Conoce a un Almirante y le propone algo que le lleva de ser cantante en San Sebastián a hacer historia en el Ejército
Expósito cuenta la historia de Lola, de 80 años, y a la que un encuentro con el Almirante Guillén le cambió la vida hace muchas décadas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La historia de Lola Higueras es una de lo más singular después de que un encuentro con un Almirante en el Museo Naval y la propuesta que le hizo provocó que pasara de ser una cantante de Gipuzkoa, concretamente de San Sebastián, a hacer historia en el Ejército de España. Todo un cambio que ha relatado el director de La Linterna, ángel Expósito, que hablaba con la propia mujer, que ha relatado en COPE sus orígenes y qué ha conseguido en las Fuerzas Armadas.
Y es que cuando Lola Higueras define su vida siempre dice que ha sido frente al mar, sobre el mar y bajo el mar. Sobre él, por la historia marítima que ha sido su dedicación, por debajo de él, porque es buceadora y pionera en arqueología subacuática y frente al mar, porque es frente al Cantábrico donde comienza su gran pasión.
Los orígenes en San Sebastián
“Mis abuelos tenían una finca preciosa, magnífica en San Sebastián y el mar fue siempre mi gran atracción, desde muy muy niña, desde muy pequeñita”, explica Lola en La Linterna. Explica que su padre era “un gran nadador” y cuando yo era joven “nadaba a veces kilómetros con mi padre. Mi pasión por el mar nace ahí”.
Nació en un mundo de artistas, siendo tanto su padre como su abuelo escultores importantes, pero en su familia también había violinistas, escritores, pintores, cantantes... Su vida parecía vinculada al arte y Lola se formó en la escuela Superior de Canto.
Un encuentro con el Almirante Guillén
Lola empezó a trabajar en el Museo Naval y fue en ese momento cuando el almirante Julio Guillén, director del museo se fijó en ella y vio todo su potencial como historiadora. “Cuando empiezan los hallazgos de Cousteau yo estaba ya incorporada al museo, y el almirante sabe que yo soy una gran nadadora, una gran amante del mar”, comenta Lola en los micrófonos de COPE.
El oficial le dijo: “Lola, yo creo que el museo tiene que tener un área dedicada a esta naciente ciencia en la que España sin duda va a despuntar, porque hemos navegado todos los mares y tenemos pecios en todos los mares de la tierra”.
Historia en el Ejército
Por aquel entonces, el centro de la armada de buceo ya existía, pero no se admitían mujeres. Por eso, para que Lola pudiera formarse, Julio Guillén la dejó en manos de uno de los buceadores más importantes: Joaquín Saludes. “En aquel entonces era muy importante tener digamos materiales y tecnología moderna y este hombre me forma, era uno de los grandes buzos civiles de la época y me forma con ciencia y, efectivamente, en el Museo Naval se crea un instituto de estudios históricos navales subacuáticos que va a ser una labor formidable”, relata Lola a Expósito en La Linterna.
Lola comienza a vivir un sueño y empieza a dedicar su vida a los secretos que esconde el mar. Así, descubre el atractivo de lo que cualquier persona no podría observar a simple vista sumergiéndose en el agua. “Es un mundo extraordinario, de silencio rumoroso, bellísimo, lleno de color porque aunque a una cierta cota ya todo se vuelve verdoso pero enciendes una luz, una linterna y es una explosión gigantesca de colores”, recuerda emocionada.
Y es que Lola ha construido su profesión alrededor de sus grandes aficiones: la historia de América, la historia marítima de España, el buceo, la enseñanza... Y su trabajo le ha permitido vivir experiencias muy especiales. “Lo más espectacular que yo he vivido en el mundo submarino fue en un congreso en La Liguria, en Italia, que estaban detrás de una cueva que había quedado sumergida, pero que tenían datos de que había sido el taller de un escultor en época romana y dio la casualidad que, en el momento que estábamos en el congreso, se encontró la cueva famosa y a mí me permitieron bajar con ellos. Para mí fue una cosa de verdad extraordinaria”.
El adiós a las Fuerzas Armadas
Lola ha disfrutado siempre de su trabajo como una niña y después de tantos años al servicio a la Armada Española, en 2005 se jubiló. Dejó su trabajo y su pasión, pero por mucho tiempo que pase, ella sabe que su vínculo con el mar continuará.
“Yo creo que el mar ha significado para mí siempre riqueza y ha significado una auténtica revelación de lo que verdaderamente soy ante la adversidad, ante la dificultad, ante la belleza, ante la riqueza y, de alguna manera, me ha dado un sentido de esa infinitud que todo ser humano lleva en sí”.