Jorge Bustos

''A Villar ahora le toca pagar por tanta impunidad acumulada''

'El bueno, el feo y el malo' de Jorge Bustos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

''No sé si recuerdas ya aquellos veranos en que no pasaba nada, en que las noticias tenían la forma de serpientes alargadas de modo artificial para llenar las páginas y las horas con la historia de la insólita especie de medusa que había atacado a una señora en Benidorm, o el último fármaco que nubla las meninges de los guiris de Magaluf. Pues bien, este año no hacen falta los sucesos ni las curiosidades: tenemos sumarios de corrupción, encarcelaciones largamente esperadas, declaraciones de presidentes, golpes de Estado a cámara lenta y hasta muertes dramáticas de banqueros. A ver cómo hacen los periodistas para tomarse vacaciones. Pero vayamos con el bueno de esta intensa semana, que no es otro que Ángel Ros.

El bueno: Ángel Ros

Por varias razones, pero la mayor de ellas consiste en combinar el carné socialista con la cordura, toda una heroicidad en tiempos de podemización. Tiene mérito pertenecer al partido de Sánchez y sin embargo recibir a Mariano Rajoy con exquisita lealtad institucional en su municipio, como hizo esta semana para inaugurar el nuevo establecimiento de la red de paradores. A Rajoy le prepararon las CUP uno de sus sudorosos escraches de bienvenida, pero no es algo que al propio Ros impresione, acostumbrado como está a que a él mismo lo llamen fascista por haber anunciado que no cederá locales públicos para actos ilegales, como el pretendido referéndum del 1 de octubre.

Don Ángel Ros la demuestra donde y cuando toca demostrarla, ayudado por su socio de investidura que es Ciudadanos. Cuando el PSC mezcla con la marca naranja olvida sus irrefrenables ganas de hacerse perdonar la vida por el mundo indepe, y es entonces cuando se centra en las necesidades reales de sus vecinos y obtiene de ellos la confianza electoral. Ros lleva desde 2004 al frente de la alcaldía, y ahora preside además el PSC. Lástima que se trate de un cargo honorífico, sin demasiada incidencia en los bailes ideológicos de Iceta.

La fea: Cristina Cifuentes

Todo por haber dicho que no piensa tomarse vacaciones porque prefiere quedarse trabajando en la Puerta del Sol. Vayamos par partes. Una cosa es que el anuncio de doña Cristina contenga notables dosis de demagógica autopromoción, pues este sheriff opina que la presidenta madrileña sencillamente está tratando de venderse como trabajadora insomne y gobernante empática con los madrileños que no pueden tomarse vacaciones. Pero otra cosa muy distinta es alarmar a la población trabajadora con el oscuro deseo de la ultraneoliberal Cifuentes de prohibir las vacaciones en Madrid a no mucho tardar.

Para entender mejor el entrañable doble rasero de la izquierda española, solo hay que imaginar ese anuncio en boca de doña Manuela Carmena: si la alcaldesa hubiera declarado que Madrid está muy sucia y que prefiere quedarse a trabajar para limpiarla a fondo este verano, en lugar de emigrar a su resort en Cádiz, oiríamos emocionados elogios al espíritu de servicio público de la nueva política. Pero así es España, siempre peleada con la razón y la libertad cuando habla el adversario. Que Cifuentes haga lo que le dé la gana con su ocio mientras nos deje a los demás disfrutar del que nos hemos ganado.

El malo: Ángel María Villar

Cuesta creer que el villarato haya terminado. Empezó cuando yo tenía seis años y ahora cuento 34 abriles. Pero si Villar duerme en la cárcel no es porque haya durado mucho en un cargo electo, sino por el modo en que se perpetuó en él, comprando votos y tejiendo redes clientelares, y por el modo en que se lucraron sus colaboradores a rebufo de los éxitos de la Selección, empezando por su hijo Gorka, que decidía contra quién jugaba España en función del mejor postor internacional para sus empresas privadas.

Ya era hora de que empezara a ventilarse ese cuarto cerrado de opacidad, fraude y turbocapitalismo de amiguetes. A las pesquisas de Montoro se le suma esta investigación que parte -justo es reconocerlo- del ministerio del ramo, en concreto del pulso que le lanzó el ex secretario de Estado Miguel Cardenal, a quien Villar parecía haber vencido como a todos los anteriores. Pero también al villarato le llega su San Martín, en este caso su juez Pedraz, y ahora le toca pagar por tanta impunidad acumulada. Esperemos que sea inhabilitado y que una reforma de la ley evite perversas perpetuaciones en el poder así en el deporte como en la política.

Una bala en la recámara

Pues tratándose de la semana del suicidio de Miguel Blesa no queremos abundar en metáforas balísticas. Nos limitaremos a recordar que la indignación ante la estafa es perfectamente compatible con la humana condolencia.''

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