguero, presidente de la Asociación 'España Abierta al Mundo' y representante de Awa y sus hermanos, relata en La Linterna la pesadilla por la que está pasando su madre

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Fátima es una mujer de Mali que lleva viviendo en Zaragoza desde 2005. Allí ha tenido tres hijos: Bouba, de 16 años, Mamadou, de 6, y Awa, que tiene 12 y es la única niña. Los tres niños vivían felices en la capital aragonesa hasta agosto del año pasado. Desde ese momento, el padre de los niños los tiene retenidos en la capital de Mali, en Bamako.

“Se marcharon de vacaciones con la intención de estar un mes y se volvían sobre el 20 de agosto, que fue cuando saltó la sorpresa. Vimos que los pasaportes no aparecían -porque los tenía retenidos el padre-, y en ese transcurso de las vacaciones, el padre se trasladó a Zaragoza, desalojó la vivienda donde vivían y se marchó en un furgón con todo”. Así lo relata Joaquín Soguero, presidente de la Asociación 'España Abierta al Mundo' y representante de Fátima y sus hijos, en La Linterna. Está haciendo todo lo posible para traer a Bouba, Awa y Mamadou de vuelta a Zaragoza con su madre.

10 meses fuera de casa en situación de pobreza y viendo peligrar sus estudios

Fátima vio desesperada cómo los niños no pudieron regresar con ella a España, a pesar de que tenían un salvoconducto. Y es que su marido se había adelantado y, supuestamente, sobornó a la policía del aeropuerto: “La policía de Mali se los entregó al padre y dijo que ahí no pasaba nada. Allí es sencillo, allí con dinero se consigue lo que quieras. Los policías prefirieron cobrar un dinerito, los hijos les dan igual y el entuerto que han montado es mayúsculo”.

Aun cuando estaban en España, el hombre tampoco permitía que Fátima trabajase y, cuando lo hacía, siempre acababan discutiendo. Tampoco le permitía que se sacase la nacionalidad española y el carnet de conducir. Retener a los niños en Mali ha sido el último paso. Y, según cuenta el representante de Fátima, ni siquiera puede hacerse cargo de ellos: “No está trabajando y está sangrando al hermano, aunque este se ha cansado. Los niños van a uno de los colegios más caros en Mali y vuelven a casa con un papelito que dice que no han pagado nada”.

"Eso es destrozarle la vida a la niña"

Según la versión de la mujer, los tres quieren marcharse y volver con su madre -así se lo han hecho saber en videollamadas, especialmente los mayores-, y no solo porque son más conscientes de la situación, sino porque Bouba padece una miocardiopatía de la que no está siendo tratado y Awa, la niña, tiene miedo de que le hagan lo mismo que a otras muchas mujeres en Mali: “Tiene 12 años y en esas edades las mujeres corren mucho riesgo: la pueden vender por cualquier casa e incluso casarla con un señor de 40. Eso es destrozarle la vida a la niña. Por teléfono le doy mucho ánimo y ella está con muchas ilusiones de que consigamos nuestro objetivo”.

Tan desesperados llegaron a estar los niños que hasta se escaparon un día de casa y supieron muy bien a dónde ir. Acudieron a la embajada de España en Mali, confiando en que pudieran devolverles a Zaragoza. Sin duda, una decisión muy inteligente, pero aseguran que allí tampoco les ayudaron: “Eso es territorio español, pero no comprendemos por qué el embajador se los entregó al padre cuando la madre tiene la custodia de los niños y ya había puesto allí una demanda”.

Tras 10 meses sin ver a sus hijos, Fátima necesita avanzar, pero empieza a desesperarse. Joaquín Soguero la mantiene informada y le da ánimos. Afirma que podrán sacar a los niños de Mali, aunque también sabe que será una tarea larga y muy compleja: “Creo que vamos a conseguir nuestro objetivo, pero va a ser muy costoso”.

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