Coge un autobús para ir a una boda en Almería y lo que presencia le deja muda: "Iba a llamar a la Guardia Civil"

Expósito cuenta la odisea de Victoria, una joven que tuvo que cambiar el avión por el bus, sin saber lo que vería de camino a la ciudad almeriense

Paco Delgado

Madrid - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Almería es la capital de provincia peor conectada de España y si no tienes coche, olvídate. Un viaje en coche desde Sevilla ronda las 4 horas, pero si no puedes utilizar el coche, el trayecto es una pesadilla. Si la opción es el tren, el único tren directo que hay cuesta 50 euros y tarda más de 7 horas. La mejor opción es coger la vía Granada y de allí uno de media distancia a Almería, 5 horas. 

En autobús el panorama no es la mejor opción, cuesta en torno a 50 euros también, tarda más de 5 horas. Esta situación se repite con las conexiones de Almería con cualquier otra capital española, también con Madrid, desde donde cogió un autobús Victoria. La de ella es una de las victorias que ha contado este jueves en La Linterna Ángel Expósito como parte de un Especial de COPE sobre el estado de las infraestructuras en España.

Verónica Ruiz

Estación de autobuses de Almería

Cambiar el avión por el autobús

Victoria explica en La Linterna que vive en Marruecos e intenta ir todo lo posible a Almería pero claro, no siempre puede costearse el avión. “Tampoco puedo estar pagándome vuelos a Almería todo el tiempo, por lo que la opción más barata y más interesante del fin de semana pasado fue ir a Madrid y desde Madrid cogerme un autobús para una boda”, explica.

Sin duda, la provincia andaluza es la gran olvidada de España. Eso sí, en cuanto se subió al autobús, Victoria nos cuenta que la buena sensación se terminó. “Empecemos con los asientos. Los asientos no eran asientos de un autobús para larga distancia, sino eran más bien como sillas de sala de espera de una clínica”, critica, a la vez que asegura que está “muy acostumbrada a viajar en autobuses y en trenes y nunca me había encontrado asientos tan incómodos para un autobús de largo recorrido”.

Verónica Ruiz

Estación de autobuses de Almería

“Iba a llamar a la Guardia Civil”

Imagínate saber que vas a estar dentro de un autobús durante 6 horas y encontrarte con ese panorama, más aún si te pasa como a Victoria, que venía de un vuelo largo desde Marruecos. Su llegada a Almería estaba programada a las 7 de la mañana, así que esperaba dormir en el trayecto y empezó a ver que no era posible.

Hubo un pequeño altercado con un pasajero que no quería que la pasajera de adelante se echase para atrás, que reclinase su asiento hacia atrás porque le molestaba”, relata la joven en los micrófonos de COPE. Y es que la situación llegó hasta un punto que, cuenta, el conductor tuvo que parar el autobús y “este pasajero amenazó en con llamar a la Guardia Civil”. “Entonces eso retrasó bastante el trayecto”, lamenta.

      
             
      

Pero aún hubo más en la odisea de Victoria para llegar a Almería: “Fue una situación que no entendimos porque había tres conductores. Uno que era el que conducía, otro que se iba a relevar con él en unas cuantas horas, pero luego había un tercero que nunca entendimos cuál era su función, excepto roncar porque estuvo roncando todo el camino”.

Al final Victoria no pudo dormir nada y lo acabó notando en la boda. “Desde luego, llegué con ojos de oso panda a la boda”., bromea en La Linterna. Pero, más allá de la anécdota, refleja bien la situación de muchas ciudades españolas con sus conexiones, que tienen pocas opciones, caras, incómodas, lentas.