Un catedrático de Estudios Árabes avisa de cómo afectaría a Europa la expulsión de la población en Gaza: "Una bomba de relojería"

Expósito analiza el nuevo plan de Trump para Oriente Medio y en qué situación deja a las nuevas fases de liberación de rehenes

Paco DelgadoGonzalo Zaballa

Madrid - Publicado el

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La situación para los gazatíes sigue siendo complicada a nivel humanitario y todos saben que esta relativa calma puede romperse en cualquier momento. A 11.200km de allí, en Washington, Donald Trump recibe al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un encuentro que se presupone clave: el primero que mantienen ambos mandatarios y los dos tienen intereses en el otro.  

Trump sugiere que Estados Unidos tome el control de Gaza, desplace a sus habitantes a países vecinos como Egipto y Jordania, y reconstruya la zona para convertirla en “la Riviera de Oriente Próximo”. El plan de Trump vuelve a poner el foco en Egipto y Jordania, que han rechazado de forma rotunda cualquier desplazamiento forzoso de la población gazatí. El ministro de exteriores egipcio reconoce que es necesario reconstruir el territorio de forma urgente pero sin que los palestinos abandonen la Franja.

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Por su parte, la ONU se muestra rotundamente en contra. También Turquía o Arabia Saudí, que amenaza con negarse a la normalización de relaciones diplomáticas con Israel, e incluso, en Estados Unidos. Hamás también lo ha considerado un “crimen contra la humanidad”. Por su parte, en Europa, tanto Alemania, como Francia o España han rechazado la idea. Pero, ¿es posible realmente el plan de Trump?

Las consecuencias para Europa

La reunión que han celebrado Donald Trump y Benjamin Netanyahu ha tenido más de un regalo para el primer ministro israelí. Primero, Trump ha firmado una orden ejecutiva por la que retira definitivamente la financiación a la UNWRA, la agencia para los refugiados de la ONU y por la que saca a EEUU de su Consejo de Derechos Humanos. Pero sobre todo, ha mandato el mensaje que más interesa al Ejecutivo israelí: los palestinos tienen que irse de Gaza.

Ignacio Álvarez Osorio, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Complutense de Madrid, considera el plan “un absoluto despropósito”. “Si finalmente se lleva a cabo esa limpieza étnica, la expulsión de dos millones de personas, no solo se desestabilizaría el conjunto de la región, incluso la Unión Europea se puede enfrentar a una crisis humanitaria en precedentes porque cientos de miles de personas probablemente tratarían de llegar”.

Y es que la población palestina es muy joven: más del 50% de la población tiene menos de 15 años. “Si no hay futuro para ellos en Gaza probablemente se desencadenaría una crisis migratoria masiva, que ponga en peligro la propia estabilidad de los países de la región, pero también que salpique a Europa”, añade Osorio. Una situación que califica como una “bomba de relojería”.

EFE

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Egipto y Jordania, la clave

Señala el experto en Estudios Árabes que la clave puede estar también en Egipto y Jordania y un posible cambio en los gobiernos. “Sabemos que hay una solidaridad muy fuerte en esos países con la cuestión palestina, que acabe con esos gobiernos situados en la órbita occidental tradicionalmente, pero que podrían cambiar a diferentes islamistas mucho más hostiles a los intereses de Europa”.

Sobre la posibilidad de que se cumplan las siguientes fases de liberación de los rehenes, el experto se muestra pesimista. “Lo que hace el plan Trump es dinamitar las negociaciones y dejarla sin ningún sentido”, critica Osorio. Para el catedrático, “la voluntad de Trump de expulsar a la población y asumir el control de ese territorio convierte en papel mojado todo lo negociado hasta ahora y probablemente se detenga completamente el intercambio de rehenes”.

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