Qué se sabe del atacante de mujeres taxistas en Barcelona: dónde lo hace y el gesto que delata que podría ser "un psicópata"

La Ciudad Condal es la primera en España en índice de criminalidad, y segunda europea en robos con fuerza

David Nieto Cortés

Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

Somos muchos los que en alguna ocasión en nuestra vida hemos utilizado algún servicio de taxi. Simplemente el objetivo es transportarnos a una distancia más larga o más corta, en la que, como mucho, surgirá una conversación con el taxista. Lo que a ninguna cabeza que tenga un mínimo de decencia se le ocurre es pedir un taxis con el objetivo de agredir sexualmente a la conductora, como ya ha sucedido en Barcelona.

La táctica del agresor era la siguiente. Pedía el taxi en una zona poco transitada y cuando se montaba, intimidaba a la conductora con un cuchillo para así poder atarla con unas bridas al volante del coche y poder proceder a la agresión sexual.

Esta situación ya ha sucedido en dos ocasiones (conocidas, claro), una en el pasado mes de abril, y la segunda recientemente, en el mes de septiembre. La manera de actuar fue la misma, la de pedir el servicio de taxi en zonas apartadas y poco transitadas. Pero aun así, esta es solo una muestra más de la alarmante crecida de la inseguridad y la delincuencia en la ciudad de Barcelona.

Ya son 2 casos denunciados

El primero se produjo el 4 de abril, cuando, en el barrio de Sarrià, el agresor, un hombre de entre 55 y 60 años, de origen sudamericano , de pelo canoso, vestido con gorra y abrigo, solicitó el taxi en Josep Tarradellas pasadas las 6 de la mañana. Fue al llegar al destino cuando este sacó un cuchillo de grandes dimensiones y se lo puso en el cuello a la víctima, la taxista, cuando le solicitó que se atase con unas bridas al volante.

Señalización de taxi en una ciudad española

Una vez la víctima estaba inmovilizada, le robó todas las pertenencias, le hizo tocamientos, dos cortes en las muñecas, para, finalmente, salir corriendo. Es ese momento, un hombre que paseaba por la zona y vio la situación, salió detrás del agresor, que aunque consiguió escapar, soltó las pertenencias de la taxista, que pudo recuperarlas y finalmente ayudar a la mujer y llamar al 112 porque se estaba desangrando por las muñecas.

En la segunda ocasión, el asalto se produjo a una hora similar y con lugares de recogida y llegada también muy cercanos a los de la vez anterior. A la llegada volvió a sacar un cuchillo y la taxista tuvo que atarse ante la amenaza. Cuando ya estaba inmovilizada, el agresor hizo tocamientos a la taxista y se marchó. Se llevó su bolsa pero dejó el móvil y las pertenencias de la taxista porque se lo había pedido. Afortunadamente, en esta ocasión no hubo cortes.

      
             
      

Un mismo agresor

La manera de actuar es, sin duda, una de las características que hacen pensar que pueda ser el mismo individuo. Además, actúa con guantes y antes de irse limpia el sitio que ha ocupado para no dejar huella. Sabe lo que hace y no quiere ser arrestado. También, una de sus firmas es la de atar a sus víctimas con bridas al volante del vehículo. Además busca la fragilidad y vulnerabilidad que puedan tener las mujeres en estas situaciones, ya que además, tienen un componente sexual para él.

La inseguridad en la Ciudad Condal

La capital de Cataluña es la que actualmente ocupa la primera posición en España en lo que a criminalidad se refiere. Además, en cuanto a robos con fuerza ocupa la segunda posición a nivel europeo con una tasa de 320 por casa 100.000, algo que solo supera Bruselas, pero aun así, estas dos ciudades, distan mucho respecto a la tercera, que es otra ciudad española, Melilla.

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Solo en el pasado 2023, que son los últimos datos anuales completos de que se disponen, los delitos crecieron más de un 8 %, concretamente un 8,6 %, especialmente los delitos sexuales, los ciberdelitos y los hurtos. Las denuncias por agresión sexual aumentaron un 24,5 %; los hurtos representan prácticamente la mitad de los delitos que se producen en la capital catalana, y subieron un 6,5 %; también crecieron las estafas un 35 % y las detenciones a ladrones reincidentes lo hicieron un 30 %.

      
             
      

Ya en el 2024, aunque no disponemos todavía del dato anual, sí que parece que hay una leve mejoría, especialmente en los delitos, que han caído un 0,9%. Las agresiones sexuales han subido más de un 2%, pero los atracos, por ejemplo, caen un 6%. Parece que las tendencias cambian, pero lo que habría que hacer es revertir la etapa de Colau al frente de la alcaldía en la que los cuerpos policiales carecían de ningún apoyo. Las consecuencias son evidentes y va a tardar años en cambiar la situación.