La psicóloga Natalia Ortega explica por qué los menores víctimas de abusos sexuales sienten culpa

La Linterna ahonda en las razones de que haya aumentado el número de casos de agresiones sexuales a menores de edad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Andrea Valín es una joven veinteañera de Madrid y su historia está marcada por años de incesto y de abusos sexuales dentro de su familia, de pederastia. Ha pedido al equipo de La Linterna que cuente su historia, a pesar de no poder hablar. Tiene miedo y el momento en el que se encuentra es delicado mentalmente. Los abusos en su casa terminaron, afortunadamente, pero las heridas, como puedes comprobar, las llevará consigo toda la vida.

- Trastorno de estrés postraumático, manifestado en pesadillas.

- Miedo a recrear escenas y sufrir flashbacks.

- Trastorno bipolar con cambios extremos del ánimo

- Trastorno límite de la personalidad, afectando a relaciones sociales, con uno mismo y con la identidad.

Esta es sólo una de las miles de historias que se dan en nuestro país a raíz de los abusos sexuales. Los últimos datos publicados por Save The Children apuntan a que la mitad de los abusos sexuales en nuestro país los sufren menores de edad y ocho de cada diez son niñas. Y de todos estos casos, se calcula que sólo el 10% salen a la luz.

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¿Se pueden prever los abusos?

Pero, ¿qué se le pasa por la cabeza a una persona adulta para abusar de un niño? ¿Hace falta educar a las niñas? ¿Por qué hay sentimiento de culpa? Estas preguntas son las que el director de La Linterna, Ángel Expósito, le ha realizado a Natalia Ortega, psicóloga y directora de Activa Psicología.

Para la experta, hay varios factores que llevan al adulto a cometerlo: “Hay una parte de educación, pero nos encontramos que se repite mucho que los agresores han podido sufrir situaciones de maltrato o abuso en la infancia, no ha habido tratamiento; eso, por supuesto, no justifica sus altos pero es clave una adecuada seguridad jurídica y una detección sin secretismo”, aclara. Además, especifica que es muy difícil prever este tipo de situaciones porque “se dan en el entorno conocido”.

La psicóloga apunta a que haría falta eduación especial en las niñas porque “en la sociedad, las redes, la posiciona en situaciones de cosificación”. “En esa intención por gustar, lo vimos en los Carnavales con las niñas, cosificadas. Ellas mismas en las redes compiten por gustar al varón”.

Por qué las víctimas tienen sentimiento de culpa

No obstante, lamenta que muchas de esas niñas tengan sentimiento de culpa: “Es uno de los puntos que más cuesta”, aclara. Y es que “muchas veces y cuando se da en el entorno conocido, no haber podido decir que no, haber entrado en el juego perverso con una persona que decía que le quería... El factor del secretismo hace que la víctima sea corresponsable de la situación”. “Poder contar que ha hecho algo con esa persona le genera mucha más culpa y lo arrastran a lo largo de mucho tiempo. Pero se sale”, concluye.

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Las consecuencias psicológica

Benjamín Ballesteros, director de programas de la Fundación ANAR, una entidad que ayuda a niños y adolescentes en situaciones de riesgo, señala en La Linterna las diferentes consecuencias psicológicas para las víctimas que, explica, “son muy variadas”. “En un estudio hemos comprobado que, por ejemplo, estas víctimas presentan síntomas psicosomáticos, conocimientos sexuales inapropiados, pero también a largo plazo les genera ansiedad o estrés postraumático. También en muchas ocasiones intentos de suicidio o depresión”, avisa.

Además, recalca a Expósito que es muy importante que, ante la posibilidad de que haya sufrido abusos sexuales un menor de edad, “debemos llevarle a una evaluación del posible trauma que haya sufrido”. “Va a depender mucho de la evolución, el tiempo de exposición, la frecuencia... Que tenga un efecto u otro”, concluye.

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