Sergio Álvarez se lleva un 'Zas' por asegurar que para protestar hay que ofender
Julio César Herrero ha criticado al militante del PSOE que protagonizó una vergonzosa acción hacia Inés Arrimadas durante las celebraciones del orgullo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cuidadín. Que alguno de ustedes pensará que es el jugador del Celta de Vigo. Pues no. Éste es de la zona pero más a la derecha. De hecho es asturiano. Asturiano y socialista. O sea que a la derecha según miras pero a la izquierda según piensas. Bueno, da igual.
Vive en un pueblo pequeño, como diría Víctor Manuel, pero no es Mieres; es de Sariego, también en Asturias. Tiene 35 años y desde los 17 es militante del PSOE. Incluso ocupó algunos cargos del partido en el concejo. Y el sábado pasado vino a Madrid a la manifestación del orgullo.
Y cuando se dio cuenta de que cerca de donde él estaba iban a pasar los dirigentes de Ciudadanos, tuvo la feliz idea de bajarse los pantalones y hacer un calvo a Inés Arrimadas. O sea, enseñarle el culo. Las posaderas del asturiano son portentosas y generosas. Pesa cerca de 140 kilos, así que no pasan inadvertidas. Y ahora que están en Internet, con mayor motivo.
Cuenta el ingenioso que le intentaron apartar y que, al estar medio agachado, hizo fuerza. Pero que no tenía intención de dejar ningún recado a Arrimadas porque, según él, “uno todavía tiene clase”. El ‘todavía’ es esperanzador.
Dice que prefiere “haber enseñado el culo en el Orgullo a los manifestantes de Ciudadanos, que hacerse una foto y reunirse con los homófobos de Vox”. Añade que, ésa es “La foto del asco». Y, en su defensa, ha explicado que “para protestar hay que ofender”.
Vamos a ver, Sergio. Va a ser que no. Se puede protestar sin necesidad de ofender. Es verdad que lleva más tiempo y hay que pensar un poco. Pero mira, se entiende fácil: la protesta es frente a una decisión política y la ofensa es a una persona. En todo caso, está bien que reconozcas que enseñar el culo, el tuyo concretamente, es ofensivo.
Así que, por asegurar que para protestar hay que ofender, Sergio Álvarez se lleva un …¡Zas! ¡En toda la boca!