La curiosa solución en Arganda del Rey para una niña con un síndrome que le hace caerse por las escaleras: ni rampa ni ascensor

Expósito cuenta la historia de Carmen, una niña de nueve años con un extraño síndrome que le impedía subir los escalones de su colegio correctamente

Paco Delgado

Madrid - Publicado el

3 min lectura

Cada día, Carmen, una pequeña de nueve años que vive en Arganda del Rey, un municipio de la Comunidad de Madrid, tiene que subir una larga escalera para llegar al colegio. Cada vez que sube o baja, tiene que agarrar la mano de su madre porque, de lo contrario, acaba en el suelo. Y es que la pequeña no es capaz de diferenciar los distintos escalones.  

Carmen padece lo que se conoce como el ‘síndrome de Morsier’, una enfermedad que le afecta a la visión. El director de La Linterna, Ángel Expósito, contaba este martes la historia de la pequeña y la curiosa solución que se le ha ocurrido al ayuntamiento de la localidad y que dista de lo que se podría imaginar: ni una rampa ni un ascensor y muy llamativo para todo el pueblo.

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Niña subiendo escaleras

Qué es el 'síndrome de Morsier'

Carmen nació con una malformación cerebral y tiene una discapacidad reconocida del 83%. Entre todos los problemas que padece, tiene displasia septo-óptica o también conocida como ‘Síndrome de Morsier’, una enfermedad que afecta a la visión. Yolanda, la madre de la pequeña, explica en La Linterna cómo es el día a día de su hija. “Si tiene mucho estímulo visual se le amontona”.

“Cuando tú identificas un animal y para saber que un animal es un gato, por ejemplo, tienes que identificar que tiene bigotes, que tiene esta forma, que el hocico. Ella se queda solamente con una característica. Si de un gato se queda con la característica de color negro, deja para decirte que un zorro si es negro es un gato. Ella no ve la profundidad de las cosas, es como si viera un póster”, subraya Yolanda.

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Vista aérea de Arganda del Rey

Así, la enfermedad que padece Carmen le dificulta mucho hacer cosas que a nosotros nos resultan sencillas como, por ejemplo, esquivar una piedra. Todo lo que tenga relieve, ella no es capaz de percibirlo.

La llamativa solución del ayuntamiento

Alberto Escribano es el alcalde de Arganda del Rey, y explica a Expósito la llamativa solución que se les ha ocurrido desde el consistorio.”Hemos pintado las escaleras utilizando siete o ocho colores diferentes”, aclara. Así, cada escalón de un color debe ser un tramo de, más o menos, 80-100 metros. “Es una zona residencial muy tranquila que no solo da el paso a un colegio, sino también a un parque infantil”.

Yolanda sufría cada día viendo las dificultades que tenía su hija para llegar al colegio. Por eso, cuando en redes sociales vio que el ayuntamiento de la localidad ofrecía un correo para hacer peticiones o sugerencias de mejora, no dudó ni un momento, como cuenta en los micrófonos de COPE.

“Escribí y dije que si podían hacer una rampa”, aclara. “Me dijeron que una rampa por normativa era inviable, que zona era, me mandaron una foto, pues yo le dije la calle, le dije que si podía ser un color amarillo, me dijeron que por normativa tampoco se podía y que si cualquier color le servía”.

Entonces les dijo que sí, que cualquier color que le hiciese diferenciar donde termina la escalera le sería suficiente a Carmen. “Y me dijeron que sí, que lo iban a hacer”. La iniciativa ha sido todo un éxito: a Carmen no se le hace tan difícil ir al cole y los vecinos han conocido la enfermedad de la pequeña. Con los escalones de colores, Arganda es más inclusiva y luce más colorida que nunca.